Especiales Semana

LAS MUJERES, EL PAIS Y EL MUNDO

16 de mayo de 1994

OJO A LAS AGENDAS OCULTAS
LOS CIENTIFICOS HAN DESARROLLADO cientos de teorías sobre el predominio de la intuición en las mujeres versus el predominio de la capacidad operativa en los hombres. Sus conclusiones siguen generando polémica. Pero lejos de la exactitud o la falsedad de estos hay un campo del desempeño personal donde hasta los más intuitivos encuentran frecuentes sin salidas: las relaciones interpersonales en el trabajo.
Podría decirse que prácticamente todas las mujeres que pasan gran parte de su tiempo en la oficina han sentido alguna vez la incapacidad de obtener respuestas sinceras y directas de sus compañeros de labor, subalternos y jefes.
"Muchas veces -señala la sicóloga estadounidense Marlin S. Potash en su interesante libro "Hidden Agendas"- uno siente que las conversaciones de trabajo no son enteramente honestas y directas. Los pensamientos, sentimientos y metas reales de la gente en el desempeño de sus tareas diarias quedan ocultos detrás de capas y más capas de argumentos, disculpas y hasta divertidos apuntes".
No es difícil encontrar empleados que se mostraron brillantes y motivados en su entrevista de enganche, pero tres meses después aún no han logrado poner en práctica, con toda la intensidad requerida, los procedimientos y, más importante, el tono esencial de su trabajo.
También es frecuente el caso de esas personas que todo el mundo dentro y fuera de la organización consideran incompetentes pero con las cuales nadie toma cartas en el asunto. Y el de los jefes evasivos que no ofrecen a su gente instrucciones exactas en cuanto a procedimientos y manejo de políticas en ciertos escenarios y luego los culpan por su ineficiencia.
Todos esconden agendas ocultas. Y lo más grave es que los expertos coinciden en señalar que el futuro de la carrera de los hombres y las mujeres con mayor potencial depende, en buena medida, de su capacidad para aprender a desenmascararlas y potencializarlas.
¿Cómo descubrirlas?
" Es más fácil de lo que algunos creen -señala una asesora en el área de clima organizacional de una importante empresa-. La inconsistencia entre lo que nos dice la gente y la manera en que no lo dice suele ser la mejor clave. Las manos, los ojos y los movimientos ofrecen siempre información adicional. De otro lado, cuando los propósitos reales de la gente en su trabajo permanecen ocultos, las opiniones sobre todo lo que es importante para la empresa cambian de día en día".
También es crucial la manera en que las personas ordenan lo que dicen, a qué le dan mayor relevancia y qué omiten. Por ejemplo, es posible que en el relato sobre un llamado de atención del jefe, un compañero de trabajo se concentre en describir detalladamente el tratamiento recibido pero mencione apenas tangencialmente la razón de la reprimenda. Hay además una categoría de personas que le dan vueltas y vueltas a cada asunto sin decidirse a mencionar lo esencial. Y otros que viven de afirmación en afirmación: "Uhhmm... Claro, claro. Estoy totalmente de acuerdo", pero se ven impacientes y distraídos.
Y a pesar de que la instuición no es suficiente, sí es una buena herramienta para descubrir un buen número de agendas ocultas. Hay que preguntarse: ¿Su actitud me produce ansiedad? ¿Oigo una vocecita dentro de mí preguntando qué pasa aquí? Si la respuesta es sí, existe el chance de que no sea simple paranoia.
¿Qué hacer con ellas?
Ante las agendas ocultas hay tres salidas posibles: pasarlas por alto. Replantear quiénes merecen nuestra confianza y quiénes no. O cambiar lentamente el marco de referencia de la interacción hasta generar un clima de mayor con fianza en la empresa.
"Lo único que no es posible lograr es que la gente revele sus agendas de un momento a otro sólo por congraciarse con los demás -precisa la asesora consultada-. El recurrente argumento, `somos una gran familia' no me parece muy útil. Una gran familia es una gran familia y una gran empresa es una gran empresa. No son lo mismo ".
Lo primero que hay que de terminar cuando las agendas ocultas de la gente empiezan a hacerse frecuentes y molestas es si entorpecen realmente el trabajo. No sólo en el nivel superficial, el del cumplimiento de procedimientos y normas. Más aún en el nível profundo, el del compromiso sincero, responsable y consciente con la empresa.
"Cuando una persona no desea comprometerse con ciertos retos porque entran en conflicto con su personalidad, su historia, sus valores y sus intereses, no hay manera de lograr que lo haga. Para realizarse como ser humano debe cambiar de actividad".
Los expertos sugieren que las agendas ocultas que son insignificantes para la relación laboral se pasen por alto (si es que se han dejado ver). Distinta es la situación si son muy molestas pero no parecen comprometer el trabajo. Entonces es posible que se hayan originado en esa persona por una sensación molesta de estar compitiendo permanentemente o de ser controlada y juzgada en todo momento por los demás. Es entonces cuando deben entrar en acción sus habilidades para limar diferencias personales y mejorar el ambiente.
Pero no siempre es posible. Por esto hay que revisar constantemente la composición del equipo con el cual se trabaja para determinar hasta qué punto la gente es confiable y hasta cual no.
En algunas organizaciones (no es novedoso)la estructura es demasiado vertical y además, la gran mayoría de las relaciones interpersonales están planteadas como encuentros donde siempre hay un ganador y un perdedor. Allí se presentan con mayor frecuencia las agendas ocultas realmente graves y muchas veces el ambiente se hace insufrible.
Estas son las empresas que requieren cambios realmente radicales. Las agendas ocultas son un problema, pero también una oportunidad para dar una nueva dimensión a las horas de trabajo, para descubrir ideales compartidos y para mejorar las relaciones interpersonales. -