Especiales Semana

LA INDUSTRIA DEL CUERO

23 de agosto de 1993

El detalle del cinturón
YA TODO ESTA LISTO: EL PANTALON DE gamuza con botas campana delicadamente bordadas, la blusa en yoryé, la chaqueta a la cintura, también en gamuza. Finamente combinado con zapatos y bolsos originales. Pero... y el cinturón? Ojalá que en un momento como este se tenga a la mano un ropero bien surtido con cinturones de largos grosores, texturas y colores variados, sobre todo tonos tierra. Porque este es otro punto importante que no puede faltar y, como es de esperarse, los especialistas no han escatimado esfuerzos ni creatividad para la hora de diseñarlos.
Qué se impone? Los cinturones vaqueros, especialmente en tonos café, terracota y negro. Grabados con animales, leyendas y marcas que se reconocen como típicas del lejano oeste. Los herrajes grandes, de preferencia plateados y también grabados. Y no hay que pasar por alto el grosor, que debe ser ancho, pero no por fuera de los pasadores del pantalón.
Para la moda de los 70, nada mejor que los cinturones negros con remaches grabados e irregulares. La hebilla, por supuesto, también debe ser Y lo natural! no podía dejar de estar presente Pieles de reptiles son hábilmente trabajadas junto con herrajes grabados también bajo este estilo.

Herrajes originales
Llama poderosamente la atención en materia de cinturones los herrajes. En este campo existen quienes se dedican exclusivamente a este arte, diseñándolos con base en las figuras plasmadas en objetos de las culturas precolombinas.
Claro que otros también colaboran en el proceso. La Galería Cano, por ejemplo, utiliza en sus herrajes, con espectaculares diseños, baño de oro de 24 kilates y también la filigrana y el repujado. Figuras antropomorfas y zoomorfas, de muiscas, taironas, calimas y sinúes -entre otras- nacen de las manos maravillosas de los artesanos dedicados a este arte.
Otras galerías se dedican a reproducir piezas de México, Estados Unidos y Perú. Incluso las hay con figuras originalmente creadas en la edad de bronce en Europa. Y como si esto fuera poco, también elaboran por encargo, y, al por mayor, cualquier tipo de diseño realizado especialmente para herrajes.
Son varias las firmas dedicadas a esta línea del sector marroquinero, y como con los demás artículos, los resultados se hacen evidentes a la hora de exportar. México, Italia, Francia, IngIaterra, Estados Unidos, Japón, Alemania y varias naciones son sólo algunos de los países que reciben estos herrajes colombianos de muy buen agrado. Las razones se han hecho explícitas a lo largo de este artículo.

De la res...
el cuero
CHAQUETAS, CARTERAS, ZAPATOS, BLUsas, sillones... toda clase de artículos nacen del cuero. Un noble material natural que bien trabajado desde un principio responde de la mejor forma: alta calidad y versatilidad.
Para llegar a estos resultados, los procesos de la industria del cuero han tenido que pasar por un largo pero sustancioso desarrollo.
La industria de las pieles, en Colombia, se inició a principios de siglo. Bajo métodos rudimentarios el cuero era sometido a lavados en el río más cercano y a un curtido que se realizaba en grandes bateas, pisándolo como si fueran uvas.

