Especiales Semana

MUNDO

22 de enero de 1996

TERRORISMO
EL TERRORISMO hizo su sucio trabajo en los cuatro puntos cardinales del planeta por los más variados motivos. En Japón, los gases letales reemplazaron con su silencio de muerte al estruendo y al fuego de los atentados explosivos, todo por cuenta de una secta mesiánica que afirmaba la proximidad del fin del mundo, liderada por un demente semiciego que terminó en la cárcel. En Estados Unidos la muerte y la destrucción corrieron por cuenta de grupos extremistas de ultraderecha, que resienten la presencia diaria del gobierno en sus vidas y creen que el pueblo norteamericano está bajo una conspiración dirigida por la ONU. Por semejante pretexto murieron varias decenas de adultos y niños en el edificio municipal de Oklahoma, en el primer atentado de esta naturaleza perpetrado en el país del norte y, por añadidura por nativos de Estados Unidos. Por su parte, los fundamentalistas islámicos no dejaron pasar el año en blanco con varios atentados en París para protestar por la actitud francesa ante al conflicto interno que vive Argelia. Y para terminar un recuento no exhaustivo, la ETA, el grupo terrorrista vasco que lucha contra el poder central español, también hizo presencia al causar la muerte a varios militares en las propias calles de Madrid.
Pero tal vez el caso más patético fue protagonizado por el terrorista conocido como 'Unabomber', quien está matando ejecutivos, científicos y otros personajes desde hace más de 10 años y que logró mediante amenazas de más atentados, que los periódicos The Washington Post y The New York Times publicaran un texto sobre su denuncia a la sociedad industrial, a la que considera causa de todos los males del planeta.

GUERRA GRANDE Y PEQUEÑA
EL ESTADO de guerra permanente en que vive el planeta desde el término de la Segunda Conflagración Mundial no dio tregua tampoco en el año que termina. El conflicto de Chechenia, iniciado el año pasado por la obstinación del gobierno ruso de Boris Yeltsin de evitar la separación de esa pequeña república del norte del Cáucaso, produjo un nivel de destrucción que no se conocía en Europa desde 1945. En Suramérica, un conflicto fronterizo agudizado por los intereses domésticos de los presidentes respectivos causó la muerte a decenas de humildes soldados ecuatorianos y peruanos, en un ejemplo craso de irresponsabilidad gubernamental. Y en París se firmó un acuerdo que aspira a detener definitivamente la sangría de Bosnia-Herzegovina, aunque a decir verdad las posibilidades de una paz duradera son más bien pobres.

CONTRA VIENTO Y MAREA
UN PRESIDENTE y un ex presidente se enfrentaron a la furia popular por dos motivos bien diferentes. El primer mandatario francés, Jacques Chirac, estrenó su gobierno con el anuncio de la reanudación de las pruebas nucleares en el Pacífico Sur, con lo cual se enfrentó a las iras de la comunidad internacional y en especial de las organizaciones ecologistas, que virtualmente le declararon la guerra a París. Fue un mal comienzo porque al final del año las huelgas atravesaron su país por unas reformas pretendidas a la seguridad social.
En México se desplomó definitivamente el mito de Carlos Salinas de Gortari, quien apenas unos meses atrás era el héroe nacional y terminó como personificación del despotismo y la corrupción.

CASO JUZGADO
DURANTE LOS nueve meses que duró el juicio a O.J. Simpson la mayoría de los estadounidenses estuvo convencida de que el jugador era culpable del brutal asesinato de su ex esposa Nicole y un amigo de ella, Ronald Goldman. Sin embargo el acusado salió libre. Aunque las pruebas presentadas por la Fiscalía parecían ser suficientes para condenarlo, el jurado llegó a la conclusión de que existía una "duda razonable" y lo declaró "no culpable". Más que en la certeza de su inocencia, el veredicto tuvo un ingrediente de gran peso a la hora de las deliberaciones finales. En el transcurso del proceso quedó en claro que la recolección de la principal evidencia contra el famoso jugador había sido hecha en forma ilegal. Así que más que salvar a un inocente, el jurado quiso defender los derechos de las minorías ante los abusos de la Policía.

JAQUE A LA REINA
CON SU CARA de princesa buena, Diana de Gales se sacó el clavo. Luego de padecer durante meses de mala prensa por un supuesto romance con el capitán del equipo británico de rugby Will Carling, Diana decidió conceder una entrevista televisada a la BBC, sin autorización del Palacio de Buckingham, la cual rompió todos los récords de audiencia. En su confesión, la esposa separada del principe Carlos no sólo calificó a su familia política como "enemigos" sino que confesó públicamente su adulterio y puso en duda la capacidad del heredero al trono para reinar. A pesar de esos duros golpes a la monarquía, la princesa consiguió recuperar el apoyo de los súbditos ingleses y, con sus explosivas declaraciones, logró que el Palacio de Buckingham le tendiera la mano. Al final del año la reina Isabel estaba en conversaciones con el primer ministro John Major acerca de la petición de Diana de convertirse en embajadora de su país.

EL GALAN Y LA PROSTITUTA
POR CUENTA de una noche de farra, una prostituta se volvió famosa y un galán perdió su discreto encanto. Desde el día en que Hugh Grant y Divine Brown fueron detenidos por la Policía de Hollywood, acusados de conducta lujuriosa en lugar público, la vida les cambió a los dos implicados. El bochornoso episodio del actor acabó de la noche a la mañana -es decir, en la misma forma que había logrado su consagración- con la imagen de joven ingenuo, tímido y romántico que había proyectado en la pantalla y la cual le había reportado millonarios dividendos. En cambio a Divine, cuyo verdadero nombre es Stella Marie Thompson, el escándalo la sacó de la calle. Además de la jugosa oferta que recibió por parte de los tabloides británicos para relatar su breve encuentro sexual con el actor, este fue el comienzo de una lucrativa carrera como modelo de prendas íntimas.

LOS BEATLES: JUNTOS OTRA VEZ
UN MILAGRO tecnológico logró reunir de nuevo a los Beatles. Gracias a una vieja canción de John Lennon, que Yoko Ono entregó a los tres sobrevivientes del grupo de Liverpool, el famoso cuarteto grabó su primera nueva canción en los últimos 25 años. Pero además, en torno de Free as a bird (Libre como un pájaro) también Ringo Star, George Harrison y Paul McCartney desenterraron sus composiciones inéditas, la mayoría de las cuales ni siquiera recordaban haber grabado, para lanzar con bombo y platillos una Antología con temas del más puro sabor de los años 60. El reencuentro hizo que al final del año se dieran los primeros compases de lo que se considera será el resurgimiento de la beatlemanía.