Especiales Semana

"LA CRISIS CAMBIARIA ESTA DESCARTADA"

MINHACIENDA.ENTREVISTA

20 de noviembre de 1989

SEMANA: ¿Cómo ve usted la situación económica actual?
LUIS FERNANDO ALARCON: Yo creo que aquí las cosas hay que mirarlas con una gran objetividad, desvinculándolas un poco de la parte mágica que se le pueda atribuir a las proyecciones del gobierno, e inclusive a lo que uno quisiera que fueran. Lo cierto es que uno no puede pretender que cuando el país tiene una serie de shocks, como los que ocurrieron a partir de mediados de año, es decir, cuando viene un desplome vertical de los precios del café o cuando se presentan hechos como los vinculados con el terrorismo, pues no se puede esperar que esto no represente ningún costo para el desempeño de la economía en general. Eso es lo que se refleja cuando, al realizar las proyecciones o los estimativos recientes sobre crecimiento de este año, uno encuentra que si, efectivamente, la economia este año seguramente crecerá entre el 3 y el 3.5%. Eso no significa ni una derrota de la politica económica ni que esta se autodescalifique, ni que el ministro de Hacienda sea un mentiroso, ni que el hecho de que haya sido necesario revisar unas proyecciones ante unas nuevas circunstancias implique una falta de seriedad ni mucho menos. Muy por el contrario, lo que significa es que se adopta una posición muy realista ante unos hechos que son reales, que son objetivos y que existen, y que tienen un efecto sobre el desempeño económico .

S.: ¿Qué se puede decir del próximo año?
L.F.A.: Yo diría que no hay ninguna razón para creer que el país va a entrar en una recesión, en el sentido de que vamos a tener indices negativos de crecimiento, o que el desempleo va a crecer tremendamente, o que la situación va a cambiar radicalmente. Creo que no es que podamos esperar un año espectacular, pues las circunstancias no son las más favorables, pero están dadas las condiciones para que continúe dándose un desempeño relativamente favorable y con tendencias a la mejoría desde 1990, dependiendo de qué factores exógenos puedan ocurrir y de cómo evolucionen ciertas circunstancias claves de todo el clima social y económico.

S.: ¿Se ha preparado un plan de ajuste?
L.F.A.: Yo no diría que se trata de un plan de ajuste dramático. La verdad es que en Colombia nunca ha sido necesario hacer ajustes radicales.
Normalmente la tendencia es a actuar cuando llega la situación de crisis. Lo que estamos haciendo es actuar con suficiente anticipación en ciertas áreas claves, tomando medidas precautelativas que nos permitan armar todo este panorama. Los hemos anticipado a las cosas, hemos revisado la situación macroeconómica y tenemos ya un panorama armado para el año entrante que nos va a servir de guía para la conducción económica en el 90.

S.: ¿Qué opina de los rumores de crisis cambiaria?
L.F.A.: La crisis cambiaria está descartada. Creo que el país va a entender eso y va a tener confianza en lo que estamos diciendo, cuando al terminar este año vea que tenemos una situación cambiaria y unas reservas internacionales dentro de lo que hemos dicho. Que no estamos agotando las reservas y que si este año han caido es porque transitoriamente ha sido necesario por no haber contado con los desembolsos de crédito externo. Debemos tener una gran confianza en este campo porque hay factores muy positivos. Basta sólo ver el comportamiento de las exportaciones diferentes al café.

S.: Y de los chismes sobre devaluación masiva...
L.F.A.: En Colombia tenemos una trayectoria tan larga de no hacer devaluaciones masivas y por otra parte hemos hecho un esfuerzo continuo, durante estos últimos años, de tener la tasa de cambio más o menos donde toca, que le permite al país no tener preocupaciones en este campo.

S.: ¿ Qué hay sobre la política fiscal ?
L.F.A.: Es necesario que la política fiscal sea muy cuidadosa. Por esa razón es que nosotros hemos mirado con mucho detenimiento toda la programación fiscal y creemos que la situación que se deriva de la caída de los precios del café (que desde luego fiscalmente tiene un impacto serio porque el déficit del Fondo Nacional del Café se aumenta) es manejable.
Desde luego, se hace indispensable manejar el déficit del resto del sector público muy cuidadosamente y mantener los gastos bajo control, así como vigilar la racionalización de las inversiones. Pero el nivel del déficit fiscal tampoco se va a salir de control.
Para este año el déficit debe estar alrededor del 2.3% del PIB, el año entrante aumentará un poco, pero estará cerca del 2.4% del PIB. Por consiguiente no ha habido el desbordamiento fiscal, y hemos podido acomodar--al igual que con el frente externo--una situación fiscal, con cambios, pero manejable.

S.: También hay temores sobre un gran aumento de la inflación...
L.F.A.: De acuerdo con lo que ha sido la tradición colombiana, se ha tenido un gran cuidado en que los agregados fiscales y monetarios se mantengan bajo control. Esa es una tradición de disciplina que seguirá en el manejo macroeconómico. Creo que no se va a perder y que cualquiera que vaya a ser el próximo gobierno, eso no va a ocurrir. Por eso, si uno no tiene un desbordamiento monetario y un desbordamiento fiscal, no tiene por qué haber un problema de hiperinflación. El pais puede estar también muy tranquilo en ese campo.

