Especiales Semana

Los otros banqueros

De manera discreta pero efectiva la banca de inversión está desempeñando un papel clave en la transformación de las 100 empresas más grandes del país.

22 de abril de 2006

Detrás de todos los grandes negocios que se celebran cada año en Colombia siempre están ellos. En silencio, trabajan en todas las ventas, fusiones y adquisiciones que se llevan a cabo en el país. Cuando cogen sus calculadoras financieras y echan a rodar sus complicados modelos econométricos, no hay transacción que no se haga. Por eso empresarios de todos los sectores y ciudades acuden religiosamente a sus servicios cuando hay que cerrar un trato. Son los banqueros de inversión, que trabajan a diario con los presidentes de las 100 empresas más grandes del país diseñando los negocios que hacen historia.

Estos hombres y mujeres, que viven obsesionados con la inversión y la confidencialidad, cada vez están desempeñando un papel más fundamental en el destino económico de las empresas. Desde que la apertura económica transformó la estructura industrial y financiera del país y despejó el camino para la inversión de extranjeros en Colombia y la de colombianos en el exterior, la banca de inversión se ha convertido en una pieza fundamental de la transformación empresarial colombiana. Hoy muchos de los grupos económicos del país, e incluso del gobierno, no toman ninguna decisión de negocios importante sin haber consultado primero a sus banqueros de inversión.

¿De qué se trata?

A grandes rasgos, los banqueros de inversión realizan cuatro actividades de asesoría financiera: la emisión de títulos de renta fija (bonos), la colocación de títulos de renta variable (acciones), la estructuración de créditos sindicados y la compra, venta y fusión de empresas. Es esencialmente a través de estos cuatro mecanismos que desempeñan un papel fundamental dentro de las empresas colombianas.

Sin importar el negocio que esté de por medio -una gran operación de compraventa de una empresa, la colocación de bonos o acciones, o la consecución de recursos mediante créditos sindicatos- su asesoría incluye la valoración de la compañía, el diseño de la operación y la identificación de los inversionistas potenciales. También incluye la preparación de documentos descriptivos para realizar la labor de mercadeo, el contacto y negociación con los interesados y el cierre legal de la transacción. Mejor dicho, se encargan de todo: qué, cómo, cuándo y dónde.

Generalmente, por prestar este tipo de servicios, la firma asesora cobra una comisión fija mensual y una prima 'de éxito', cuyo cobro depende de que la operación se concluya a satisfacción del cliente. En ambos casos el porcentaje depende de la complejidad y tamaño de la transacción, pero generalmente las comisiones más altas son las que tienen que ver con los negocios con el Estado, por ser los más grandes.

A pesar de trabajar con sofisticadas herramientas financieras, el activo fundamental de cualquier banca de inversión es el capital humano. Para ser exitosa, una firma de este tipo necesita los mejores profesionales del mercado en su nómina y para conseguirlos está dispuesta a pagar muy bien. Esos altos ingresos, sin embargo, se pagan caro. En los bancos de inversión se trabaja casi el doble de tiempo que en un horario normal y, en víspera de las grandes presentaciones, se pasa derecho. Ese ritmo frenético hace que sea una actividad en la cual la mayoría son jóvenes, generalmente con posgrados en el exterior.

En la jugada

El año pasado fue uno de los más movidos para la banca de inversión. La recuperación de la economía y la vuelta de la confianza en el país disparó la inversión extranjera y potencializó el cierre de nuevos y grandes negocios: la surafricana SABMiller compró Bavaria, la estadounidense Philip Morris adquirió Coltabaco, el grupo brasileño Gerdau se quedó con la siderúrgica Diaco y los españoles del Bbva compraron el Banco Granahorrar, entre otros. Todos estos cambios de manos, sumados a la fiebre de fusiones y de colocación de papeles que se vivió en el mercado de valores colombiano, hicieron de 2005 uno de los mejores años para los banqueros de inversión de las 100 empresas más grandes del país.

