Especiales Semana

Internautas de todos los países: ¡uníos!

La desobediencia civil electrónica recorre el mundo.

6 de agosto de 2001

Los rebeldes se toman la red. La reciente movilización indígena contra la violencia, que llevó cerca de 35.000 personas hasta Cali para protestar contra la guerra y por el derecho a la vida, se coordinó en buena medida a través de Internet. Un ‘telecentro’ de la Asociación de Cabildos Indígenas del norte del Cauca, localizado en Santander de Quilichao, a 55 kilómetros de la capital del Valle, con conexión a Internet, facilitó la organización y recibió miles de mensajes de solidaridad provenientes de todo el mundo, que fueron transmitidos diariamente a los manifestantes.

El uso de Internet empezó a generalizarse entre quienes protestan, se movilizan, marchan o pelean por algún tipo de causa social o política. Un sitio español se ofrece como espacio para protestar “sin necesidad de romper vidrios y darse patadas con los policías”. Se trata de manifestacionvirtual.com, en donde se puede realizar una protesta en línea contra cualquier cosa. Los que están contra la globalización, que se reúnen con ocasión de las cumbres económicas internacionales donde quiera que ellas se realicen (Seattle, Quebec o Salzburgo), coordinan sus pasos mediante recursos digitales y existe una cada vez más amplia zona de la red que conecta a organizaciones no gubernamentales, movimientos sociales y fuerzas políticas disidentes de todo el mundo.

Pero en materia de protestas electrónicas se puede hacer mucho más que colgar un anuncio en una página. Alguna gente organiza disturbios reales en Internet, acciones colectivas orientadas a colapsar un servidor escogido como blanco. Por ejemplo, en 1997 fue estrenada una herramienta denominada FloodNet con ocasión del levantamiento zapatista en Chiapas. Miles de manifestantes la utilizaron simultáneamente en diversos lugares del mundo contra las páginas web del gobierno mexicano. No se trata de los tradicionales ataques hackers ya que estas manifestaciones son públicas y sus organizadores tienen objetivos ideológicos o sociales claramente especificados. Y ha comenzado a generalizarse el concepto político de ‘desobediencia civil electrónica’, promovido por organizaciones norteamericanas y europeas que se proponen retar a los poderes que gobiernan Internet. Sus banderas son, por lo pronto, la defensa de Internet libre y sin censuras y el derecho de la gente a conectarse por fuera de los canales comerciales, de los grandes portales y del control de los gobiernos.