Especiales Semana

"LA GUERRILLA DEBE AYUDAR A CREAR EL CLIMA PARA DIALOGAR"

Horacio Serpa, Ministro de Gobierno

5 de septiembre de 1994


SEMANA: USTED HA PLANTEAdo la idea de transformar el Ministerio de Gobierno en Ministerio del Interior. ¿En qué consiste? ¿Es sólo un cambio de nombre?

HORACIO SERPA: NO es sólo un cambio de nombre. Se trata de poner al Ministerio a tono con la nueva Constitución y con las reales necesidades del país. Sin perder sus actuales funciones de gobierno, de representación en los asuntos de la política, de atención de las cuestiones de orden público, el Ministerio del Interior profundizará en lo atinente a la descentralización, a la formación adecuada de los gobernantes regionales y locales, a la participación ciudadana y al ordenamiento territorial. También atenderá todo el extenso campo de indígenas y comunidades negras. Difundirá la Constitución y propugnará por las garantías para el ejercicio de la actividad política. En fin, asumirá muy importantes responsabilidades, entre las que continuará estando todo lo comunal y lo comunitario.

SEMANA: El presidente Samper propuso desde París hace algunas semanas explorar la fórmula de diálogo con los jefes locales de la guerrilla, debido a que ésta parecía disgregada, parcelada. ¿Sigue siendo válida esta afirmación después de la última ofensiva de los alzados en armas, en la cual demostraron capacidad de coordinación y un plan único?

H.S.: La última ofensiva violenta fue provocada casi exclusivamente por las FARC. Ciertamente demostraron capacidad de coordinación nacional y unidad de mando. También capacidad de daño. Creo en la necesidad e importancia del diálogo útil a nivel regional, pero dentro de un contexto de negociación nacional, a menos que se trate de grupos evidentemente autónomos e independientes.

SEMANA: En términos coneretos, ¿qué le pide el nuevo gobierno a la guerrilla para reanudar el diálogo?

H.S.: Que hagan aportes reales para la paz. Que no sigan con la arremetida violenta, que es innecesaria si se trata de llamar la atención para unas eventuales conversaciones. Que ayuden a hacer clima, a devolverle a la gente la confianza sobre la importancia y la necesidad de una solución política a la confrontación armada. El gobierno del presidente Samper va a trabajar bastante en eso de hacer clima: justicia social, derechos humanos, democracia, estatuto para la oposición, lucha contra la corrupción, no a la impunidad, en fin...

SEMANA: ¿Qué clase de límites en el tiempo se le pondrán a esas eventuales negociaciones?

H.S.: Es difícil poner plazos, pero, desde luego, si llegare a haber conversaciones, que sólo se abrirían sobre unas bases muy serias y muy firmes que indiquen su utilidad para la reconciliacións tendría que haber unos límites en el tiempo.

SEMANA: ¿Quién va a mandar en el proceso de paz, aparte, claro está, del Presidente: el Alto Comisionado o el Ministro de Gobierno?

H.S.: El supremo orientador de la política de paz será el señor presidente Samper. Hay ya un gran Comisionado, de mucho prestigio, con autoridad política, serio, de mucha credibilidad en la opinión pública, que es el doctor Carlos Holmes Trujillo. El será el realizador de la política de paz del gobierno, que estará coordinada con mi despacho. Y eso va a salir muy bien, porque tenemos unas mismas convicciones, nos apreciamos bastante y nos entendemos a la perfección.