Especiales Semana

Martha Lucía ramírez

Fue la primera ministra de Defensa. Sin embargo, lo que más se le reconoce es su liderazgo y trayectoria en el campo del comercio exterior.

Martha Lucía Vásquez Zawadzky*
3 de diciembre de 2005

Cuando tenía 15 años, en épocas del gimnasio José Joaquín Castro, conoció a Álvaro Rincón, con quien se casó después de cinco años de noviazgo. Ocho más tarde, nació su única hija, María Alejandra. Lectora infatigable, amante de la música clásica, la ópera, los boleros y el vallenato, género musical que descubrió durante la adolescencia de su hija. Un buen día decidió estudiar derecho en la Universidad Javeriana; luego se inclinó por el derecho económico, comercial y bancario; siguió con una especialización en ciencias socioeconómicas y en alta gerencia. En Harvard, siempre al tanto de todo, obtuvo una beca en el Center for International Affairs. Como ejecutiva puso a prueba su carácter y le puso el pecho a la presidencia de Mazdacrédito, de Anif y la dirección del Incomex, donde preparó el proyecto de ley para crear el Ministerio de Comercio Exterior. Por solicitud de su amiga Noemí Sanín regresó de Harvard para acompañarla en la primera campaña presidencial, en la que asumió la dirección del movimiento Opción Vida. Como ministra de Comercio Exterior, y conociendo el territorio, desarrolló Jóvenes Emprendedores Exportadores, Expopyme e intervino en el diseño del Plan Estratégico Exportador y de la Política de Productividad y Competitividad. Renunció a la embajada de Colombia ante el gobierno de Francia cuando el electo presidente Álvaro Uribe Vélez la invitó a integrar su gabinete como Ministra de Defensa. Según ella, este cargo le produjo las mayores satisfacciones y también los mayores sufrimientos en su larga trayectoria profesional. Pasará a la historia por haber sido la primera mujer ministra de Defensa en Colombia. Cartera en la que logró la centralización de las compras de las distintas fuerzas; la creación de la Junta de inteligencia conjunta; el programa de desmovilización masiva y le dio un sentido humano a la labor militar. Considera que su principal logro es el haberle dado vida a la Política de Seguridad Democrática. Su preocupación por el bienestar de los miembros de la Fuerza Publica la llevó a impulsar la creación de Tejido Humano, entidad en la que sigue vinculada como presidenta de la junta directiva y que tiene como filosofía "reconstruir el valor de la vida de los colombianos afectados por la violencia". Nunca le ha temido al reto de ocupar altas posiciones, públicas y privadas, de servirle a Colombia y de abrirles espacio a otras mujeres que tengan aspiraciones. Piensa que algún día volverá a la política, porque es mucho lo que aún hay por hacer. Después de varias y largas experiencias, reconoce que en un hombre se presume su capacidad para ocupar los cargos, mientras que las mujeres tienen que demostrarla y que esto influye para que "algunas veces seamos más exitosas, pues nos esforzamos más". *Consejera Presidencial para la Equidad de la Mujer