Especiales Semana

JUEGO DE DAMAS

A medida que se acercan las elecciones, Jacquin quiere parecerse más a Nohra y Nohra quiere parecerse más a Jacquin. ¿Qué es lo que les pasa?

16 de mayo de 1994

HAY ALGO MUY CURIOSO EN RELACION CON las dos mujeres que aspiran a ocupar el puesto de Primera Dama de la Nación. Cada una parece tener algo de complejo frente a la otra. Jacquin Strouss de Samper y Nohra Puyana de Pastrana poseen ya una imagen definida ante los colombianos. Pero las imágenes de ambas no podían ser más opuestas. Mientras Jacquin es considerada el símbolo perfecto de la mujer profesional exitosa de clase media, Nohra refleja la imagen de mujer aristocrática y elegante que se limita a cumplir el papel de esposa y madre.
Estas son las percepciones de la gente. Cuál es la realidad, es algo más complejo. Pero lo que sí no deja de llamar la atención es que ninguna de las dos se siente totalmente cómoda con su imagen pública. Cada una busca ser asociada con la imagen de la otra. Jacquin desea mostrarse ante el país no tanto como la excelente profesional, sino como la ama de casa perfecta. Y Nohra, por su lado, quiere que la gente la vea no sólo como una mujer dedicada a su hogar, sino como una ejecutiva de armas tomar.
Nada ilustra más esta situación contradictoria que la forma como cada una de ellas atendió a los periodistas de SEMANA cuando fueron a entrevistarlas. Jacquin pidió que la reunión se realizara en su casa y no en su oficina. Y que fuera a las cinco de la tarde... Exactamente a la hora en la que ella ayuda a sus dos hijos a hacer las tareas escolares y organiza las labores domésticas. Por el contrario, cuando esta revista se entrevistó con Nohra Puyana, ella pidió que la cita se hiciera en su oficina y no en su casa. Y, como si fuera poco, a las ocho de la mañana... Exactamente en el momento en que atendía llamadas telefónicas, coordinaba la labor de sus colaboradores y revisaba su apretada agenda del día.
Lo que resulta evidente es que a ambas las irrita la visión simplista que se ha creado sobre su personalidad y son las más interesadas en hacerse conocer como ellas se consideran. Después de hablar con varios de sus amigos y colaboradores más cercanos, si algo queda claro es que Jacquin y Nohra son unas mujeres más complejas y polifacéticas que la imagen que de ellas se tiene hasta ahora.

