Especiales Semana

Negocio más seguro

Tras sufrir la crisis económica, el sector asegurador se encamina hacia su consolidación. El aumento de la siniestralidad y la guerra de tarifas pueden afectar su futuro.

18 de abril de 2004

Para la gran mayoría de colombianos uno de los hechos más terribles de los últimos años fue el ataque terrorista al club El Nogal el 6 de febrero de 2003, que causó la muerte de 38 personas, más de 100 heridos y millonarios daños materiales. Prácticamente el edificio quedó destruido. Un año después el club resurgió de las cenizas, no sólo por la enorme labor y tesón de sus empleados y socios, sino también por el pago que las compañías aseguradoras hicieron de las pólizas que lo amparaban.

Aunque el pago de la reconstrucción fue alto, éste no alcanzó a ser el 1 por ciento de todos los siniestros que las aseguradoras del país cancelaron en 2003 por daños, accidentes, hurto, tragedias naturales, incendios, seguros de personas y seguridad social, entre otros, que superaron los 2,2 billones de pesos.

De todas formas el atentado a El Nogal alcanzó a encender las alarmas del sector asegurador colombiano, que tras soportar los años de la crisis económica y de seguridad en Colombia, junto con los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, el aumento del terrorismo y las catástrofes naturales a nivel mundial, venido en clara recuperación.

Esta no sólo se ha dado de la mano del mejoramiento de las condiciones del país, sino del aprendizaje de esos años difíciles. Tal y como lo reconoce Francis Desmazes, presidente de Colseguros, las empresas "nos hemos volcado a realizar una mejor selección de riesgos, a reducir las pérdidas técnicas y a realizar un prudente manejo de las inversiones. Esto, unido a que este año ya se empiezan a notar visos de flexibilidad en el mercado reasegurador, terminará por reactivar de alguna manera el mercado de seguros generales del país".

Las medidas del gobierno y las mejores condiciones del país seguirán favoreciendo a mediano plazo la industria aseguradora; prueba de ello ha sido la disminución en los índices de siniestralidad de algunos sectores, como hurto de vehículos, piratería terrestre y pólizas de cumplimiento.

El buen resultado de las empresas ha llevado incluso a que se presente una guerra de tarifas entre compañías, especialmente en el sector automotor y en los seguros de vida, pero la mayoría de expertos consultados prevén que esta se reducirá fuertemente en el segundo semestre del año.

Paradójicamente, el aumento de seguridad y confianza en el país no sólo producen un mayor nivel de pólizas vendidas, sino también de siniestros. Mauricio García Ortiz, presidente de Liberty Seguros, dice que cada vez más personas han tomado la decisión de viajar por carretera o de estar más tiempo en la calle, lo que ha hecho que la mayoría de siniestros aumenten. Entre mayor exposición, mayor el número de probabilidades de sufrir un percance. Esto explica el aumento de eventos y pagos.

Mientras que en 2002 las aseguradoras pagaron 2,13 billones de pesos en siniestros a sus amparados, en 2003 la cifra aumentó a 2,26 billones. Lógicamente hay sectores que han sufrido más que otros. Por ejemplo, sólo por Soat el sistema pagó unos 291.639 millones de pesos en 2002, mientras que el año pasado llegó a 327.126, es decir, tuvo un aumento de 12,2 por ciento. La Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda) y algunas aseguradoras han visto un crecimiento mayor de accidentes de tránsito y hurto de vehículos en lo que va corrido del año.

Si bien hay un aumento del pago de siniestros, también es cierto que el valor total de las primas emitidas también ha crecido. En 2002 las aseguradoras tuvieron ventas de pólizas por 5,32 billones de pesos y en 2003 se aumentó 5,74 por ciento, un crecimiento del 8 por ciento, cifra importante si se considera que entre 2001 y 2002 el valor de las primas emitidas había aumentado en 18 por ciento.

Por ahora, el grueso del mercado se sigue concentrando en vehículos, daños y vida, pero las empresas quieren apostarles a otros segmentos en el futuro.

¿Futuro seguro?

Para este año y el siguiente varios expertos coinciden en que el sector asegurador colombiano tendrá importantes cambios. Uno de ellos será el ingreso de compañías extranjeras a través de la compra de empresas, así como de adquisiciones y fusiones de algunas de las 28 que ya operan en Colombia.

A pesar de que el país ocupa el quinto lugar dentro del mercado asegurador latinoamericano, la penetración de los seguros en la vida de los colombianos es muy baja. El primero es México con 32 por ciento; el segundo, Brasil con 31,6 por ciento; el tercero, Chile con 6,5 y el cuarto, Argentina con 5,9 por ciento; Mientras el grueso de países de la región paga primas promedio per cápita de entre 63 y 166 dólares, el de Colombia es de 48.

El otro factor de cambio importante y que hace atractivo el sector es el potencial de crecimiento. Un estudio realizado por Fasecolda y Fedesarrollo muestra que el sector se duplicará en los próximos seis años. Mientras que en 2002 registró operaciones por 5,3 billones de pesos y de 5,7 en 2003, estas superarán probablemente los seis billones de pesos este año. Para 2010 se espera que el sector asegurador tenga movimientos cercanos a los 12,6 billones.

El enorme crecimiento vendrá del manejo de rentas de pensiones y vitalicias, que en buena medida son el ahorro de los colombianos. Precisamente el manejo de estos recursos es uno de los elementos que está en juego en las negociaciones del país con Estados Unidos para llegar a un acuerdo de libre comercio.

Al igual que ocurrió con Chile y otros países, los negociadores deben buscar que las empresas que quieran morder el mercado asegurador y de pensiones lo hagan en las mismas condiciones de competencia de las actuales aseguradoras que operan en el país, es decir, por medio de una empresa establecida y regida por las normas nacionales, y no que se les dé una simple autorización para que, desde Estados Unidos, vengan, descremen el mercado, tomen los recursos de las pensiones y se los lleven a sus fondos en ese país. Al igual que en Chile y otras naciones, estos recursos son de vital importancia para el desarrollo del país.

William Fadul, presidente de Fasecolda, dice que "el TLC puede traer para el sector asegurador inversión norteamericana para establecer en Colombia, además de tecnología de avanzada, lo que permitiría llevar más protección a los colombianos y abaratar los seguros. Lo que está en discusión es una libertad de establecimiento frente a una libertad transfronteriza, que si el gobierno no lo negocia bien, podría terminar afectando seriamente al sector y al país".

Según el sector asegurador, Colombia les ha dado garantías y oportunidades a las empresas extranjeras. Mientras que en 1990 el 16 por ciento del total de las primas expedidas en el país fue de empresas con inversión total o parcial foránea, en 2000 llegó al 38 por ciento y en 2003, al 40,4 por ciento. "Si bien falta reglamentar y controlar algunos segmentos, las condiciones y perspectivas de Colombia son buenas", dice el presidente de una aseguradora. En 2002 el sector tuvo una participación del 2,2 por ciento del PIB, en 2005 será del 3 por ciento y llegará al 4,6 por ciento en 2010.

Las condiciones están dadas para que el sector asegurador se convierta definitivamente en uno de los más sólidos y dinámicos de la economía colombiana, tal y como ocurre en otros países, pero este desarrollo depende de las decisiones y cambios que se den en el próximo año.