Especiales Semana

MINTIENDO CON LA VERDAD

Por medio de los computadores es posible realizar hoy asombrosas alteraciones fotográficas.

6 de junio de 1983


Las fotografías son consideradas como uno de los testimonios más confiables de la realidad. Cada retrato es la fiel imagen de un instante que alguna vez ocurrió en algún lugar. Y paralelamente al desarrollo de la fotografía ha progresado un arte singular: la alteración de fotografías. Desde los retoques Camp que adornaban con pálidos colores los rostros de mujeres en blanco y negro hasta los collages sicodélicos, han sido muchos los métodos y los fines de las alteraciones de las fotografías. Desde el arte hasta la calumnia. Hoy día la fotografía está mucho más desarrollada que en los felices años veinte. Pero el arte de retocar fotografías está dejando los elementos tradicionales como pegantes, tijeras y tintas por uno mucho más eficaz y que funciona con solo espichar un botón. Hoy día las computadoras hacen con las imágenes lo mismo que los procesadores de palabras hacen con los textos. Un centímetro cuadrado de una fotografía ocupa más de 100.00 bites (la unidad de información de un computador) y de este modo una imagen fotográfica convertida a información digital puede ser manipulada con gran precisión, rápidamente y sin dejar huellas de retoques, que por más sutiles que sean pueden ser descubiertas. La tecnología espacial se encarga de desarrollar el procesamiento digital de imágenes, primero en las misiones lunares no tripuladas y hasta lograr con el Mariner y el Voyager las hermosas fotografías de Júpiter, Saturno y sus lunas o las imágenes de la Tierra obtenidas por los satélites artificiales.

Los procesadores digitales de imágenes pasan un rayo de luz que atraviesa la imagen. Una serie de espejos y convierte esa información en una secuencia de números que puede ser manipulada a gusto por quien opera la máquina.

Como ocurre siempre con estos inventos, quien los desarrolla se divierte mucho pero prefiere no cuestionarse las implicaciones que pueda traer. Una tecla bien oprimida puede comprometer la integridad de una persona mientras que documentos históricos pueden ser alterados, dejándole a la posteridad una imagen distorsionada del pasado. Puede ser algo sin importancia, como la foto del matrimonio del Príncipe Carlos con Lady Diana Spencer (ver recuadro). Puede ser el perfil urbano alterado de una ciudad. Cualquier testimonio de esa realidad incuestionable que suele ser una fotografía puede convertirse gracias a las computadoras en algo tan poco serio como una Monalisa con bigotes.--