JACQUIN, LA PERFECTA AMA DE CASA
Nadie discute las capacidades profesionales de Jacquin de Samper. Si llega a ser la próxima inquilina de la Casa de Nariño, sería probablemente la mujer más preparada que ha pasado por la sede presidencial. Con un grado en Economía Pura, ha desempeñado cargos importantes a nivel nacional y ha sido profesora de varias cátedras, incluyendo Econometría, que es la jerarquía más alta de la docencia económica en Colombia.
Y, si bien lo que haga de ahora en adelante puede atribuírsele en parte a su marido, no se puede negar que todo lo anterior se debe a sus propios méritos. Esta antioqueña de 41 años ha tenido que superar situaciones adversas desde que era niña. Su padre, Herbert Strouss, un estadoudinense que llegó al país a trabajar como piloto de Avianca, murió cuando Jacquin tenía nueve años. Desde ese momento, la familia vivió graves problemas económicos. Por falta de dinero, Jacquin se retiró del Colegio Nueva Granada, en donde sólo realizó la primaria. "Nuestra familia pasó de un mundo de abundancia a uno de austeridad ", dice.
Su madre, María Inés Lucena de Strouss, era la típica ama de casa que dependía completamente de su esposo.
Cuando éste murió, María Inés se impuso el mayor reto de su vida: sacar adelante a su familia. Y lo logró gracias a la venta de sacos de lana para bebé que ella misma tejía, labor en la que le ayudaban sus dos hijas a pesar de ser sólo unas niñas. Para Jacquin, este episodio constituye su mayor motivo de orgullo.
La situación económica de la familia mejoró años después, cuando recibieron la pensión del padre. Jacquin entró a estudiar a la Universidad de los Andes, y obtuvo el título en 1976. De ahí en adelante su hoja de vida ha sido bastante publicada: fue una de las economistas que participó en la creación de ANIF, se encargó del departamento de investigaciones y luego estuvo al frente de la vicepresidencia de desarrollo. Dictó clases en las Universidades del Rosario y Javeriana, fue subdirectora de Compensar y, durante los últimos 10 años, ha trabajado en varias entidades culturales, pero siempre en labores relacionadas con su profesión.
A pesar de esta impresionante hoja de vida, la imagen de Jacquin ha sido siempre algo controvertida. Se dice que es ambiciosa, que influye demasiado en las decisiones de su marido y que si llega a ser la Primera Dama, podría constituirse en un poder alterno superior al de Ana Milena Muñoz. Todo esto no es necesariamente verdad, y lo que es verdad no es necesariamente malo. Lo que algunos llaman ambición parece ser más bien la costumbre de hacer cosas importantes. Su participación en política está más relacionada con la devoción que le tiene a su marido que con una ambición personal. " Yo no tengo aspiraciones políticas -dice-. Todo lo que hago es para ayudar a Ernesto en su empeño de llegar a ser Presidente". Como afirma una de sus más íntimas amigas, "ella sólo ambiciona lo que es bueno para su esposo. Es una especie de fiera cuando se trata de defenderlo ".
Porque si hay una característica que se le conoce a Jacquin es su competencia profesional, pero la que ella valora más que cualquiera otra es tener un matrimonio perfecto. Hablar de matrimonio perfecto suena como una exageración y en el mundo de la política, como un imposible. No obstante, en esos términos se refieren todas sus amigas a la relación entre Ernesto y Jacquin. Los políticos cuentan por lo general con egos bastante grandes y con horarios limitados para su vida familiar. Esta combinación de factores no tiende a producir grandes historias de amor dentro del gremio. Ernesto y Jacquin pueden ser considerados una excepción. Más que un político con esposa, son un matrimonio político. Comparten los mismos amigos y los mismos gustos. Ella está a su lado no sólo en gran parte de su agitada vida social, sino que lo acompaña a cuanta gira política puede. Y esto no es sólo ahora en campana presidencial, sino a lo largo de la vida política de Samper, quien a pesar de sus escasos 43 años ya ha tenido más altibajos que cualquier ex presidente.
Jacquin ha logrado combinar en forma excepcional su vida política con la familiar. Su hogar está conformado hoy por Andrés, hijo del primer matrimonio de Ernesto, quien estudia en Canadá, y por los dos pequeños Samper Strouss, Miguel y Felipe.
A pesar de lo apretada de su agenda, Jacquin no ha podido dejar de ser una mamá gallina. Organiza personalmente la salida de sus hijos para el colegio, y por las tardes los recibe y supervisa sus tareas. El resto del día lo dedica a su oficina en la cual la prioridad hoy en día la tienen los proyectos culturales."Pero, en realidad, mi vida gira en torno de mi hogar. Defiendo a capa y espada mi intimidad. Y no dejo que las fronteras de la casa se rompan: una cosa es el mundo político y otra muy distinta el mundo familiar".

NOHRA, LA PERFECTA EJECUTIVA
Pero si Jacquin de Samper resultó ser una gran ama de casa, Nohra Puyana también ha demostrado que es más que eso. Es, por temperamento, una mujer más introvertida y reservada que Jacquin. Tiene pocas amigas y, a diferencia de la esposa de Samper, que cuenta con docenas de allegados que dicen saber cómo es ella, casi nadie pretende ser un experto en Nohra Puyana.
Sin embargo, aun así todo el mundo habla bien de ella. En el ambiente político donde abundan las lenguas viperinas, el consenso sobre la popularidad de alguien es difícil de encontrar. Nohra lo tiene. Pero como en esta vida nada es perfecto, para Nohra lo más importante no es sólo que la quieran, ni que digan que tiene una familia ideal y unos niños divinos. Lo que valora, además, es que la respeten como una mujer ejecutiva y competente.
Para muchos, esa imagen de ejecutiva resulta difícil de creer, pues siempre se había tenido la idea de que sus actividades estaban relacionadas sólo con su hogar. Es posible que esa idea de mujer hogareña coincida con la Nohra del pasado. De hecho, esta bogotana de 39 años fue desde pequeña la niña juiciosa de la familia, que se mantenía pendiente de sus hermanos, quienes la consideraban su segunda madre a pesar de tener casi la misma edad.
Nohra, al igual que Jacquin de Samper, se retiró del Colegio Nueva Granada apenas terminó la primaria. Pero sus razones no fueron, económicas. En realidad no o soportó el ambiente que se vivía allí. "El juego brusco de los niños, las zancadillas, las bolsas de agua, los empujones,no iban conmigo", dice. Por eso terminó estudiando en el Mary Mount.
Tan pronto se graduó de bachiller se fue a vivir sola a París, donde permaneció por cerca de cuatro años. Ese fue su primer gran reto. Como ella misma dice, dejó de ser la niña consentida y protegida para convertirse en un número más de una universidad francesa.
Su estadía en esa ciudad tenía como objeto no tanto producir una académica profunda como pulir a uno de los mejores partidos de la sociedad bogotana de esa época. Con todo, desde esos tiempos Nohra aspiraba a ser más que una simple niña de sociedad y se dedicó con gran entusiasmo a tomar cursos de periodismo y mercadeo. Llegó incluso a trabajar por breves temporadas con la revista francesa Elle, como asistente de prensa de Christian Dior y hasta a formar parte del servicio de prensa de la Unesco.

