Especiales Semana

LA BELLA DURMIENTE

Una niña china, que cayó en coma cuando tenía 1 año, despierta después de 11 años

20 de octubre de 1986

No son muchos los que, en primera instancia, creen esta historia extraña, cuya protagonista se llama Xie Xiaoli y es una niña nacida 12 años atrás en una provincia del sur de China. La historia comenzó hace 11 años, cuando Xie, que para entonces aún no había aprendido a caminar, se cayó de su cama y, según sus padres, se golpeó fuertemente en la cabeza.
Poco a poco Xie fue perdiendo el sentido del equilibrio y, días después del accidente, se sumió en un estado de inconciencia, con los brazos y las piernas encogidos y la mandíbula crispada, del que sólo regresó hace algunas semanas. Los especialistas que la vieron a lo largo de todos estos años hicieron siempre el mismo diagnóstico: epilepsia, que en algunos casos, puede parecerse al coma.
A principios de este año, un médico e investigador del hospital militar de Sijiazuán, 300 kilómetros al sur de Pekín, decidió someter a la joven paciente a un scanner. El examen demostró que el golpe había provocado una hemorragia cerebral y que un hematoma estaba comprimiendo la mitad del cerebro de Xie. La niña fue operada en julio y tras un período de recuperación, se despertó de su largo sueño.
Según los médicos, el restablecimiento de Xie fue muy rápido: sus miembros se relajaron, aunque ella aún no puede moverlos. Ha comenzado a comer, recorre su habitación con la mirada, reacciona a la música y sonríe tímidamente a todos los que la visitan. Para una persona que la vio hace pocas semanas, "tiene la apariencia de alguien que acaba de salir de una muy larga enfermedad".
Los especialistas aseguran que de ahora en adelante sólo se puede esperar que progrese. Por lo pronto, su comportamiento es el de un bebé de un año y su mejoría depende en gran medida del nivel de la lesión causada en el cerebro. El problema es que los médicos ni siquiera saben con absoluta certeza si lo sufrido por Xie en estos 11 años fue un coma. Hay diversas opiniones entre los que han estudiado el caso, pero en general, todos están de acuerdo en que el pronóstico es más bien sombrío.
SEMANA consultó en Bogotá al doctor Alfredo Herrera y a la siquiatra Gabriela Guerrero. Para ellos, los casos de coma prolongados son particularmente difíciles de tratar y, teniendo en cuenta las particularidades del proceso de Xie, ella tendrá que aprenderlo todo como si fuera un bebé: primero comer alimentos líquidos, luego aprender a masticar y finalmente, desarrollar el sistema motriz y hasta hablar, si las cosas salen bien.
Pero aparte de estos problemas, existe una desadaptación intelectual y emocional muy grave. De un coma tan prolongado hay siempre residuos neurológicos severos y parece bastante improbable que Xie logre algún día equilibrar su estado mental con su edad física, por lo cual además, se deberá someter a tratamientos similares a los que reciben los niños con retrasos mentales, motrices y físicos.
La experiencia indica que los comas profundos suelen terminar con la muerte del paciente, después de 10 y hasta 20 años. Según los médicos, es muy raro que, como en este caso, después de 1 año o más de coma, el paciente se recupere y regrese. Los pocos que lo han logrado han soportado problemas que van desde deficiencias en la memoria, hasta la parálisis total. Patrice, un francés de 18 años que cayó en coma tras un grave accidente automovilístico, se despertó meses después con el coeficiente de inteligencia de un niño de 2 años. Después de muchos años, volvió a hablar, caminar, recordar, etc. Otros casos similares han revelado que, entre más joven sea el paciente, más posibilidades hay de que se recupere. Pero esto siempre y cuando se trate de que, al volver del coma, la persona sólo tenga que recordar lo que ya había aprendido. Y este no es el caso de Xie, quien al sufrir el accidente apenas había recorrido una pequeña parte del camino del aprendizaje.
Los especialistas chinos, siempre tan dados a los recursos literarios, resumen el pesimismo con que afrontan la situación de la siguiente forma: los animales que se dejan en la oscuridad desde el inicio de sus vidas, no logran nunca ver. Pero, como en miles de casos médicos en todas partes del mundo, lo último que han perdido los médicos y allegados a Xie, es la esperanza.--