Especiales Semana

LA GENETICA DE LA VELOCIDAD

Mientras los atletas vienen mejorando sus records, los caballos de carreras se han estancado en tiempos muy regulares desde hace varias décadas.

4 de julio de 1983

Curiosamente, mientras que los atletas de todo el mundo han mejorado los récords a lo largo de los últimos 80 años, los caballos de carreras siguen registrando tiempos muy similares a los obtenidos desde hace décadas. Dicho de otro modo, mientras que el británico Sebastian Coe impuso en 1981 un nuevo récord para la milla, mejorando en un 22.65% el registro vigente en 1896, en este mismo lapso, los caballos que han ganado el Derby de Kentucky han cruzado la meta con tiempos que han mejorado poco en los últimos años. Sin embargo, los precios que se pagan por un pura sangre se incrementan año tras año, lo que indica que los caballos son cada vez más costosos, no necesariamente porque sean cada vez más rápidos.
Aunque los hípicos, a diferencia de los expertos en atletismo, opinan que el tiempo que gasta un caballo de carreras en cubrir una distancia no importa con tal de que gane la carrera, algunos genetistas han tratado de buscar le una explicación a este hecho. La primera respuesta ha sido que los caballos ya lograron su tope máximo de velocidad, mientras que los hombres llevan menos de 100 años, buscando mejores registros, si se tiene en cuenta que los Juegos Olímpicos moderno comenzaron en 1896. Sin embargo, sorprende este hecho, si se considera que los caballos son criados para correr. Se busca siempre cruzar dos ejemplares campeones esperando de ellos una prole que herede las características de los padres, cosa que no ocurre con los humanos. Se puede decir que a lo largo de los tiempos los hombres se han cruzado entre sí, mientras que los caballos de carrera tienen un orígen "común" en términos prácticos. Tal vez si se exceptúan algunos planes como los de Hitler para lograr una raza superior, los atletas surgen al azar y nunca son el fruto de un matrimonio entre "el" campeón y "la" campeona.
Lo más parecido a una "cría" de campeones es tal vez el sistema para escoger atletas que tanto ha beneficiado a algunos países socialistas, donde los niños dotados comienzan a recibir una preparación especial. Con los caballos ocurre algo distinto, ya que estos son entrenados desde el primer instante. Su vida está consagrada a un solo objetivo, ganar un Derby, mientras que buena parte de los atletas se dan cuenta de sus aptitudes cuando entran a la universidad y alternan sus estudios con las prácticas atléticas.
Todas estas consideraciones no dejan muy bien parado el prestigio de aquellos que se dedican a mejorar las condiciones de los caballos. Gary Potter, un experto en fisiología equina, opina que a los caballos les pasa lo mismo que a los americanos corrientes: comen porquerías y no hacen suficiente ejercicio. Y concluye que resulta admirable que los caballos corran a la velocidad que lo hacen si se tiene en cuenta las dietas a las que están sometidos.
Para comparar el progreso de los atletas y de los pura sangre existe una fecha común, que curiosamente indica el origen de los Juegos Olímpicos modernos y el actual trazado del Derby de Kentucky, uno de los más famosos del mundo. En 1896, el caballo Ben Brush recorrió la milla y cuarto del Derby en 2'07" y el británico Edwin Flack ganó en Atenas la primera medalla de oro olímpica al correr los 1.500 metros en 4'33"210, equivalente a unos 4'53" en la milla. La gráfica muestra la evolución de ambas carreras con el paso del tiempo. Mientras que en Kentucky los tiempos han mejorado muy poco, destacándose el minuto 59 segundos de Secretariat en 1973, los récords de la milla han mejorado siempre y se cree que en los Juegos Olímpicos de Los Angeles los atletas correrán aún más rápido, a pesar de la contaminación ambiental.
Esto se debe sencillamente a los avances de la tecnología y a la evolución de las tácticas y de la medicina deportiva.
En los años 20 los atletas y los caballos corrían en pistas similares, de grama o de arena, como se vio en la película "Carros de Fuego". Actualmente, las pistas sintéticas les permiten a los atletas correr con más velocidad. Sin embargo, no todo el progreso es cuestión de conocimientos tácticos. Los atletas saben que es necesaria una gran cuota de disciplina y de sacrificio para lograr romper una marca del mundo.
En los años 20 bastaba entrenar tres veces por semana. Poco a poco los atletas descubrieron que había que correr unos 50 kilómetros diarios, intercalando trotes lentos con arranques rápidos para lograr más fuerza. Estas técnicas de entrenamiento por carretera y a campo traviesa les han permitido a los elegidos romper récords, como el caso de Sebastian Coe,.quien ya ha impuesto 11 récords mundiales en diferentes carreras de semifondo.
LA MAGIA DEL ENTRENAMIENTO
La genética es todavía una ciencia muy nueva y no se le puede echar la culpa a los genetistas por el "estancamiento" de los pura sangre. Los caballos tienen 32 pares de cromosomas y, por lo tanto, hay unos 4 mil millones de posibles combinaciones genéticas distintas en un solo cruce de un caballo y una yegua. Como solamente a finales del siglo XVII comenzaron a seguirse los "pedigrees" de los pura sangre modernos y los secretos de la genética comenzaron a ser tenidos en cuenta en este siglo, se puede decir que los primeros pura sangre no difieren gran cosa de los actuales. La genética por el momento tampoco ha incursionado muy a fondo en este sentido con los seres humanos. Estos simplemente poseen mecanismos que hace algunos siglos no se explotaban o simplemente no se conocían. Los progresos del atletismo se deben en buena parte a ciertas mejoras técnicas, que se combinan con aptitudes innatas. Pero el principal factor sigue siendo la disciplina táctica y el espiritu de sacrificio de los atletas.
Y aunque en las carreras de 800 metros o más se esperan mejores registros en el futuro, en pruebas de velocidad como los 100 y los 400 metros los récords están estancados desde los Juegos Olímpicos de México, en 1968, lo que podría indicar que, en distancias cortas, el hombre ya se acercó probablemente a su máxima capacidad, como en el caso de los caballos de carreras.
Al fin y al cabo los caballos han galopado con hombres encima desde tiempos remotos, mientras que la gloria olímpica es un estímulo humano que existe desde hace menos de 100 años. Es posible que los avances en genética aporten una respuesta al estancamiento de los caballos, lo que no impedirá, sin embargo, que se sigan vendiendo a precios astronómicos, aunque no precisamente por batir un récord. Los atletas, en cambio, tendrán que seguir mejorando sus tiempos si quieren ser recordados por los expertos. Nadie ponderará jamás la perfección muscular de Sebastián Coe, un pura sangre del atletismo moderno cuya cotización depende de los nuevos récords que sea capaz de imponer.
CIFRAS EVOLUTIVAS
En la gráfica se muestra la evolución del récord de la milla y de los ganadores del Derby de Kentucky desde 1896 hasta nuestros días. La columna vertical indica los tiempos logrados, en minutos y segundos, por los caballos y los atletas, mientras que la fila horizontal indica el año en el que fue logrado cada registro. Si se comparan ambas trayectorias, se puede observar el contraste entre el progreso de los atletas contra el casi total estancamiento de los pura sangre que han corrido el Derby de Kentucky, que se nota si se comparan los tiempos récords de los caballos que aparecen nombrados en la grafica.
Mientras que el récord de la milla ha mejorado en los últimos 80 años de 4'53" a 3'47" 33110, el Derby de Kentucky, cuya distancia es de una milla y cuarto, ha mejorado de 2'07" a 1'59", un tiempo mucho menorpara una distancia que es un 25% más larga. -