S.: ¿Qué puede pasar con el desempleo?
L.F.A.: Los logros de este gobierno hablan por sí solos. Han sido bien notorios. Pero ahora surge la preocupación muy válida de hasta dónde los problemas presentes en relación con el desempeño del sector productivo puedan deteriorar esta favorable situación. Yo no esperaría avances dramáticos en materia de reducción del desempleo. Tampoco creo que se vaya a presentar la situación de una reversa espectacular. Creo que la situación debe mantenerse entre los niveles en que ha estado durante los últimos tiempos, los límites que ya bien conoce la opinión pública de entre 9% y 10%. Uno pensaría que eso puede ser lo razonable. Espero que aquí no ocurra aquello de que sorpresas te da la vida. Por lo menos que no sean del lado negativo.

S.: Hay preguntas sobre si este gobierno va a proponer más impuestos. ..
L.F.A.: El último año de gobierno no es el momento más propicio para hacer una reforma fiscal. De hecho no lo estamos proponiendo así al Congreso. Hay sí algunas iniciativas legislativas que tienen relación con el tema impositivo, como es el caso de la racionalización de los impuestos territoriales la creación del impuesto territorial unificado y la racionalización de todo el régimen del impuesto predial que le hemos propuesto al Congreso, pero que no significa la creación de nuevas cargas tributarias.
También está el tema de los gravámenes a la gasolina en las ciudades donde se haga el metro, pero este debe mirarse, no como un problema impositivo general, sino como una forma de obtención de recursos locales para financiar obras locales, de beneficio local.

5.: ¿Qué hay sobre endeudamiento externo?
L.F.A.: Estamos muy a tiempo para diseñar, negociar y tener listas las soluciones de 1991 y 1992 para proponerselas al próximo gobierno. Hay que tenerlas muy a tiempo para que no se vayan a presentar las demoras que nosotros tuvimos que sufrir en carne propia. Con la banca multilateral estamos también trabajando muy duro, porque es necesario negociar rápidamente algunos créditos que se deben desembolsar el año entrante, particularmente con destino al sector eléctrico. También estamos trabajando para fortalecer el conjunto de proyectos, algunos de los cuales empezarán a desembolsarse en el 91 y 92 pues este es un proceso continuo, pero allí no debe haber problemas. Sin perjuicio de las decisiones que pueda tomar el próximo gobierno, estamos muy a tiempo para trabajar en los créditos que necesita el país para dejar ese terreno bastante avanzado. El tema del endeudamiento externo para el año entrante está despejado yo diría que en un 95%. Sólo nos faitan algunos créditos con los organismos multilaterales que estamos conversando y negociando en este momento.

S.: ¿Qué piensa de la apertura?
L.F.A.: Yo diría que efectivamente el país requiere una política mucho más racional en materia de comercio exterior, que indudablemente comienza por mejorar el manejo de nuestras importaciones, que ha estado basado en el criterio de que a través de las restricciones cualitativas de impedir el acceso a los bienes importados, es como se estimula la producción interna. Definitivamente esto no necesariamente es así y creo que en el caso de Colombia ya este esquema, que se ha venido poniendo en práctica desde hace tantos años, ha agotado sus posibilidades. Hemos trabajado intensamente en conceptualizar cómo debería hacerse a través de un esquema gradual que no signifique una apertura abrupta, siguiendo la tradición del país de hacer las cosas con cierta calma, con paso firme pero seguro.

S.: ¿Qué se va a hacer sobre eso?
L.F.A.: Le entregaremos al próximo gobierno todas estas ideas si es que no alcanzamos y la circunstancias nos impiden iniciar el proceso dentro de esta administración. El pais puede aspirar a tener, a la vuelta de un par de años, una estructura de comercio exterior más racional, menos restrictiva, menos burocrática y menos creadora y estimuladora de privilegios. Se pueden crear las condiciones para que el país pueda, agresivamente, entrar a los mercados internacionales e incrementar sustancialmente el volumen de sus exportaciones. Donde los consumidores puedan tener acceso a bienes importados, desde luego con una adecuada protección arancelaria para la producción nacional, pero que haya una mayor competencia, de la cual, con toda seguridad, se van a beneficiar todos, consumidores y productores. Un esquema que definitivamente va a ser indispensable si el país quiere tener una economía que crezca mucho más dinámicamente, a tasas más ambiciosas que los 4% ó 5% que estamos acostumbrados a tener recientemente como techo máximo para las tasas de crecimiento del país. Creo que eso es indispensable y ese es un verdadero reto para Colombia. Tiene que enfrentarse con toda sinceridad, con toda entereza, y es necesario, si de verdad se desea que la economía crezca mucho más vigorosamente.

S.: En resumen, ¿cómo describiría la situación?
L.F.A.: Es una situación compleja.
Una economía con factores que uno podría calificar de exógenos, de inesperados o de difícilmente previsibles, que ocasionan una serie de dificultades en el manejo de la misma. Todo ello es manejable. Los problemas han sido oportunamente identificados, analizados y enfrentados por el gobierno, con una clara intención de no permitir desajustes estructurales de la economía, con la necesidad evidente de enfrentar dificultades y algunos costos en el corto plazo, porque no puede ser de otra manera. Pero al mismo tiempo, con unas perspectivas excelentes cuando se piensa en un mediano plazo lleno de posibilidades. En reformas estructurales que deben realizarse dentro de la economía y dentro de la política económica como, por ejemplo, en lo que tiene que ver con la apertura del comercio exterior. Para ese futuro desempeño y para la adopción de las futuras medidas, es absolutamente indispensable que el gobierno mantenga la política macroeconómica bajo control, sin permitir los desajustes que eventualmente, si uno se descuida y se duerme, pueden ocurrirle. Por lo tanto, en esas circunstancias podemos mirar hacia adelante con optimismo, tranquilidad y sabiendo que el país es capaz de superar las dificultades, los obstáculos y la coyuntura dificil que se está presentando.-