Inicialmente, por ser una mujer bonita su empeño no fue nada fácil. Pero gradualmente su esfuerzo personal y los golpes de la vida la fueron madurando y le dieron gran seguridad en sí misma y credibilidad entre la gente. En este cambio influyeron dos duras pruebas que le ha impuesto el destino: el secuestro de su esposo y la muerte de su padre, el industrial Eduardo Puyana quien a principios de 1993, después de dos años de secuestro, apareció sin vida en una población de Caldas.
Y es que coincidencialmente las dos mujeres que aspiran al puesto de Primera Dama de la Nación han tenido momentos críticos en los que se han visto obligadas a sacar a relucir su temple. El de Jacquin Strouss fue hace seis años, cuando Ernesto Samper resultó gravemente herido en un atentado en el aeropuerto Eldorado; y el de Nohra Puyana, hace siete años, cuando Andrés Pastrana, entonces candidato a la Alcaldía de Bogotá, fue secuestrado por Pablo Escobar. En estas dos oportunidades Jacquin y Nohra le demostraron al país que, en verdaderas situaciones de crisis, se crecen (ver recuadros).
Lo cierto es que la nueva Nohra ha sorprendido inclusive a sus amigas más cercanas. "La verdad yo pensaba que era más de hogar que de trabajo, y ahora nos ha demostrado a todos que también es una estupenda ejecutiva", dice Ilse Piedrahita. De la misma forma piensa su asistente, María Teresa Tobón: "Nohra no falta un solo día a su oficina. Y por más que tenga una agenda apretada, no sale hasta cumplirla totalmente". Su rutina es la de una verdadera esclava del trabajo: se levanta a las seis y media de la mañana y su jornada no termina antes de las 11 de la noche.
Su propósito, ahora, es volverse experta en la situación nacional. "Soy consciente de que no sé de economía lo mismo que puede saber Jacquin. Pero no me da pena decirlo. Y me estoy preparando para ser una buena Primera Dama".
Es claro que podría parecer extemporáneo seguir hablando de las primeras damas de la Nación, si se tiene en cuenta el fallo de la Corte Constitucional que puso fin a su despacho. Sin embargo esta decisión, más que acabar con el poder de las primeras damas, lo va a consolidar. El vacío jurídico inevitablemente terminará traduciéndose en una reglamentación que puede hacer que ese despacho sea, posiblemente, más poderoso a partir de ahora que en el pasado. De lo que no hay duda es de que, sea Jacquin o sea Nohra la próxima inquilina de Palacio, un fallo constitucional no va a obligarlas a quedarse sentadas cruzadas de brazos. Porque si en algo se asemejan estas dos mujeres, es en su firme decisión de hacer muchas cosas como esposas del Presidente.

