Especiales Semana

No 6. LOS DRAMAS, LOS ESCANDALOS

25 de julio de 1994

BRASIL 1950. "MARACANAZO"
La palabra "Maracanazo" no figura en ningún diccionario. pero entre millones de aficionados al futbol alrededor de la tierra, esa palabra connota "inesperado dolor nacional"
Todo ocurrió en 90 minutos, la tarde del 16 de julio, en el estadio 'Maracaná' de Rio de Janeiro, en el partido final del cuarto Campeonato Mundial. Pese a que técnicamente no existía lo que se entiende por final -pues el cuarto Campeonato Mundial se definía por puntos- el juego Brasil-Uruguay, en el Maracaná, aclaraba las posiciones definitivas del torneo.

El milagro del siglo
Sólo la pasión por el fútbol logró el milagro de acomodar 220.000 aficionados en un estadio que imprimió boletas para apenas 172.772.
Esta ha sido la mayor asistencia a un partido en la historia de los mundiales de fútbol.

Uruguay, de menos a más.
Uruguay realizó una modesta campaña. Empató a dos goles contra España y apenas le ganó por un gol a Suecia: 3 a 2. Brasil arrollador. Brasil, en cambio, estuvo contundente. Derrotó a Suecia 7 a 1 y a España 6 a 1.

BRASIL
Los jugadores de Brasil completaban cuatro meses de absoluta concentración en una lluviosa villa en Rio, dotada con piscina y todas las comodidades. Las empresas brasileñas los colmaban a diario de regalos. A las 10 de la noche el único ruido permitido en la villa era el ronquido de los jugadores. A los casados se les prohibió salir para evitar el caer en la tentación con sus esposas. Si para el partido inaugural del mundial de 1950 el seleccionado brasileño fue saludado con el tronar de 21 cañonazos, la liberación de cinco mil palomas y la lluvia de confetti arrojada desde un avión sobre el estadio Maracaná... para este partido final, el Carnaval de Rio estaba a punto de reeditarse. Además Brasil sólo necesitaba un empate ante Uruguay, para alzarse con la Copa Mundo.

'maracanazo"
Los brasileños no anidaban temor alguno. Acudieron al Maracaná con la ilusoria idea de ver un partido de exhibición de su equipo, casi que como formalidad previa a la entrega de la copa.
Primer tiempo
Un sobrecogedor rugido de la muchedumbre acompañó el primer ataque del Brasil. Los uruguayos resistieron con todo y el arquero Máspoli debió hacer acrobacias para defender su meta. Sucesivas oleadas de los tres artilleros del Brasil -Ademir, Jair y Zizinho- fueron detenidas en forma heroica por los uruguayos Andrade y Obdulio Varela. En los minutos 16 y 23 los uruguayos se tragaron la muerte con la inminencia del gol. Pero luego se pararon de igual a igual y sostuvieron el marcador.
Triunfo moral
Los uruguayos mantuvieron el empate a cero, hazaña meritoria en tan difíciles circunstancias.

Segundo tiempo
En el primer minuto de la etapa complementaria la máquina del Brasil bordó una jugada entre Zizinho, Jair y Ademir que Friaca convirtió en gol. La tribuna explotó de júbilo.

Los uruguayos no se achicaron
Obdulio Varela animó a su escuadra y pasaron a la ofensiva. A los 21 minutos empataron con el gol que diseñó Gighia, mediante pase hacia atrás, que convirtió Schiaffino. Una corriente fría congeló el entusiasmo de los aficionados brasileños. Pero no importaba, también con el empate Brasil era campeón.

Euforia !
...ustedes, jugadores, quienes en pocas horas serán aclamados campeones por millones de sus compatriotas... Ustedes, que no tienen igual en el hemisferio... Ustedes, que son superiores a cualquier otro competidor..."

"FALTAN ONCE MINUTOS"
Juies Rimet abordó el ascensor con el propósito de entregar la copa a los brasileños. Pero aún faltaban 11 minutos y no todo estaba dicho. Entre tanto los uruguayos Julio Pérez y Ghiggia se adueñaron del timón del partido... y de pronto, éste último, con remate cruzado desde la derecha, batió por segunda vez al árquero brasileño Barbosa. Cuando Rimet llegó a la cancha el marcador -2 a 1- le había trastocado sus planes.

LAS ESTADISTICAS NO MIENTEN
Antes del mundial de 1950 Uruguay y Brasil se habían enfrentado en 29 ocasiones. Los resultados favorecían a Uruguay:
16 partidos ganados.
4 partidos empatados.
9 partidos perdidos.
En medio de la euforia, nadie revisó las estadísticas.
Todo el mundo apostaba a favor del Brasil.

EL CARNAVAL SE CONGELO
Los vendedores de souvenirs con la foto del equipo brasileño y el titular "Campeón del Mundo" se quedaron con su mercancía. Las primeras páginas de los periódicos, ya armadas, fue necesario reescribirlas. E inclusive los discursos se quedaron en el bolsillo de las autoridades.
Hasta Juies Rimet resultó despistado: "Cuando el marcador marcador estaba 1 a 1, me desplacé por el túnel de la tribuna principal hacia el terreno de juego para celebrar la victoria de Brasil y entregarles el trofeo. Al llegar al terreno de juego regía un silencio sepulcral. La gente lloraba. Uruguay acababa de marca su segundo gol y se consagraba campeón mundial".

Hay que cambiar los nombres
Rimet bajó con la lista de los brasileños para entregarles las medallas. Fue necesario que alguien regresara al palco para averiguar el nombre de los uruguayos. En medio del dolor de 220 mil fanáticos, Rimet se sintió infinifamente sólo con la copa en la mano. De pronto Obdulio Varela, capitán del Uruguay, tomó la iniciativa y se le acercó a reclamar la copa. Era el segundo mundial ganado por Uruguay. No se cruzaron palabras. No hubo ceremonia ni izada de banderas, ni discursos. Sólo verguenza para los brasileños.