Especiales Semana

INVERSION EXTRACOLOMBIANA

Los recursos del exterior aumentan hacia Colombia, pero nadie revela cuántos pertenecen a los mismos colombianos.

23 de mayo de 1994

SI HAY ALGUN TEMA CONtrovertido al mirar el panorama empresarial colombiano, ese es el de la inversión extranjera. Aunque hay políticas definidas en el gobierno para mejorar la promoción del país en el exterior, y el año pasado se presentó un aumento en las cifras de ingreso de recursos foráneos, hay cosas que no marchan como muchos quisieran.
Las autoridades debieron reformar en las ùltimas semanas sus políticas sobre el sector petrolero, con el fin de mejorar el apetito de las multinacionales, que no quieren buscar crudo en el territorio nacional por los enredos legales, de orden público y ausencia de reglas claras que se daban en muchas casos. Sin duda tendrá repercusión especial en el exterior el enfrentamiento que se sostiene con la Shell.
Pero otro asunto que también se debate entre las mismas autoridades, y que las ha llevado incluso a negar hasta la saciedad el acceso a la información sobre quiénes invierten en el país, tiene que ver con el reingreso de capitales colombianos disfrazados como extranjeros. Sólo al mirar la lista de los mayores puntos de envío de divisas a Colombia aparecen los nombres familiares de Panamá, Islas Caimán, Aruba, Curazao y Man, por citar algunos.
Lo cierto es que, controvertido o no el tema, las cifras muestran aumentos. Durante 1993 el flujo de la inversión extranjera en Colombia se incrementó del 24.6 por ciento con respecto a 1992. El total de los recursos ingresados por ese concepto fue de 436.5 millones de dólares, contra 350.5 millones de dólares invertidos en el país durante 1992.
El sector manufacturero fue el mayor receptor de la inversión el año pasado al captar 198 millones de dólares. Dentro de este sector, las industrias de químicos, cauchos y plásticos, con 102 millones de dólares, y las de productos metálicos, maquinaria y equipo, con 43 millones de dólares, fueron las que màs inversiòn recibieron.
Al sector financiero le llegaron 159.3 millones de dólares de capitales foráneos y su participación dentro del total invertido fue del 36.5 por ciento. Estados Unidos fue el país que más capital aportó a Colombia, con 153.3 millones de dólares y una participación de 35.1 del capital invertido.
El crecimiento de la inversión estadounidense fue del 57.7 por ciento con respecto a 1992, cuando su inversión en Colombia llegó a 97.2 millones de dólares. Venezuela le siguió en orden de importancia, con un total de 65.8 millones de dólares invertidos y una participación del 15.1 por ciento del total.
Panamá invirtió 49 millones de dólares, con una participación del 11.2 por ciento. Hubo también un resurgimiento de los envíos de capital desde el Cono Sur -Argentina, Brasil, Chile y Uruguay- aunque su peso sigue siendo minoritario. La inversión proveniente de Suecia se disparó de apenas 105.000 dólares a 27.7 millones de dólares, mientras la participación de los países asiáticos no fue muy destacada, aunque, según declaraciones de la Corporación Invertir en Colombia (Coinvertir), se espera que con los recientes convenios y acercamientos firmados se pueda alentar un crecimiento.
Las perspectivas para 1994 son de crecimiento, aun cuando algunos pesimistas advierten que no se dará inversión extranjera en una magnitud razonable. Y mientras los organismos competentes para el registro sigan tapando el sol con las manos sobre el retorno de capitales disfrazados, la realidad seguirá mostrando irrealidades.