Especiales Semana

Mil semanas de éxitos

El Concierto de Conciertos que se realizará el sábado 11 de agosto en El Campín celebra las dos últimas décadas de la historia del ‘rock‘ y del ‘pop’.

3 de septiembre de 2001

El 11 de agosto Bogotá será la sede de un megaconcierto que reunirá a destacados músicos anglosajones e hispanoparlantes que en las dos últimas décadas han dado de qué hablar. Esta nueva edición del Concierto de Conciertos, que se realizará en el estadio El Campín, se ha denominado ‘1.000 semanas de éxitos’, pues todos los participantes interpretarán canciones que fueron éxitos mundiales (en el caso de norteamericanos y británicos) y que marcaron una época muy especial de la historia del rock iberoamericano a finales de los años 80.

Es evidente que este concierto apenas abarca algunas de las etapas más destacadas del rock y del pop de los últimos 19 años, pues si algo los ha caracterizado en los 80 y los 90 es la gran diversidad de tendencias que han surgido como resultado de muchos factores, entre ellos el creciente interés del llamado Primer Mundo por las manifestaciones musicales de los cinco continentes, la aparición de nuevos sonidos y las posibilidades tecnológicas surgidas a raíz del desbocado avance de la informática y la ingeniería de sonido y, por qué no decirlo, la nostalgia propia de los finales de siglo, que le dio mucho espacio a la evocación de sonidos y modas propias de las tres décadas anteriores.

No resulta fácil resumir en un espacio tan breve el desarrollo paralelo de tantos estilos y tendencias a la vez. Sin embargo vale la pena revisar estas dos décadas, en especial la de los 80, que en muchas ocasiones ha sido denominada ‘la década perdida’ (la década de Reagan y Thatcher), como si ella sólo hubiera dejado como legado el pop comercial de Phil Collins, Michael Jackson y Madonna.

En 1981 nació MTV (Music Television), que transformó por completo el panorama del pop. Además de revolucionar el mercado de la música se convirtió en una de las manifestaciones culturales más importantes de los tiempos recientes.

La década de los 80 fue mucho más que la era de los yuppies. Basta mirar la gran cantidad de eventos a beneficio de causas nobles. Live Aid —a beneficio de las víctimas de las hambrunas en Africa oriental—, la gira mundial de conciertos de Amnistía Internacional, los eventos para promover las actividades de Greenpeace, las campañas de Sting en defensa de las selvas y las etnias de la Amazonia y los conciertos de diversos artistas en la antigua Urss como prueba de amistad entre este y oeste son apenas algunos ejemplos de cómo Peter Gabriel, Bruce Springsteen, U2, Communards y Paul McCartney, por sólo citar algunos, pusieron su talento al servicio de las causas humanitarias.

Reflejo de esa apertura de perspectivas también ha sido el interés que muchos de estos artistas han mostrado por la música popular del llamado Tercer Mundo. Peter Gabriel creó los estudios RealWorld, en Bath (Inglaterra) donde no sólo ha invitado a músicos de los cinco continentes para que lo acompañaran en sus discos sino también les ha producido y distribuido sus trabajos en Europa y Norteamérica. Entre ellos estuvo la cantante colombiana Totó la Momposina.

Paul Simon grabó su álbum Graceland con músicos surafricanos. Peter Gabriel lanzó al estrellato mundial a Yssou N’dour. El guitarrista Ry Cooder, antes de resucitar al combo del Buena Vista Social Club, ya había grabado con Ali Farka Toure, un músico de Malí. David Byrne, además de grabar su álbum Rei Momo con mucho sabor latinoamericano, se dedicó a promocionar músicos de Cuba y Brasil a través del sello Luaka Bop, que relanzó en el mercado internacional al grupo colombiano Bloque.

En los 80 comenzaron a tomar forma y consolidarse varias tendencias muy dominantes de la música de nuestros días, entre ellas el rap y el hip hop, y las diversas tendencias de la música electrónica y el acid jazz, que también se han alimentado de otras fuentes, como el funk, el soul, el reggae y el propio jazz.

Y si en Estados Unidos y Gran Bretaña fue una década rica en experiencias creativas, en países como España los 80 fueron sencillamente ‘la década prodigiosa’, con una explosión de creatividad e ingenio nunca antes visto en la península, de la cual son exponentes decenas de agrupaciones tan diversas como Toreros Muertos, Radio Futura, Alaska y Dinarama, el Aviador Dro y Mecano. Algo similar podría decirse del rock argentino, que si bien siempre logró mantenerse a flote desde su aparición en los años 60, en los albores de los 80, tras el debilitamiento y la caída de la dictadura militar, tomó un nuevo aire y en pocos años conquistó América Latina.

Los 80 y los 90 también fueron tiempos de nostalgia. Gran cantidad de agrupaciones que se habían separado en el pasado volvieron a reunirse ya sea para grabar nuevos álbumes o para realizar giras. Así, el mundo volvió a ver juntos a leyendas como Velvet Underground, Jefferson Airplane, los Sex Pistols y Crosby Stills Nash and Young.

Quizá por todo esto la reunión de superestrellas en el estadio El Campín es algo más que un megaconcierto. Es un homenaje nostálgico a dos décadas de rock y pop que dejaron una huella profunda en varias generaciones alrededor del mundo, y por supuesto, entre los colombianos.