Especiales Semana

Hora de recreo.

Cuando la tensión está a punto de hacer explotar a las candidatas, las madres son las encargadas de apagar el incendio.

14 de diciembre de 1992

DESDE HACE OCHO AÑOS las madres de las candidatas tambien tienen su propio concurso, donde hay corona y cetro. Pero para este reinado no se requieren toneladas de vestuario ni mucho menos siluetas estilizadas. La belleza es lo de menos, porque el objetivo es distensionar, al menos por unas cuantas horas, los ánimos de sus hijas que están compitiendo por el título de Señorita Colombia porque a medida que se acerca el día de elección, el trajín, los ensayos y el corre corre empiezan a minar los nervios de las participantes.
Este año el recreo se celebró en la playa del Hotel Hilton. En un ambiente informal y alegre, las candidatas olvidaron por unas horas todo ese ajetreo que significa participar durante 14 días en un reinado.
Las madres de las 28 candidatas dejaron volar su imaginación para "cranear" el disfraz más original que les diera los puntos suficientes para que el jurado, sus propias hijas, les otorgaran el premio mayor.
Por una larga pasarela desfilaron cada una de ellas con atuendos que caracterizaron personajes y la situación del país. Hubo de todo y para todos los gustos. No faltaron los disfraces alusivos a las palenqueras, a los protagonistas de famosas series de televisión como Los Locos Adams, así como los héroes de las tiras cómicas. Tampoco faltó una que otra princesa guajira, la Reina Isabel, el legendario Pedro Navajas y hasta Blas de Lezo, y no faltó quien le sacara punta a los personajes de la televisión nacional. Fue una noche de risas, aplausos y de ingenio. Fueron 28 mujeres que le dieron rienda suelta a la creatividad.
Al final, la ganadora fue Teresita Romero de Prado, la madre de la Señorita Norte de Santander. Fue el disfraz más original de todos. Teresita salió al escenario envuelta en una ducha que incluía regadera, cortina y jabón, tarareando canciones y echando burbujas. El difraz fue bautizado "baño real", pero más que un baño fue una indirecta al gobierno por los racionamientos de agua y luz que en los últimos meses se han vivido en el país.
El segundo lugar lo obtuvo la mamá de la sanandresana, Gilma Tobar de Naranjo, quien se disfrazó de Gatúbela y montó una coreografía en la que incluía a Batman y al resto de su combo. Y el tercer puesto le correspondió a la madre de la Señorita Caquetá, Nancy Reina de Durán. Ella representó el costo de la canasta familiar a través de un diminuto buñuelo del año 93.
Fueron tres horas durante las cuales las madres y chaperonas de las reinas pusieron una nota alegre. Después cada una de ellas regresó a su "oficio", que es el de ser el paño de lágrimas de las candidatas. Una tarea para nada fácil, especialmente cuando el reinado se acerca a su fin y la prensa enfila sus baterías contra algunas de las participantes. Ellas también desempeñan el papel de relacionistas públicas para que sus pupilas sean entrevistadas en la televisión, la radio o la prensa. Y como si fuera poco, recorren en sigilo todos los pasillos del reinado en busca de noticias sobre como van sus hijas cada vez que finaliza un desfile. Al final de todo este trabajo sólo una de ellas obtuvo la máxima recompensa: ver a su hija convertida en la nueva soberana de la belleza nacional.
Quién es quién
Este año hubo candidatas para todos los gustos. Este fue el primer veredicto popular:
ALTAS Y BAJITAS. RUBIAS, castañas y morenas. Sardinas y no tan sardinas. Bachilleres y profesionales. Simpáticas y antipáticas. Tímidas y extrovertidas, este año hubo candidatas para todos los gustos. No solo fueron 28 sino que más de 15 veces se montaron en una pasarela para desfilar todo tipo de trajes: vestidos de gala, de calle, de baño, en trusa, etc. más toda esa tonelada de accesorios que trajo cada una en un promedio de 20 maletas por candidata.
Ver a las reinas no es el programa favorito del pueblo cartagenero, pero sí el de los turistas. Este año a La Heroica llegaron cerca de 30.000 visitantes que colmaron todos los hoteles y apartamentos disponibles. En el fin de semana ya no había una cama libre, pero no faltaron los aventureros que llegaron con carpas que instalaron en la playa. Lo único que les importaba era estar presentes en el momento en que las candidatas salían del hotel o entraban a algún evento para apreciar en detalle a las participantes de esta 39 versión del reinado de belleza. Y en cada oportunidad, el grupo de curiosos daba su veredicto. Unas se destacaron más que otras, no sólo por su belleza y atributos físicos, sino también por su carisma y simpatía.
