Especiales Semana

LAS MUJERES, EL PAIS Y EL MUNDO

17 de mayo de 1993

El tiempo: ¿obsesión?
LLEGA SIEMPRE DE PRIMERA A SU LUGAR DE trabajo y se va de última. No puede esperar a que el resto del equipo alcance el nivel de concentración óptimo para que las cosas marchen sobre ruedas cada día. Hacer una lista de prioridades no es una de sus prioridades. Y lee este artículo a las cinco de la mañana o a media noche. Sin duda, es una trabajadora compulsiva. Dedica sus larqas horas a controlar cada detalle. Todo debe funcionar a la perfección.
Sin embargo, los teóricos de la administración no le pronostican el mejor de los futuros. Si quiere convertirse en "la mujer al mando" advierten en todos los tonos y desde medios tan diversos como la Cosmopolitan y la Time, debe aprender a manejar su reloj A estas alturas del siglo XX, el consejo, naturalmente válido, se ha convertido casi en una obsesión. Desde finales de la década de los 70, cuando los ex hippies accedieron al poder en las empresas, hasta hoy; la industria editorial ha sido progresivamente inundada de manuales, libros de consulta -para quienes dicen odiar los manuales y compendios de pequeños "ejemplos de la vida real" Para quienes aborrecen los primeros y los segundos, todos sobre el mismo asunto: manejar las horas dentro de la oficina.
A medida que las mujeres ascienden en su propia escala de responsabilidad y personas a cargo, las recomendaciones de estos libros se van concentrando en menos verhos. Encabezando la lista están "delegar" y "negociar" objetivos y tiempos con los subalternos.
Y página tras pagina, la muy bien tejida argumentación está matizada por frases de gran impacto: "muchas organizaciones y personas son lo suficientemente flexihles como para progresar a pesar de estar bajo la dirección de un jefe enviciado al trabajo, pero la supervivencia no debe ser la norma del rendimiento". Otra: "algo que merece hacerse bien merece hacerse despacio ". Y una más: "la clave del liderazgo no está exclusivamente en la capaciclad mental"
Horas de calma
Con el paso de los años y la acumulación de experiencia, las oportunidades crecen y los demás consejos relacionados con el tiempo aparecen como imperativos: Dedíquese sólo a lo realmente importante y aprenda a postergar.
Los curiosos ejemplos pueden resultar divertidos si se comparan con la realidad colombiana. Por ejemplo, Ross A. Weeber, profesor de administración de Wharton School y vicepresidente de desarrollo y relaciones estudiantiles de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos), cuenta en su libro Time is money cómo uno de los más recientes senadores del estado de Idaho ideó en su despacho un método forzoso de postergación llamado "horas de calma". Contestador automático, ningún visitante y reuniones pospuestas para "pensar dice Weeber acerca de las tareas ambiguas y creativas con libertad " .
Saber encauzar la pasión por el trabajo puede o no ser una de las grandes obsesiones de la administración modelo, pero en cualquier caso es también una obligación para quienes ocupan cargos directivos y quieren dedicación de calidad en el recurso humano de su empresa. Por encima del conocido aforismo del escritor Juan Carlos Onetti, "todos los caminos sirven para reventar pero algunos son más rápidos y agradables que otros", ellos deben colocar una máxima tan prosaíca como conocida: "nuestro tiempo es oro ".
Sin embargo, los pasos necesarios para alcanzar la ansiada meta de trabajar "a ritmo razonable" estan y seguirán en discusión. Cada gerente debe idear su propia fórmula dentro del extenso menú de estrategias.