Florece el mercado
En Bogotá los primeros mercados se encontraron en la demanda de sogas, cueros, rejos, taburetes, sillas, carrieles, fundas de machete, zapatos y zamarros para jinetes, que eran vendidos en los almacenes de la calle 14 ,o en la calle segunda del barrio Las Cruces en Bogotá. Eran elaborados en fábricas rudimentarias y familiares que por los años 50 se ubicaron en el barrio San Benito. Hoy en día la mayoría se han convertido en fábricas líderes en la producción de curtiembres en el país, y se encuentran localizadas en el mismo sitio. Eso sin contar con las numerosas industrias dedicadas a lo mismo que se han instalado en otras lugares del país como Antioquia, Boyacá o el Valle del Cauca .
Posteriormente se introdujeron los cueros pigmentados con tintes vegetales y minerales, que se procesaban bajo técnicas autóctonas que aún se usan.
Poco a poco la industria fue creciendo, tanto que para 1964 nació la Federación Nacional de Curtidores, que se encargó de introducir cambios tecnológicos en los procesos de curtición. Esto ayudó a que el sector manufacturero también aumentara la técnica en sus elaboraciones. Fue así como en esa época las exportaciones manufactureras superaron los 20 millones de dólares. Posteriormente y por iniciativa de los empresarios del gremio, surge la Asociación de Industriales del Cuero (Asocueros).
El desarrollo siguió su curso y para la década de los años 80 los retos fueron otros: calidad, creatividad e innovación. Esta época se caracterizó por la producción de materia prima de excelente calidad destinada en su mayoría a calzado y marroquinería. Actualmente el cuero colombiano es reconocido nacional e internacionalmente, a pesar de la competencia de países como Italia y Argentina.

El proceso
Mucho se habla de productos y balances economicos. Pero poca gente conoce el proceso que debe pasar una piel antes de ser convertida en un hermoso bolso o en un fino par de zapatos.
Todo comienza con la selección y el cuidado de la res cuya piel va a ser posteriormente procesada. Se debe balancear su alimentación y evitar, a toda costa, mediante vacunas y cremas, que esta adquiera enfermedades o que sea picada por insectos. Este hecho significa cicatrices que se hacen evidentes a la hora de empezar el proceso de curtición.
Una vez sacrificado el animal, la piel sale del matadero y es secada al sol o conservada en sal. En este punto recibe la denominación de piel verde. Ya en la curtiembre, se aplica el llamado "proceso de ribera', que le devuelve la flexibilidad perdida gracias a su inmersión en tanques con diversos químicos. Este tratamiento demora entre 12 horas y tres días, de acuerdo con el número de pieles y la tipología del animal.
Después del reblandecimiento, la piel pasa por el "proceso de sulfuro de cal o cal viva", para que, al hincharse, la carne adherida se afloje y sea más fácil de retirar durante el desencarnado.
Luego llega el momento de la depilación: se sumerge la piel en grandes tinas con sulfuros, que atacan la epidermis y ablandan el pelo, quedando lo que se conoce como flor de la piel. Este proceso la hincha aún más con el objeto de rendirla al momento de cortarla.
Posteriormente se deja al aire libre y se pasa a hendidura: una máquina especial la corta lateralmente. La primera piel que sale es la de mejor calidad y se llama primera flor, y luego están la segunda y la tercera flor. El resto de pieles que se obtienen son consideradas carnazas y se utilizan para forros de zapatos y guantes industriales.
Una vez cortada, las pieles resultantes se someten a la maceración, mediante tambores gigantescos llenos de agua y ácidos que logran sacar los residuos químicos. Cuando esto ocurre se dice que está purgada.
En este punto la piel es considerada cruda y es mediante el curtido al tanino o al cromo, como se convierte finalmente en cuero. El primero se realiza con elementos químicos naturales que poseen las cortezas de árboles como el castaño o el abedul rojo. Y para el proceso al cromo se utilizan elementos netamente químicos. Los resultados? Cueros un poco más finos y suaves. Finalmente se plancha y de ahí pasa al teñido, generalmente realizado por inmersión en anilinas especiales o por aspersión (pintura con pistola) .
Claro que estos métodos no son aplicables a todo tipo de pieles. Es el caso de las pieles de animales exóticos, como la de cocodrilo, donde el proceso es más demorado (12 días) e incluye el lavado en sulfatos.
Actualmente los procesos de curtición han mejorado notablemente y ya en el país se curten pieles de gallinas, sapos, pescados, iguanas... Y eso que, como se ve, llegar al producto final no es fácil. Mas aún cuando todos los detalles deben ser revisados para que los artículos finales sean de óptima calidad.-