Especiales Semana

"NO SOY DIOS, APENAS MARADONA"

Un peligro acecha al No. 1 del Mundial 82: su pierna derecha. Es una vieja historia que en estos momentos inquieta a la Argentina tanto como las Malvinas.

12 de julio de 1982

Apareció de súbito y medio sonámbulo. Era un chiquillo bajito y casi gordo, vestido con una camisa deportiva a rayas azules, bermudas blancas y tenis azules. No necesitaba decir que acababa de levantarse, porque mientras con una mano se restregaba los ojos como para abrirlos mejor, con la otra trataba en vano de camuflar sus bostezos. Todavía entre sueños y deslumbrado por el repetido relampagueo de los flashes, el chiquillo vio decenas de micrófonos que avanzaban hacia él como bayonetas caladas y se asustó.
¿Entrevistas... ahora? ¡No! ¡Marzoliniiiiii..! Gritó desesperado.
Lo recordaré siempre así, como surgió en el vestíbulo del Hotel Nacional de Río de Janeiro, a donde llegó para jugar contra el Flamengo de Zico. Lo habíamos esperado horas, y en ese momento no había en él el menor asomo de superastro del fútbol. Era sólo un niño asustado que llamaba a su madre, sustituída entonces por Silvino Marzolini, técnico de Boca Juniors, quien acudió rápido y apoyó al "Pibe" para permitirle que nos driblara ágilmente y se perdiera veloz no hacia el gol adversario sino al restaurante.
"Diego es así mismo -me dijo Marzolini a manera de disculpa-. Duerme como un bebé. No es por maldad que os dejó esperando hasta ahora; fue por sueño, de verdad. Imagina que Diego ya durmio 15 horas seguidas en Buenos Aires; hasta en eso tiene récord".
Idolo en un país, donde los ídolos, se pierden en el pasado remoto, este niño. Diego Armando Maradona, es desde el domingo el centro de atención de todo el mundo, que espera que el "Pibe de oro" confirme su categoría sobre el césped de los campos españoles u ocupe el trono que dejó vacío el "Rey Pelé".
Antes de recibir esa consagración, Maradona es protagonista del mayor traspaso de la historia del fútbol. El Barcelona ha pagado ocho millones de dólares para vestirlo de azulgrana, lo que le asegurará al "Pibe" ganar durante los próximos seis años otros tantos.

