Especiales Semana

la industria del agro.

5 de marzo de 1990

DEL TROPICO PARA COLOMBIA
No sin razón el Llano siempre ha inspirado respeto. La misma configuración de sus paisajes y sabanas, la idiosincrasia de su gente, la rebeldía de sus suelos y su clima trópical bajo hicieron del Llano una región única en Colombia, difícil de habitar y de explotar. Ya Arturo Cova, el héroe de La Vorágine, había mitificado ese respeto en su trepidante paso por Casanare, antes de que se lo tragara la selva. Y las leyendas tejidas alrededor de su historia terminaron por confirmarlo. Tal vez por eso los Llanos Orientales crecieron aislados del acelerado progreso de las demás regiones del país. Pero tal vez también por eso los Llanos han logrado crear su propio de sarrollo. Un desarrollo galopante basado en tecnología apropiada y exento de patrones foráneos.
En el pleno corazón del Vichada, en mitad de una tierra escasamente poblada, un grupo de científicos y técnicos se ha dedicado desde hace 22 años a preparar asentamientos humanos autosuficientes. Son los hombres del Centro Experimental Las Gaviotas, creado para satisfacer las necesidades de las comunidades rurales aisladas, con base en una tecnología adecuada al medio. Para ello Gaviotas ha conseguido desarrollar más de 25 proyectos, todos ellos destinados a mejorar las condiciones de vida de los campesinos, quienes poco a poco se han ido desplazando hacia estas zonas que presentan un sistema ecológico frágil, tierras excesivamente ácidas y suelos con bajo índice de nutrientes básicos.
En vista de las dificultades, Gaviotas ha logrado producir energía con plantas hidráulicas, arietes de todo tamaño para elevación de agua, molinos de viento, bombas para extracción de agua de pozos profundos, crías de ganado para autoconsumo, sistemas de riego intermitente y un sinnúmero de recursos más en busca de un adecuado aprovechamiento del medio, ligado con el crecimiento armónico de sus habitantes.
El enfoque de la tecnología Gaviotas está sustentado básicamente en términos de baja inversión de capital para un país escaso del mismo, intensiva mano de obra para atacar el desempleo e investigación continuada con base en grupos pequeños, para que no se pierda la comunicación y porque lo que hoy es un recurso mañana puede dejar de serlo. Además, los científicos son conscientes de la relación directa entre la tecnología y el medio. Por eso el Centro Experimental trabaja con recursos tecnológicos de impacto ambiental cero -que no producen contaminación y no necesitan combustible para su funcionamiento.
El principal problema de los asentamientos humanos de los Llanos, como el suministro de agua, fue solucionado con la construcción de equipos de fácil instalación, operación y mantenimiento diseñados exclusivamente para las condiciones del trópico. Estos equipos forman parte del programa de microacueductos ideado por Gaviotas y que actualmente, rebasa la barrera de los 550 para el Plan Nacional de Rehabilitación. Hasta el momento 953 poblaciones gozan de las ventajas de los microacueductos Gaviotas.
Luego de una historia de 58 prototipos diferentes, los investigadores diseñaron un molino de viento trópical de doble efecto, capaz de soportar cortas tempestades de alta velocidad y a la vez operar eficientemente con vientos de bajísimo promedio. Ha sido instalado en cientos de comunidades rurales, bebederos de ganado y sistemas de riego intermitente.
Este molino de viento reduce los riesgos ocasionados por la sequía por medio de su sistema eólico de riego. De la misma manera la bomba manual de camisa, diseñada por los técnicos, ha cambiado el panorama de bombeo manual de agua en Colombia, pues se logró acondicionarlo de tal manera que extrae agua a una altura de hasta 40 metros, lo que permite su aprovechamiento en las épocas de poca lluvia sin la necesidad de buscar el líquido en las quebradas cercanas al bosque de galerías.
La antigua tecnología del ariete hidráulico, con dos siglos de invención a cuestas, ha resurgido en Gaviotas, confirmando su utilidad en las zonas tropicales aisladas. Modernas combinaciones de materiales apropiados permitieron perfeccionar la técnica tradicional y se creó un ariete con mayor capacidad de trabajo y resistencia en la elevación de agua. El sistema resultó ser una fácil solución al transporte de agua desde los valles bajos hasta el borde de la montaña en la región andina, lo cual es un claro ejemplo de que la tecnología desarrollada en el Vichada es aplicable igualmente en todo el territorio nacional. Verbigracia, se ha diseñado un molino de viento para extracción de agua de alto caudal, con capacidad para trabajar con vientos fuertes y suaves y de mayor envergadura que el anterior, que entrega hasta 1.200 litros de agua por hora. Zonas áridas como la Alta Guajira, en donde la escasez del preciado líquido es una constante histórica, se ven beneficiadas notablemente con este nuevo método tecnológico, galvanizado en caliente para regiones de influencia marina y cuya duración alcanza fácilmente los 20 años.
Uno de los proyectos más importantes en cuanto a recuperación ecológica se refiere es el de la forestación de las sabanas trópicales de la Orinoquía. Los suelos poco fértiles de los LLanos Orientales están siendo mejorados ecológicamente con la plantación de pinos trópicales de tipo Caribaea en zonas donde nunca ha habido árboles. Así, la creciente deforestación de los bosques trópicales, calculada en 12.000 kilómetros cuadrados al año, puede ser compensada con la arborización del Llano. Los trópicos que por su radiación solar son verdaderas fabricas de fotosíntesis, ofrecen el mayor potencial para cultivos perennes.
Hasta el momento se han plantado 1.500 hectáreas de pino y las proyecciones del programa son alentadoras. Así lo afirma Paolo Lugari Castrillón, fundador y director del Centro Las Gaviotas. "Colombia, con utilizar solamente un millón de hectáreas de la margen derecha del río Meta, a la vuelta de 20 años tendrá una economía forestal tan importante como la cafetera. Al aumentarse de manera sustancial la oferta de madera se desafectará estructuralmente la presión sobre los escasos bosques de galerías de los Llanos y sobre el bosque andino, de gran valor como protector de las aguas que están al servicio de nuestra mayor densidad poblacional."
Ya en materia de alimentos el Vichada ha vencido los obstáculos de la poca capacidad de fertilización del suelo, adoptando la tecnología de los cultivos hidropónicos. Esta técnica ha sobrepasado las fronteras y con el apoyo financiero del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ha llegado a las comunidades marginadas de la capital de la República.
Con una inversión mínima se pueden producir suficientes hortalizas para el autoconsumo familiar y para su comercialización en el mercado. La yuca, el producto de mayor abundancia en la zona, ha sido el alimento tradicional de los campesinos, pero se descompone rapidamente. Como es necesario rallarla y secarla al sol para su almacenamiento, Gaviotas desarrolló la ralladora de yuca de pedal, con el ánimo de facilitar la labor. El tubérculo es utilizado también para fabricar almidón, de gran valor comercial en la industria de plásticos.
En fin, una cantidad ilimitada de soluciones ofrece Gaviotas a los inconvenientes del trópico, con una ventaja enorme con respecto a las demás tecnologías utilizadas en el país: la de Gaviotas esta expresamente diseñada para las condiciones del medio colombiano, pero con capacidad para competir con las más avanzadas técnicas extranjeras. Los nuevos proyectos, como el calentador de agua por energía solar y la construcción de viviendas bioclimáticas, son sólo un ejemplo. Un poderoso ejemplo de tecnología avanzada nacida en las profundidades del Llano.