Especiales Semana

LAS MUJERES EL PAIS Y EL MUNDO

18 de mayo de 1992

MUJERES CON PANTALONES
EL REMOLINO DE REVOLUCIONES QUE EL mundo ha experimentado durante los últimos 30 años deja sobre el tintero innumerables mitos. Entre ellos el hecho de que la mujer hasta las décadas de los 40 y 50 era una resignada ama de casa que permanecía al tanto de sus hijos y de su hogar.
Pero el mito dista mucho de ser una realidad. Con la llegada del siglo XX surgieron en Colombia las más osadas mujeres que se enfrentaron a sus familias, al Congreso Nacional y a sí mismas para sacar adelante el reto de hacer valer su pensamiento sin importar que llevaran faldas en lugar de pantalones.
SEMANA entrevistó a dos mujeres que en su tiempo, con hijos y familia a cuestas, levantaron sus voces para apoyar, denunciar o defender sus principios políticos y sociales. Se trata de Merce Gerlein de Fonnegra y Esmeralda Arboleda. Mujeres que educaron, que trabajaron, que consintieron a sus hijos e hicieron tareas con ellos mientras preparaban las contiendas políticas y la defensa de la mujer. Reflexiones.

EN DEFENSA DE LA MUJER
"Soy cartagenera de pies a cabeza, aún conservo mi acento intácto a pesar de que Bogotá ha sido mi hogar durante mucho tiempo", aseguró Merce Gerlein de Fonnegra.
"Mi infancia fue algo especial. Tuve unos padres excepcionales que siempre estuvieron a mi lado. De mi madre recuerdo su mente amplia y su generosidad. Hablábamos largas horas y, lo más importante, de temas que en ese entonces eran prohibidos. Eso posiblemente fue lo que marcó la conducta abierta y comprensiva que tuve para mis hijos y hoy para mis nietos. Y no sólo con ellos, porque siempre fui consejera y el paño de lágrimas de amigos y conocidos", señaló.
Estudió en el Colegio de las Casas. "Mis maestros - asegura fueron fundamentales en mi vida. José J. Casas, Abadía Méndez y Antonio Gómez Restrepo. Todos ellos me dejaron gran cantidad de inquietudes con respecto a la vida. Por eso me armé de valor y a los 15 años me levanté ante las obreras y lancé un discurso muy especial" .
Siendo una jóven de 17 años viajó a NuevaYork a estudiar con monjas. Allí adquirió una madurez y le tocó sortear cualquier cantidad de problemas. Aprendió a convivir con todo tipo de personas, católicos, protestantes y judíos, cuando en Colombia un liberal no podía ni siquiera saludara un conservador.
A los 18 años utilizó su experiencia y su vocación maternal para lanzarse al mundo periodístico. En Fígaro, periódico de la época, Eduardo Lemaitre le dio un espado para que incursionara en el mundo de la información. Escribía una columna de consejos para las mujeres. Nunca nadie le respondió, pero no pensaba detener su osadía. Entonces comenzó a escribirse y a contestarse al mismo tiempo.
"Siempre quise ser abogada de familia -dijo- No lo logré. Sin embargo tuve varias amigas de la segunda promoción de abogadas en el pais y entre charla y charla aprendí muchas cositas que me impulsaron a seguir adelante en el camino".
