No 6. LOS DRAMAS, LOS ESCANDALOS
En 64 años de mundiales, la sombra de la sospecha cayó sobre el encuentro jugado entre los seleccionados de Perú y Argentina, durante el Mundial de 1978.
En 1978 Argentina tenía inmensa responsabilidad. Por primera vez jugaba en casa y había aguantado 48 años de vigilia con la obsesión de ganar su primera copa. Casi al término del torneo, a la hora de definir los dos equipos que disputarían la final, Brasil y Argentina estaban igualados. Pero sólo uno de ellos pasaría a la final:.. el otro debía conformarse con disputar el tercer puesto. A ambos equipos les quedaban sendos partidos: Brasil jugaba contra Polonia y Argentina contra Perú. Brasil tenía a su favor un gol más que Argentina, pero en su contra estaba el hecho de que el partido contra los polacos se realizaria en las horas de la mañana. Lo que a los argentinos les daba como ventaja saber cuántos goles estaban obligados a marcar en el partido de por la noche, para poder superar a los brasileños. Brasil ganó a Polonia 3 a 1. Ese resultado indicó, en términos prácticos, que para poder superar a Brasil, Argentina necesitaba ganar su último partido contra Perú -esa misma noche- por lo menos con cuatro goles de ventaja... (meta difícil en un Mundial).
Y... Argentina ganó, no por cuatro sino por seis a cero. Escándalo. Estupor. Denuncias. Amenazas. El caso no era para menos:
1. El partido se efectuó en Rosario 'Argentina'.
2. El arquero del seleccionado del Perú, Ramón Quiroga, era argentino, nacido precisamente en Rosario, y nacionalizado peruano.
3. Los argentinos sabían cuántos goles necesitaban para pasar a la final .
4. Perú no tenía, a esa altura del campeonato, nada que ganar ni nada que perder.
A tiempo que los brasileños denunciaron el resultado como un atraco, la prensa Argentina respondió denunciando a los brasileños por intentar sobornar a los peruanos para que jugaran bien.
Después de ese 6 a 0, a Argentina no le quedó otro contendor que Holanda en la final. Y la venció 3 a 1. Argentina ganó el mundial 78. Y Brasil debió contentarse con el tercer puesto sin haber perdido ningún partido.