Opiniones encontradas
Muchos autores coinciden que al menos hay que fijar siempre una hora para comenzar la jornada y una para iniciar cada actividad. Pero el acuerdo no va más allá. Para la muestra, una sola discusión: la de si es necesario o no "producir impulso". Webber, el mencionado consultor estudiantil de la Universidad de Pensilvania, y otros expertos como Ralph Feinberg, presidente de la BFS Psychological Assodates de Nueva York, sostienen que comenzar cada día con tareas mecánicas, como el manejo de la correspondencia y los detalles burocráticos, puede ponerla a tono para tareas mas difíciles. El tiempo de las primeras debe limitarse y cuando la "campana suene", ni un minuto antes o después, hay que pasar a las labores complicadas y ambiguas.
Algunos articulistas de The Wall Street journal, consideran necesario practicar las autorrecompensas cuando finaliza cada pequeña fase de un gran problema. Los premios van desde una buena taza de café hasta una tarde de compras con la mejor amiga. Incluir a otras personas en esto es bien importante. Así se limita el efecto disociativo del trabajo hoy.
Aunque parezca paradójico, el descanso en cualquiera de sus forrnas es una excelente herramienta para seguir produciendo. Y paro producir mejor, pues tiene directa relación con la creatividad como se explica en el siguiente artículo de esta separata que aborda el papel de la "mente interna" en el desempeño laboral.
Por lo pronto, hay que decir que los textos dedicados a la administración del tiempo se seguirán multiplicando segundo a segundo en todo el globo. Entre otras razones, porque además de ofrecer ideas aparentemente fáciles y sin compromiso, presentan una positiva y trabajada imágen sobre lo que debe ser la dirección de las empresas terminando el milenio.
Ralph Sorenson, presidente y director ejecutivo de Barry Wright Corp., una fábrica de accesorios para computación, explica en un artículo del mencionado diario neoyorquino: "Los gerentes deben ser seres humanos amables, interesados en la gente, de buen humor, humildes y con sentido común. Es mucho mejor tener gerentes responsables que puedan hacer que las cosas buenas funcionen oportunamente que tener ejecutivos complicados, sumamente eruditos, excelentes en planeación y análisis pero que no pueden ordenar su tiempo y el de los demás para poner algo en marcha".
Productivo descanso
CIENTIFICOS Y ADMINISTRADORES ESTAN descubriendo que descansar puede ser más productivo de lo que hasta ahora creyeron. Las personas que de manera consciente y compulsiva buscan la solución a cada problema tienen pocas ideas realmente creativas.
Siguiendo esta nueva teoría, relajarse y dedicar una porción bien importante de cada semana a actividades para nada asociadas con la oficina conduce a las más novedosas propuestas porque al interior de cada quien el trabajo continúa en la "mente profunda".
Es decir, en los sistemas y subsistemas neuronales más recónditos.
Ellos cuentan con una versatilidad asombrosa. Capturan, evalúan y sintetizan información durante largos períodos en completo anonimato. Y además, trabajan varios proyectos paralelamente.
Nicolás Aldana, un joven siquiatra consultado por SEMANA, calificó como muy alta la posibilidad de que esta nueva hipótesis resulte cierta, aunque sea muy difícil comprobarla.
"La medicina sabe desde hace mucho tiempo que el cerebro juzga a la gente y los acontecimientos a un nivel no consciente -dijo- No veo por qué no podría también coger los elementos de un problema y armar una solución ".
Esta porción del cerebro, hasta ahora inexplorada, al parecer funciona de manera eficiente y lo hace gracias a su relativa autonomia. De ahi que consultores internacionales en administración recomienden sencillamente "dejarla actuar", lo que tiene en jaque a quienes consideran que los mejores resultados solo se pueden dar tras el mayor esfuerzo: "no pain, no gain ".

Adiós a los hemisferios En busca de la diferencia entre los líderes que dedican 18 horas diarias a su trabajo, bajo gran presión, y los que sólo invierten un promedio de seis, lo disfrutan plenamente y obtienen iguales resultados; los sicólogos propusieron a principios de la década pasada que el hemisferio izquierdo del cerebro es el encargado de los procesos lógicos, secuenciales, racionales y verbales del pensamiento. Y el derecho es el de las tareas intuitivas, imaginativas, artísticas y creativas. Los mejores empresarios -concluían- usan en un 80 por ciento de sus decisiones el hemisferio derecho.
El dual argumento (no totalmente rebatido hoy), sirvió para que las escuelas de administración empezaran a abrir las puertas a la intuición. Luego se intentó establecer si "pólpito" y "corazonada" eran o no palabras adecuadas para designar los felices hallazgos mentales y se concluyó que esos términos no servían porque sugieren pura coincidencia y hasta aguero, mientras que estas decisiones, aparentemente gratuitas, pueden ser analizadas y acogen los datos de pasados esfuerzos de reflexión, anque no se limiten a ellos.
Cuando no se encuentra la solución de un problema, se decide dejarlo "en obra negra" y al retomar se ve claramente la solución y todos sus nexos con la realidad, resulta apenas lógico pensar que "algo" al interior del nosotros mismos se hizo cargo del asunto, llenó vacíos y sacó conclusiones.

¿Cuento de hadas?
Serendipity es la expresión que en el siglo pasado acuñó Horace Walpole, escritor británico, para designar los más dichosos e inesperados descubrimientos de la mente humana. La palabra salió de un clásico cuento de duendes: Los tres príncipes de Serendip (antiguo nombre de Sri Lanka) . Ellos vivían haciendo mágicos descubrimientos. Mágicos, pero no gratuitos porque la misma historia enfatiza que eran expertos viajeros. Que la suerte solo favorece a las mentes preparadas desde el principio.
En el libro "El arte del pensamiento creativo" John Adair, consultor en liderazgo y administración, utiliza dos metáforas para explicar el funcionamiento del cerebro interior. Un computador que procesa datos y, en ocasiones, no siempre, imprime las conclusiones para su dueño. Y un bebé en gestación. Comparar con un proceso de incubación no sirve porgue eso implicaría seguir el crecimiento de la idea hasta su forma final.
"Ocuparse" en dejar actuar a la mente profunda requiere control y seguridad. Pero en mayores dosis es necesario procurarse una excelente preparación.