SU PRUEBA DE FUEGO
JACQUIN: EL ATENTADO
MARZO 3 de 1989. Un viernes lluvioso en Bogotá. Ernesto Samper llegó al aeropuerto El dorado con su esposa y sus escoltas. Tan pronto entró, vio dentro de la multitud a José Antequera, líder juvenil de la Unión Patriótica. Hacía tiempo que no conversaba con él. Se acercó a saludarlo.. .
Hasta ese instante los recuerdos son claros. Lo único que se sintió después fueron las ráfagas de ametralladoras disparadas a quemarropa contra los dos politicos. En ese momento sucedió algo que cambió la historia de la familia Samper: en medio del pánico, Jacquin Strouss, esposa de Ernesto, se lanzó sobre su marido para protegerlo de las balas. "Estaba organizando las maletas cuando me di cuenta del tiroteo -dice Jacquin-. Ví a Ernesto herido y escuché que uno de los sicarios le gritaba al otro: '¡Remátelo!'.Entonces me arrojé sobre él para cubrirlo ".
Jacquin arrastró a Samper hasta el counter, lo acomodó sobre la banda transportadora de equipaje, pidió que pusieran a funcionar la máquina y en ella lo llevó hasta una bodega. "Pasaba una camioneta de Satena y le rogué al chofer que me ayudara. En ella lo llevamos hasta la Caja Nacional de Previsión". Tan pronto llegó, Samper entró a cirugía. La intervención duró varias horas.
Después vinieron 22 operaciones más y 45 días de hospitalización, durante los cuales estuvo en peligro de muerte. Muchos dudaron de que su recuperación fuera posible. Pero su esposa siempre tuvo la certeza de que se salvaría. A lo largo de ese mes y medio, Jacquin vivió en el hospital, instaló su cama al lado de la de su esposo, se convirtió en la perfecta enfermera...
Y el 13 de junio de 1989 le dieron la buena noticia al país: Ernesto estaba recuperado. "Fue un milagro -dice ella-. Pocos pueden contar el cuento después de haber recibido 13 tiros". En este milagro tuvo mucho que ver Jacquin. Sin su intervención aquella tarde en el aeropuerto, la historia de Ernesto habría tomado otro rumbo. Aunque es imposible saber cómo se va a actuar en momentos como esos, su reacción fue la de una verdadera heroína. Mantuvo el control total de la situación y llevó a su esposo hasta un centro asistencial, donde finalmente le salvaron la vida.
Cinco años después, Ernesto y Jacquin consideran superada esta etapa. Incluso ahora hace parte del repertorio de mamagallismo de Samper y es tema de una de las cuñas radiales de la campaña presidencial. Dice: "Aunque suene extraño, este hecho nos dejó más cosas positivas que negativas. Ahora creemos mucho más en Dios".


SU PRUEBA DE FUEGO
NOHRA: EL SECUESTRO
ENERO 18 de 1988. Nohra Puyana iba en su carro hacia la casa de sus suegros. Por el camino puso la radio para escuchar las noticias. En ese momento estaban dando el flash informativo: Andrés Pastrana, candidato a la Alcaldía de Bogotá, acababa de ser secuestrado.
Como pudo, Nohra llegó a la residencia de los Pastrana. "Esa noche la pasamos en vela -dice-. Esperábamos cualquier noticia de Andrés ". Y, las noticias comenzaron a llegar, pero sólo hasta el cuarto día se conoció la verdad: Pastrana estaba en manos de Pablo Escobar. Esta era la peor de todas las posibilidades, pues un secuestro de Escobar significaba prácticamente una sentencia de muerte. Sobre todo cuando las exigencias para la entrega eran imposibles de cumplir. Se trataba de requisitos que el gobierno no podía aceptar y que no dependían de los familiares de Andrés.
La situación era crítica para todos, en especial para Nohra. Muchos, en esas condiciones, se hubieran dejado llevar por el pesimismo. Pero con ella sucedió lo contrario: Nohra se creció. La niña tierna se convirtió en una mujer fuerte y decidida. "Todo me lo habían servido en bandeja de plata -agrega-. Pero con el secuestro de Andrés, la vida me puso la prueba más dura". Y la superó con entereza: continuó con la campaña para la Alcaldía, acudió a actos públicos, participó en caminatas...
El momento de mayor exigencia fue la inaguración de la sede de Juventudes con Andrés. "Preparé el discurso con cuidado. Lo escribí y me lo aprendí casi de memoria", dice. El día del evento la recibieron miles de personas en medio de aplausos. Con lágrimas, Nohra leyó lo que había titulado 'Mensaje de Esperanza'. Al terminar, pidió una oración por la libertad de su esposo. "No sé de donde saqué fuerzas. Cuando llegué a mi casa, me derrumbé. Al día siguiente no me pude levartar del dolor en todo el cuerpo".
Por esa interveneión, Nohra se ganó la admiración nacional. Admiración que aún mantiene, pues el país no olvida sus palabras. Como tampoco olvida la imagen del feliz encuentro entre ella y Andrés, el día en que la Policía lo rescató en Antioquia. Ese abrazo de bienvenida que se dieron en el aeropuerto de Medellín -él vestido con sudadera, ella con un pañuelo blanco en las manos y ambos llorando- es recordado por todos.
Desde ese momento la carrera política de Andrés ha sido fulgurante. Y Nohra ha seguido acompañándolo. Pero ella acepta ser distinta a la que era antes del secuestro de su marido. "Ese episodio me maduró. Aprendí a valorar más lo que tengo. A no quejarme tanto de las cosas".