Especiales Semana

LA CONSTRUCCION Y SUS COMPLEMENTOS

11 de mayo de 1992

A toda vela
EL RACIONAMIENTO DE LA LUZ DEVOLVIO al país un elemento perdido en la decoración moderna: los candeleros y los candelabros.
No hay duda de que esta medida sin precedentes en la historia nacional ha influido notablemente en el campo de la decoración con la recuperación del candelabro y del candelero como elementos básicos.

Hoy nadie pone en tela de juicio el retorno hacia las costumbres de principio de siglo. Velas, candelabros y reuniones familiares en la oscuridad se han hecho tan frecuentes que el mundo del diseño interior no tiene otra opción que entlegar a las personas lo que necesitan en este tiempo.

Y es que generalmente se habla de la magia y encanto de las velas pero nadie se detiene a lanzar un piropo al candelabro.
Con el racionamiento ya es hora de detenerse en este instrumento básico para los colombianos.

Pero antes es necesario hacer una aclaración . No es lo mismo un candelero que un candelabro. ¿Dónde está la difelencia? Según algunos estudios, candelero es aquel sopolte de metal que tiene capacidad para una sola vela mientras que el candelabro tiene dos o mós brazos. Pero el lazo de unión es que los dos tienen el poder de llevar a cuestas los más cálidos instrumentos luminosos: las velas.
La historia del calendabro arranca en el libro sagrado cuando Moisés mandó colocar un candelabro de oro de siete brazos en el Tabernáculo. Insignia que luego se convirtió en el más importante trofeo romano y figura en los bajorrelieves del arco de Tito.
En cuanto a los candeleros la historia cuenta que el impulso lo dio la Iglesia. Allí se utilizan tres estilos de candeleros diferentes. El primero, los que se colocan en el altar. Segundo, los que llevan los acólitos en la misa solemne o en otras ceremonias y por último el gran candelero sobre el que se coloca el cirio pascual.

Además, según la tradición, debe haber dos candeleros en el altar para la misa rezada, cuatro en la misa cantada y seis en la solemne.
Pero si la misa la celebra el obispo se colocan siete candeleros.

Con el paso del tiempo, en algún punto del planeta, los términos seunieron y hoy muy pocas personas saben a cienda cierta la diferencia que hay entre los dos.

A pesar de su permanencia en el escenario mundial el candelabro y el candelero han perdido identidad dentro de los escenarios decorativos, pues ahora se le da el título a cual quier elemento que soporte una vela. Hoy por hoy, una botella o una vasija de barro fácilmente hacen las veces de candelabro.
Para muchos diseñadores es valida la pérdida de identidad del candelabro. No obstante algunos expeltos no ceden y continúan afirmando gue un candelabro es un candelabro y nada lo reemplaza.

Una industria que crece
Para nadie es una sorpresa que el candelabro haya sido y siga siendo un elemento indispensable tanto en los hogares como en los restaurantes y más aún en esta época de oscuridad temporal.

Por eso la industria artesanal se ha esforzado en fabricar soportes exclusivos y muy originales. La creación va desde pequeños platos en arcilla hasta grandes y sofisticados candelabros de 14 brazos en plata, bronce, y en algunos casos, oro. Es decir, existe un candelabro para todos los gustos, espacios y presupuestos.

Y como entre gustos no hay disgustos, la industria se ingenió distintas formas de candelabros como alternativa para decorar según las preferencias de cada persona.

Variedad, imaginación y estilo son los elementos que reúne el mundo de los candelabros. Un universo de brazos abiertos que sostiene la magia y el encanto de una vela bien acomodada.

La leyenda del mármol
RIEGOS Y ROMANOS FUERON GRANdes maestros para trabajar este material que ahora está de moda. Figuras atléticas de los dioses del Olimpo con el toque de la Grecia mítica se cruzan con los recuerdos de las figuras romanas más realistas que las de los primeros.
Y mientras los recuerdos y las imágenes impregnadas de arte vienen y van, los arquitectos de nuestra Colombia contemporánea se deleitan con el festín de mármoles y granitos que ronronean por los almacenes especializados en construcción. Por eso, hoy no es raro encontrar lujosas construcciones con halles enchapados en los más finos mármoles.

Según Yoffre Mor del Centro Decorativo Prodecor, los lobby de entrada a los edificios residenciales, las recepciones, los comedores, los puntos fijos de edificios, los mesones de cocinas y baños, son los lugares en los que se utilizan los mármoles y los granitos.
A ello se suma la utilización de estos materiales como enchapes para baños y ciertas piedras para fachadas de edificaciones y chimeneas.

Para los expertos, el granito es un material más costoso que el mármol pero es mucho más puro que éste. Tiene la virtud de venir con puntos de diferentes tonalidades que lo hace un elemento preciado en la construcción y en la decoración.
Entre tanto, el mármol tiene como rasgo característico la presencia de un color básico y su veta natural.

Tanto los mármoles como los granitos son materiales que han entrado en boga durante los últimos tres años en el mundo de la decoración colombiana. Su utilidad en residencias, oficinas y lugares públicos se hace cada vez mayor aunque hay quienes creen que son materiales excesivamente costosos. La verdad es que hay mármoles de 20 mil pesos el metro cuadrado hasta 200 mil pesos el metro cuadrado. Es decir, hay mármoles para todos los bolsillos y para todos los gustos. Aunque la inclinación de las personas por el mármol travertino peruano y los tonos beige en el granito es evidente. Al parecer, la percepción en materia decorativa continúa siendo muy tradicional en el país.

Se trata de complementos para la construcción que recogen en un solo espacio elegancia, funcionalidad y resistencia . Un toque clásico a la arquitectura moderna.