Especiales Semana

HOGAR Y DECORACION

28 de septiembre de 1987

DONDE SE ENCIENDE LUMBRE
Atendiendo a la definición enciclopédica del hogar, en la que se designa como el "sitio donde se enciende lumbre", resulta fácil advertir la cercanía de los términos calor y lugar de vivienda común. Además de representar una posibilidad de calefacción en los tiempos de frío, el fuego es -desde su descubrimiento- el elemento transformador de los productos naturales en alimento.
De la vela de cebo y la luz de petróleo de siglos pasados, a la energía eléctrica de nuestro tiempo, el hombre ha aprendido a convivir con elementos cotidianos que como él mismo, se transforman día tras día.
Es así como con la magia de la electricidad, los seres contemporáneos tenemos a disposición una variada cantidad de recursos para hacer más práctica la vida en casa. Sumada a la permanente búsqueda de comodidad y de aspectos ligados a la decoración (funcionalidad, estética y economía) el hogar de hoy es lugar de descanso, apacible y aislado de la complejidad del intenso ritmo de vida del siglo XX.
Un hogar decorado estética y funcionalmente, con accesorios bellos y bien distribuidos, que llene las necesidades de bienestar físico y espiritual, se convierte, según sus moradores, en el mejor refugio contra las tensiones de nuestra época.
Uno de los lugares de la vivienda que más se beneficia con los recursos de la modernidad es la cocina, aunque paradójicamente a medida que hay mayores comodidades para cocinar, cada vez se come menos porque nos preocupamos, por estética y por salud, de no llevar una sobrecarga de kilogramos.
COCINA HOY: TODO CERA Y TODO UTIL
De la antigua cocina, sin agua corriente, con fuego de leña y a veces maloliente, se ha pasado a la pulcritud de la "máquina para cocinar" que simplifica el centro de actividad de la casa. Este espacio vital se convierte con el paso del tiempo en algo aséptico, práctico y de fácil uso. Basta apretar un botón para que se ponga en funcionamiento el aparato que hará el trabajo por nosotros.
Proyectar una cocina actualmente es fácil: existe una infinita variedad de muebles fabricados en serie que pueden unirse entre sí, combinando las distintas medidas, para ocupar el espacio disponible.
Suelen tener un acabado fácil de limpiar y pueden unificarse con los elementos básicos de la cocina (zona de preparación y lavaplatos) mediante un plano de mármol, de lámina plástica o de acero inoxidable.
Los elementos básicos de una cocina son: zona de preparación, zona de lavado, zona de conservación (nevera) y finalmente la zona de almacenamiento. La minimización de superficie de la vivienda ha supuesto no sólo la reducción de la cocina y la desaparición de la tradicional despensa, sino también la inclusión en la misma de actividades que antes eran desarrolladas en una más amplia zona de servicio (lavado de ropa, planchado, etc.); estas otras tareas, totalmente ajenas a la función de cocinar, no sólo utilizan el ya escaso espacio, sino que, a su vez, demandan ciertos volúmenes de almacenamiento para sus propios enseres.
A ellos se puede añadir el lavaplatos, el congelador, un horno eléctrico, la lavadora, e incluso el extractor de olores.
UN ESPACION PARA EL DESAYUNO
La zona destinada al desayuno en la misma cocina adquiere cada vez mayor importancia. Llega un momento en que se trata de una mesa o tablero, pero acoplada a los muebles que le rodean, formando parte de ellos.
Complementada por unas sillas tipo bar a la altura conveniente, para que la mesa reducida resulte cómoda, su modelo tiende a no recargar el espacio con este nuevo elemento.
Regularmente son mesas abatibles que provienen de la pared o del conjunto de muebles con los que forman ángulo, apoyadas sobre una pata de madera que lleva un refuerzo en la parte baja para darle mayor estabilidad.
Deben hacer juego con los acabados de todo el conjunto de los muebles y el acero, tanto en el color como en los materiales de los que están hechos. Las sillas pueden alojarse bajo la mesa fuera de los momentos de uso, lo cual representa disponer de más espacio para el trabajo y también de un agradable rincón para el desayuno o cualquiera de las comidas.
ILUMINACION
La cocina debe ser funcional, alegre, cómoda, acogedora y ante todo bien iluminada. En ella no basta una bombilla central como único punto de luz porque, si la luz procede del techo, la persona que trabaja en la preparación de alimentos o en el lavado de elementos proyecta su propia sombra en el lugar donde le convendría tener más luz.
La iluminación debe operarse directamente encima de los lugares de trabajo, sin deslumbrar al que está preparando la comida. La mejor manera de iluminar esta zona de la vivienda consiste en situar la luz bajo los armarios altos, bien sea con tubos fluorescentes o con bombillos, cubriendo las fuentes con una pantalla. Conviene tener en cuenta que cuanto más al borde exterior del mueble se sitúan los focos, mejor visualidad y menos deslumbramiento se conseguirá.
También es importante la iluminación sobre la mesa, ya sea la auxiliar o la tradicional, y sobre los aparatos claves de la cocina: horno, refrigerador, lavaplatos etc.
Para iluminar indirectamente mediante un aparato en el techo o un punto de luz mural, se debe complementar el suministro con una serie de tubos o spots de incandescencia sobre las superficies de trabajo.