Otro de los escenarios maravillosos de su vida fue el círculo de amigos. Con Eduardo Lemaitre, Tito Zubiría y Lácides Moreno, recitaban, leían y escribían. Crearon un mundo muy suyo, sin perder el contacto con el mundo real porque allí estaba la verdad.
Todo esto, sumado a una vida familiar, fueron los elementos básicos para enfrentarse a la vida.
"Ahora - dijo- recuerdo una frase: " Donde quiera que fueres haz que el mundo sea mejor y más bello, porque tú has estado en él".
Realmente no me acuer dodónde la encontré pero desde el primer día en que la leí se convirtió en el lema de mi vida" .
Durante el gobierno de Rojas Pinilla en 1953 participó en las reuniones que se organizaron en el Capitolio para debatir el derecho de la mujer al voto. Esmeralda Arboleda, Josefina Valencia, Bertha de Ospina Pérez, Gabriela Peláez, Georgina Ballesteros de Gaitán fueron algunas de sus compañeras de causa. En este punto de la vida ya era madre de seis hijos y esperaba el séptimo.
Además, tenía un programa en Radio Sutantenza.
"Un buen día me llamó Josefina Valencia y me dijo: Te vas para las Naciones Unidas. Tú sabes hablar perfectamente inglés y tienes el coraje que se necesita para llevar con altura este cargó .
Por fortuna, mi familia estaba conmigo y me apoyó todo el tiempo. Pero para mí no fue fácil dejar a mis siete hijos. Lo único que me tranquilizó fue el apoyo de mi madre y de mi esposo para encargarse de ellos ", señaló.
En las Naciones Unidas alcanzó una meta importante en su-vida. El haber estado tan cerca, trabajando hombro a hombro con hombres y, especialmente, con mujeres de tantas nacionalidades, con inquietudes similares a las suyas le abrió un gran horizonte.
En 1956 firmó por Colombia la convención de la nacionalidad de la mujer casada. En ese entonces la mujer casada perdía su nacionalidad y adquiría la de su marido. A su muerte, la mujer quedaba a la deriva sin lugar de nacimiento. "Siempre defendí a la mujer porque creía y creo ciegamente en su poder, empuje y decisión", afirmó Merce.
Regresó a Colombia y se dedicó a sus nueve hijos y a trabajar en función de la mujer. Fue nombrada como directora de Extensión Cultural, organizó el primer Festival de Teatro. Víctor Mallarino, Fausto Cabrera, en fin gran cantidad de hombres ilustres estuvieron con ella en este nuevo reto.
En su propósito por defender los derechos de la mujer estuvo en el gobierno de Carlos Lleras Restrepo no como promotora de campaña sino como trabajadora social. Dictó cursos, conferencias y charlas sobre la mujer y la vida cívica.
Hoy, con 74 años de vida y muchas batallas peleadas, piensa que el mayor logro es su familia. Que quiero seguir siendo madre y abuela -aseguró Merce de Fonnegra . Y definitivamente seguir haciendo lo que quiero. Porque gracias a este enfoque logré hacer muchas cosas que beneficiaron mi vida, mi familia y a las mujeres del mundo.
Además, creo que en la vida es mejor ariesgar que quedarse sentado esperando a que los caminos aparezcan. Tiene razón Serrat cuando afirma que se hace camino al andar. Es muya ciertó".