Un detalle que llamó la atención este año fueron los exóticos nombres de la mayoría de las participantes. No fueron pocos los que despues de 14 días aún no lograban memorizarlos: Yorely, Solvey y Vianny.
LAS MAS ALTAS
Este reinado no se destacó precisamente por la alta estatura de las candidatas. Sólo tres de ellas llegaron al metro con 80 centímetros. La mayoría no pasó de los 1.75. Las más altas fueron las candidatas de San Andrés y Providencia, Sharon Elizabeth Naranjo, con 1.82. En segundo lugar y sólo dos centímetros se colocaron las representantes de Amazonas, Paula Andrea Betancurt, y Córdoba, Claudia Patricia Henao.
LAS MAS BAJITAS
La mayoría de las participantes no superaron los 1.75, pero la ayuda de los zapatos de tacón y plataformas les ayudaron a superar unos cuantos centímetros. Las candidatas de Bolívar, Casanare y Vaupés, compartieron sus 1.70 centímetros.
LAS VETERANAS
La edad promedio fue de 21 años. La de mayor edad fue la representante de Santander, Claudia Patricia Reyes, con 23 años. Le siguieron, con 22 años, las candidatas de Casanare, Guainía, Guaviare, Meta, y Sucre.
LAS SARDINAS
Fueron muy pocas. La menor de todas fue la candidata del Valle, Lina Fernanda Restrepo Calle, con 18 años. Le siguieron las representantes de Antioquia, Caldas y La Guajira, con 19 años.
EL ROSTRO MAS LINDO
Este año el Reinado Nacional de la Belleza tuvo varias candidatas que sacaron la cara por su departamento. Pero sin duda alguna, el mejor rostro del certamen fue el de la representante del Valle, Lina Fernanda Restrepo.
LAS MEJORES PIERNAS
La celulitis no fue tan notoria como en años anteriores. Por el contrario, las piernas bien contorneadas fueron una pauta general. Con todo y eso, descrestaron a más de uno las de la candidata de San Andrés y Providencia, Sharon Elizabeth Naranjo. Una morena que en cada desfile en traje de baño se robó los aplausos y las miradas. Muy cerca de ella estuvo Amazonas, Paula Andrea Betancurt.
LAS MEJORES VESTIDAS
Por fin los diseñadores están aprendiendo que el vestuario de un reina debe ser con modelos exclusivos, pero sin exagerar en la nota. Este año más que lucir estrafalarios atuendos, las candidatas llevaron diseños que contribuían a resaltar su figura más que la imaginación de los confeccionistas. Las mejores vestidas fueron las de Santa Fe de Bogotá, Kathy Saenz Herrera; Cundinamarca, María Angélica González, y Caldas, Patricia Arango Londoño.
LA MAS INCUMPLIDA
El corre corre, los ensayos, el maquillaje, el vestuario, etc. dejan a las candidatas sin reserva de energía y a muchas no les alcanzan las horas de sueño para recuperarse. Por eso las chaperonas siempre tienen que estar detrás de ellas apurándolas. Este año quien se llevó el título de incumplida fue la representante de Vichada, Vianny Figueroa. Casi nunca pudo estar lista para salir con las demás candidatas y la mayoría de recorridos desde el Hotel Hilton a los clubes privados los hizo en taxi con su chaperona.
LA DESCOMPLICADA
El piso sexto del Hotel Hilton es el termómetro para medir la simpatía de las candidatas. Este año quien puso la nota del descomplique fue la representante del Guaviare, Claudia Marcela Devia, quien siempre estaba sonriente y atenta a los requerimientos de la prensa.
Pero también hubo candidatas antipáticas. Al final quien se llevó el premio limón fue la representante de Atlántico, Bibiana Martínez.
LAS PROFESIONALES
El grupo de las profesionales estuvo integrado por las representantes de Santander, Claudia Patricia Reyes, quien finalizó sus estudios de ingeniería civil y en el momento de aceptar la representación de su departamento se encontraba en Carolina del Norte, Estados Unidos, haciendo un máster. La candidata del Vaupés, Claudia Marcela Pérez, quien finalizó sus estudios de diseñadora y desde hace un año montó su propia casa de modas. Y la representante de Cesar, Lina Maria Pavajeau, quien ya se graduó con el título de educadora especial.