Especiales Semana

A media marcha

Al cabo de cuatro años de crisis el sector automotor no da señales de recuperación.

20 de agosto de 2001

Hace un año SEMANA publicó un especial sobre el sector automotor en Colombia y al mirar las cifras sobre el comportamiento de las ventas de vehículos en el país encontró un panorama poco alentador: mientras que en 1998 se vendían 126.000 unidades en 1999 se cayó a la mitad y para 2000 no hubo ningún síntoma de recuperación, pues se terminó el año con cerca de 60.000. Para este año se espera que al menos esta cifra se mantenga estable pues para el corto plazo la industria automotriz no avista un mejor futuro. Según Fenalco las ventas a septiembre de 2001 van por el orden de los 45.452 vehículos nuevos, para un promedio mensual de 5.050 unidades, lo que no representa una mejoría significativa para el mercado automotor que, según las estadísticas, cayó 0,73 por ciento con relación con el año anterior. Sin embargo se espera que en los últimos dos meses de este año, con la realización del VII Salón del Automóvil y la temporada navideña, lleguen mejores vientos. Por lo pronto los años de bonanza que se dieron entre 1992 y 1994, cuando se llegó a las 157.000 unidades, son cosa del pasado. El negocio de los carros no levanta cabeza y sigue estancado por las mismas razones que hace un año: la inestabilidad económica, los altísimos impuestos que afectan al sector y el clima de inseguridad que sufre al país. Hace cuatro años en Colombia existían unos 500 puntos de venta y concesionarios, los que se han reducido a la mitad.

Para Augusto Zuluaga, vicepresidente del sector automotor de Fenalco, “el mercado no reacciona, y ello se explica porque las metas sobre el crecimiento del PIB para este año fueron modificadas hacia la baja por parte del gobierno al pasar del 3,8 por ciento a sólo el 2,4 por ciento, aunque existen analistas que se atreven a pensar que escasamente superaremos el punto. Además la tasa de desempleo no disminuye y, por el contrario, sí se han agudizado los problemas de seguridad urbana y rural derivados del conflicto interno. Tal vez los únicos elementos positivos son el control de la inflación y la desaceleración de la tasa de devaluación, que andaba ya por encima del 25 por ciento”.

A pesar de las dificultades vale la pena destacar el caso de Chevrolet, cuyas exportaciones crecieron 216 por ciento entre enero y octubre de 2001 respecto del año pasado. También incrementó sus ventas en el mercado interno en 10 por ciento, en comparación con el mes de octubre de 2000, al alcanzar una participación estimada del 33 por ciento. Su modelo Corsa fue el vehículo más pedido por los colombianos en los concesionarios y vendió 385 unidades, mientras que el Chevrolet Alto llegó a 351 y el Swift a 115. Así se corrobora el hecho de que los carros más vendidos siguen siendo los de gama baja. En cuanto a las exportaciones, es rescatable el hecho de que Chevrolet movió hacia los mercados de Venezuela y Ecuador un total de 1.300 vehículos, de los cuales 787 fueron autos y 513 vehículos del segmento comercial.

Otro de los sectores del mercado que ha tenido una actividad significativa es el de los usados, pues en tiempos de crisis los colombianos han echado mano del ‘segundazo’ con tal de tener carro propio. “Eso no obsta para que las personas que tienen su carro viejo prefieran meterle plata antes que darlo como cuota inicial de otro”, dice Zuluaga. No obstante el mercado del usado está saliendo poco a poco del bache en el que se encontraba sumido en los últimos cuatro años, cuando se registró una caída del 50 por ciento en sus ventas.

Los importadores, los representantes de marca y las ensambladoras han hecho maromas para salir adelante en estos tiempos difíciles. Y a pesar de ser uno de los ramos más golpeados en materia tributaria, el automotor sigue teniendo una buena oferta para los consumidores pues presenta atractivos planes de financiación para los interesados en cambiar de carro o comprar uno por primera vez.