EL ANGEL DE LA LEY
Si se pudiera describir con una sola palabra el carácter de Esmeralda Arboleda, la que mejor la definiría es valentía. Porque en la vida de esta mujer inteligente, extrovertida, alegre y jovial que nació "en la década de los 20", han sido muchas las guerras que ha peleado.
Al parecer su vida estuvo desde siempre marcáda por la lucha. La mayor entre seis hermanas vivió su infancia en Palmira, Valle. De padre payanés, conservador y tradicionalista, y de madre antioqueña liberal y progresista, Esmeralda enfrentó el reto que día tras dia tejía su madre.
Mientras las mujeres de la población cosían para sus hijos, la madre de Esmeralda, doña Rosa Cadavid, se dedicó a cocinar el futuro de sus hijas impulsándolas a estudiar. Por eso, mientras Esmeralda permanecía desde las ocho años interna en un colegio de Pereira y posteriormente en el colegio de las Casas en Bogotá, doña Rosa insistia en Palmira en la educación de sus otras hijas.
Como no había un colegio para mujeres decidió llevarlas a estudiar en el de barones. El escándalo, las críticas y casi la excomunión, no se hicieron esperar. Pero la fortaleza de esta mujer de origen antioqueño, hizo que se saliera con las suyas.
Esmeralda aprendía de ella y del temperamento recio de la señorita Isabel Casas. "Sin duda alguna mi madre y la señorita Casas maracaron mi vida", aseguró Esmeralda.
Muy perceptiva e inteligente, doña Rosa vio en Esmeralda la personalidad precisa para ser una abogada de armas tomar. Alegaba por todo, debatía las ideas y se interesaba en reclamar los derechos. Era perfecta y decidió apoyarla para estudiar derecho en la Universidad del Cauca. Esmeralda fue la primera mujer abogada de esta institución y la cuarta en el pais después de Rosita Rojas Castro, Gabriela Arbeláez Echeverry y Fabiola Aguirre.
Pero su impulso no se detuvo allí. Y así como fue la primera mujer abogada de su universidad, posteriormente se convertiría en la primera mujer en hacer muchas cosas que desentonaban con el comportamiento femenino de la época.
Con especialización en derecho administrativo y protección de menores en la Universidad de Blumington en Indiana, después de casarse con el ingeniero Samuel Uribe Hoyos, y con su hijo Sergio aún en brazos, Esmeralda comenzó a abrirse campo para defender la causa feminista.
Trabajó como abogada auxiliar de la Beneficencia de Cundinamarca, se vinculó como miembro del colegio de abogados especializados en derecho laboral, abrió una oficina de abogados con Fernando Charry Lara impulsados por Juan Francisco Mujica, fue la primera mujer en presentar y ganar una demanda de casación ante la Corte Suprema de justicia, hizo parte de la organización de mujeres que pedían el derecho al voto.
Liberal de pies a cabeza Esmeralda Arboleda padeció los azotes de la persecución conservadora durante el gobierno de Laureano Gómez.
" De ahi la felicidad tan grande que sentimos al llegar Rojas Pinilla al poder. Realizamos un plebiscito nacional con los grupos de mujeres y entregamos al general un documento en el que se analizaba el porqué de la igualdad de derechos para las mujeres. Este informe estaba respaldado por millones de firmas", aseguró Arboleda.
Junto con Josefina Valencia de Hubach, participó en la Asamblea Constituyente. La echaron de allí por sus protestas.
Algún tiempo después esta mujer fue capturada por fuerzas oscuras en Cali que pretendían asesinarla. La reacción de su familia y de los vecinos impidió que esto se lograra. Como muchos compatriotas, Esmeralda tuvo que salir del pais con su hijo mientras, por causa suya, su marido era expulsado de su trabajo.
Pero estas experiencias sirvieron para fortalecer aún más su cáracter. Por eso, tras la caída del general Rojas Pinilla, Esmeralda Arboleda regresó al pais y trabajó en la campaña de Alberto Lleras Camargo.
A su lado tuvo grandes satisfacciones. Fue la primera mujer en recorrer el pais en campaña política, la primera senadora, elegida dos veces y la primera ministra de Comunicaciones.
Desde el espacio político que conquistó con su propio esfuerzo, Esmeralda Arboleda luchó por establecer la igualdad civil de hombres y mujeres, propuso la representación de la mujer en el Partido Liberal a nivel nacional, desde el ministerio creó la Ley de fomento de la industria editorial para importar libre de impuestos y durante 10 años cualquier máterial indispensable para las publicaciones. Y, como si fuera poco, al retirarse del gobierno dirigió y presentó en la televisión durante dos años, el primer programa panel de política denominado "Controversia" y fue colaboradora del diario El Tiempo.
Pero eso no es todo. Esmeralda Arboleda fue embajadora en Austria y Yugoslavia. Además fue embajadora alterna en las Naciones Unidas y en Nueva York cuando el principal era Julio César Turbay. Hasto hace dos meses siendo abuela de dos nietos, Esmeralda Arboleda fue presidenta de la Asociación de Mujeres de Negocios y Profesionales.
"He sido defensora de la causa feminista en el país. Pero esto no quiere decir ir en contra de los hombres sino en favor de las exigencias para la mujer. Y creo que se ha avanzado mucho. La mujer de hoy tiene la opción de escoger entre su profesión y su hogar, ese ha sido un progreso muy importante", aseguró Esmeralda Arboleda. z