Especiales Semana

La ciudad inspiradora

La arquitecta Adriana Cobo explica cómo y por qué Bogotá ganó el León de Oro a <br><br> la mejor ciudad en la Bienal de Arquitectura de Venecia.

2 de diciembre de 2006

Al visitar la Bienal de arquitectura de Venecia, una cosa quedaba clara: Bogotá se veía muy bien. Entre otras 15 ciudades que constituyeron la muestra principal y que le daban su nombre: Ciudades, arquitectura y sociedad, la capital de Colombia resaltaba no solamente por la calidad de su arquitectura reciente -alamedas, escuelas, bibliotecas, ciclorrutas-, sino por el impacto de su transformación en la vida de los bogotanos y por sus incomparables cifras de cambio positivo.

¿Cómo llegó Bogotá a esta muestra y por qué ganó? Después de recorrer innumerables ciudades del mundo, Richard Burdett, director de la Bienal y curador de su muestra principal, escogió 16 cuya condición urbana constituyera un modelo para el desarrollo futuro.

La Bienal de Arquitectura se dedicó por primera vez en la historia al tema de ciudades, explorando las relaciones entre arquitectura, urbanismo y vida metropolitana. Y Bogotá ganó el León de oro en Venecia el pasado 8 de noviembre por ser la más inspiradora de las presentadas en la muestra curada por Burdett, quien eficazmente logró que una serie infinita de números y estadísticas se viera asombrosamente bien. Información sobre las 16 ciudades se exhibía de manera comparativa a lo largo del edificio de la Cordería en el Arsenal, una estructura de 300 metros de longitud usada originalmente para crear cuerdas de navegación -de ahí su nombre y su forma-; con videos rápidos que desplegaban tasas de crecimiento económico, porcentajes de conectividad, número de habitantes por kilómetro cuadrado, etc., además de gráficos en movimiento, maquetas enormes e impresionantes tomas aéreas, combinadas con imágenes y sonidos locales que captaban la vida cotidiana para trasportar al espectador fugazmente a la ciudad respectiva con banda sonora incluida.

Entre íconos urbanos como Nueva York, Berlín, Barcelona y Tokio, ciudades latinoamericanas prominentes como Sâo Paulo y Ciudad de México, ciudades del Lejano Oriente, como Shangai, Tokio y Mumbai, Bogotá se presentó como la 'ciudad accesible' con una imagen construida a través de fotos de extensas áreas periféricas de la ciudad tapizadas de vivienda de estratos medios y bajos cruzadas por nuevas ciclorrutas; actividades urbanas como los fantásticos aeróbicos del domingo en el Parque Nacional, edificios de talla internacional como las nuevas bibliotecas y las escuelas del Distrito; espacios públicos como el Parque Tercer Milenio; andenes recuperados, alamedas y el sistema TransMilenio. Bogotá es accesible porque hoy ofrece al público una visión inesperada que con exhibiciones como esta ha empezado a surgir entre montones de prensa violenta, que usualmente muestran al país como un destino imposible. Imágenes que comparan el antes y el después de lugares, como la Avenida Caracas o la Plaza de San Victorino, se han convertido en una metáfora de muchos asentamientos urbanos del globo que por la intensidad de su crecimiento, enfrentan problemas similares aquellos para los que Bogotá ha propuesto soluciones.

Comparar la misma calidad y la cantidad de información sobre ciudades diversas hizo de la muestra una oportunidad excepcional, y de Bogotá una ciudad de fuerte impacto, por comparación no sólo con otras ciudades, sino consigo misma. Una de las cifras más emocionantes de la muestra fue la reducción del 82 por ciento en la tasa de homicidios de Bogotá en 10 años, lo cual la hace una ciudad más segura que Sao Paulo, Ciudad de México y Washington D. C. La 'ciudad accesible' mostró su riqueza, no aquella de los estratos 5 y 6, sino la que expresa su capacidad de inversión pública, que ha generado más equidad y seguridad en los últimos años.

Después de visitar Bogotá en Venecia, el público se hacía siempre la misma pregunta: ¿cómo se ha logrado este cambio en la capital de un país signado por la violencia? La respuesta: la unión de voluntad política, eficiencia administrativa y participación ciudadana. El proceso que ha vivido la ciudad con las administraciones de los alcaldes Jaime Castro, Antanas Mockus y Enrique Peñalosa, ha resultado en proyectos que permiten visualizar un proceso de transformación de más de 16 años traducido en el mejoramiento radical de la configuración urbana, desde el espacio público hasta el transporte, utilizando el suelo a favor de todos y no de unos pocos.

Esta muestra envía un fuerte mensaje a políticos y arquitectos del mundo sobre la relevancia de concentrar recursos en la creación de condiciones urbanas democráticas, y a los ciudadanos de cualquier ciudad sobre la importancia de adoptar modos de transporte alternos al carro como la bicicleta, de hacer uso tolerante del espacio público y de considerar la importancia de tener un estilo de vida ecológicamente amigable. La complejidad urbana nos proyecta hacia el futuro. Según la investigación sobre Culturas Urbanas Latinoamericanas realizada por Armando Silva, Bogotá es la capital del continente que más cree en su futuro. ¿Cómo vamos a mantener y mejorar la calidad de la ciudad que tenemos? Las soluciones están en manos de quienes miremos a Bogotá como una ciudad que inspira no sólo al mundo, sino a sí misma.

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