Por los lados de las corporaciones financieras, lideradas por Corfivalle y Corfinsura, las cosas estuvieron más movidas que nunca. Ambas firmas pioneras de la banca de inversión en Colombia estuvieron metidas en un número significativo de transacciones y operaciones el año pasado.

Corfivalle, de propiedad de Luis Carlos Sarmiento, asesoró a Interconexión Eléctrica S.A. (ISA) en la adquisición de la Empresa Propietaria de la Red en Costa Rica y en la estructuración de un crédito sindicado por 126.000 millones de pesos. También diseñó la emisión de bonos de Emgesa y del Grupo Aval por 210.000 y 200.000 millones de pesos respectivamente.

Corficolombiana, que se fusionó el año pasado con Corfivalle, estuvo asesorando la adquisición de las siderúrgicas colombianas Diaco y Sidelpa por parte del grupo brasileño Gerdau.

Corfinsura, que ahora hace parte de Bancolombia y que es propiedad del Sindicato Antioqueño, también asesoró a varias compañías. A Cementos Argos le estructuró una emisión de bonos por 600.000 millones de pesos. A Postobón le consiguió un crédito sindicado por más de 57.000 millones de pesos y le ayudó con una emisión de bonos por 180.000 millones de pesos. A RCN televisión le diseñó un crédito por 120.000 millones de pesos y a Electrocosta, uno por 190.000 millones de pesos. Y a la compañía carbones del Cesar le ayudó con la financiación de un proyecto por 60.000 millones de pesos.

Por el lado de las boutiques financieras, como se les conoce a un número importante de firmas dedicadas exclusivamente al negocio de banca de inversión, las cosas también rodaron a todo vapor. Inverlink, la mayor y más antigua del país, trabajó en llave con Credit Suisse First Boston en la asesoría a Bancolombia sobre los términos de intercambio accionario de la fusión Bancolombia, Conavi y Corfinsura. También participó en la venta del 50 por ciento de Leonisa; la venta de Tubos del Caribe y Tubos Colmena a Maverick Tube Co.; la financiación del Proyecto Centragás; la emisión de bonos de Edatel S.A. por 60.000 millones de pesos; y la asesoría a Colpatria en la obtención de un crédito por 300.000 millones de pesos.

La banca de inversión extranjera tampoco se quedó atrás. El año pasado fue el regreso con fuerza de JP Morgan, que estuvo metido en varios proyectos de gran envergadura como la venta de Coltabaco a Philip Morris, la integración de las compañías cementeras del Sindicato Antioqueño y la fusión de Inveralimenticias Noel y Nacional de Chocolates.

El Citigroup tampoco se quedó quieto y participó en la operación de compra de la concretera estadounidense Southern Concrete por parte de Cementos Argos, así como en la financiación de un proyecto de Colombia Móvil (OLA) por 194.000 millones de pesos. Junto con Lehman Brothers y Morgan Stanley asesoró la venta de Bavaria a SAB Miller, la mayor transacción en la historia del país. Y, recientemente, participó en la valoración de Telecom para la consecución de un socio estratégico.

La lista es larga y de nunca acabar. La buena situación económica ha vuelto más atractivos los activos en el país para muchas compañías extranjeras. Adicionalmente, la inminencia de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos ha llevado a muchas de las 100 empresas a pensar seriamente en sus perspectivas futuras. Y esto significa movimientos y consolidaciones en muchos sectores, además de proyectos de expansión tanto en el país como en el exterior. Por esto muchos observadores coinciden en anotar que uno de los actores económicos que más se ha beneficiado de la situación actual han sido los banqueros de inversión.

Y probablemente lo seguirán haciendo en el futuro. En el país se avecinan grandes negocios: la adjudicación del aeropuerto El Dorado, la venta de Ecogás, la consecución de un socio para Colombia Móvil, la ampliación de la refinería de Cartagena y los procesos de consolidación que sin duda seguirán a la orden del día. Y detrás de todos ellos, con el ojo avizor, estarán no uno sino muchos banqueros de inversión.