DE LOS POTREROS DE FIORITO AL NOU CAMP
"Discúlpame, che, por lo de antes. No sabía de la entrevista" -fue el saludo con una traviesa sonrisa infantil bailándole en los labios y en los ojos, cuando después de almorzar tranquilamente se vino hasta la terraza de la piscina del Nacional para que charláramos sin prisa.
Ya no era el asustado Dieguito sino el Superastro Maradona quien me explicaba por qué se había atrasado. Había dormido once horas seguidas.
"Es que, aparte del fútbol, lo que más me gusta es dormir, estarme con mi familia, ir al cine y jugar tenis".
Este aspirante a "Rey" del fútbol con fama de arisco y temperamental, nació el 30 de octubre de 1960 en la Policlínica de Lanus, en Buenos Aires, y es hijo del obrero corrientino Diego Maradona, quien entonces trabajaba en la fábrica "Tritumol", un molino de huesos. A Diego, padre, le gustaba mucho el fútbol; era un fanático del Boca Junior vale, y por eso soñó desde el primer momento en ver a Dieguito driblando a los otros pibes en los potreros de Fiorito. -¿Por qué no?-, hasta driblando a la pobreza sobre la cancha de "La Bombonera", estadio de Boca al que comenzó a llevarlo cuando apenas empezaba a caminar.
"Mi 'viejo' era un admirador de Rojitas.-Recuerda Maradona-. Se volvía loco cuando empezaba a gambetear gente. Recuerdo que me llevaba a la cancha a ver a Boca y que yo también me sorprendía cuando Rojitas hacía pin, pin, de aquí para allá dejaba a los contrarios en el piso".
Como Rojitas, Maradona se inicia futbolísticamente en los baldíos de Avellaneda y como él, llega a jugar por Boca, pero es, en el fondo, hincha de Independiente. Muy pronto comenzó a entrenar en la cancha de Argentinos Juniors, dirigido por Francisco Cornejo, quien se admiró de verlo jugar después que otro niño, Gregorio Carrizo, le dijera que un amigo suyo "la rompía al patearla". En esa época, su viejo estaba trabajando muy duro y llegaba a casa muy cansado, pero aún le sobraban energías para llevar a su Dieguito a la cancha de Argentinos.
Con su juego cerebral y preciosista, Dieguito fue muy pronto la sensación del Argentinos, mientras, al margen de la cancha, descansaba en la bohemia con el "Taba" García, el "Negro" Carrizo y el "Guaso" Domenech, en las madrugadas alargadas con Ques Muzzarella. En el hotel Torres, de las calles Olleros y Corrientes, mientras esperaba su fútbol compartido del próximo domingo. "Pelusa" Maradona, como lo llamaban sus amigos y compañeros, llegó a participar de los preparativos de la selección argentina que disputó la copa de 1978, pero el "Flaco" Menotti tuvo miedo de que su precoz talento fallara en los nerviosos y duros juegos de un mundial y llamó en su lugar al veterano Kempes, que jugaba en el Valencia.
Es algo que el "Pelusa" no le perdona a Menotti, porque su sueño era repetir el fenómeno de Pelé, que fue campeón mundial con 17 años. El própio "Flaco" lo convocó en 1979 para que fuera campeón mundial juvenil en Tokio, el mismo año en que fue máximo goleador argentino y el "mejor jugador de Sudamérica". En esa selección juvenil congenió con Osvaldo Escudero y Hugo Alves.
"Recuerdo que Osvaldo, así como se ve de calladito, era uno de los que después de los partidos en Uruguay se cruzaba a la playa con todos y bailaba bajo la luna fingiendo una macumba. Lo que nos divertimos. Luego era de los más serios, estaba más 'profesionalizado'" -rememora-.
En el 80, Maradona es de nuevo goleador en su patria, pero su club está al borde de la bancarrota y surgen los rumores de que será vendido. Se habla del Real Madrid, del Juventus Italiano, del River Plate que se lo lleva a Barcelona... El 10 de febrero del 81 tienen que entrenar en el Club de Teléfonos porque sus hinchas protestan violentamente y amenazan quemar la sede del Argentinos. El 19 de febrero la gran sorpresa: Maradona ya es de Boca Juniors, mediante un caro convenio de transferencia a prueba. El viernes 20, a las 10:50 de la noche, Diego viste los colores azul y amarillo de Boca y sale a defenderlos en "La Bombonera" contra su ex-equipo. Cuando un periodista le pregunta qué sintió en ese momento, responde:
"Me persigné, como siempre. Estaba nervioso. Parecía que el piso se movía. Y ese maldito tirón... Me mordía los dientes por esa impotencia de no poder correr...".
Maradona llegaba a su nuevo club lesionado y, aunque se brindó por entero, no pudo dar lo que quería y sus hinchas esperaban. Este fue también su primer cambio brusco.
"Yo venía de convivir con un plantel al que conocía mucho. Tenía amigos de verdad, de mucho tiempo atrás. Cada uno sabía las virtudes y los defectos de los demás y el 'Zurdo' López nos entendía como nadie. De repente, llego a Boca y a los diez minutos de entrar en 'La Candela' me llama Marzolini y me dice que Boca es distinto a Argentinos Juniors, que si yo allí tenía ciertas prerrogativas acá eso se iba a acabar. Que si acostumbraba ir a la cancha con mi familia, tampoco se podía seguir así en Boca. Silvio no me conocía y se equivocó al hablarme así en el primer encuentro. En cambio, Carniglia me dijo que no me sintiera salvador de nadie. Por ahí soy yo quien da una imagen equivocada, no sé. Pero, sinceramente necesito sentir el afecto de los demás".
La timidez de Diego se manifiesta en el momento en que tiene que ir a firmar el contrato, a registrarlo, lo que hace en compañía de Jorge Cyterszpiler, su amigo y apoderado. Luego, reencuentra en su flamante club a dos exjuveniles: Escudero y Alves. A pesar de la lesión, juega con el Boca hasta que decide no hacerlo de momento: "Esto no va más...el miércoles no juego. Cada vez que picaba sentía como si me clavaran un cuchillo. El doctor me dijo que era un pequeño desgarro, pero que en cualquier momento podría dejar de ser pequeño...".
Este domingo 13 de junio, al pisar el césped del "Nou Camp", su nuevo hogar barcelonés. Diego Maradona recordará aquel día en que entró a La Bombonera y lamentará esa suerte suya de llegar siempre lesionado ante sus nuevos hinchas.
"Desesperado, estoy desesperado -le decía Maradona la otra semana al enviado de 'El Gráfico'-. Es por la pierna. El miércoles sentí un latigazo en el mismo lugar donde me lesioné antes de llegar a Boca. Acá arriba, en la parte posterior del muslo de la pierna derecha . El doctor Oliva me dijo que podría jugar contra Bélgica, y eso me puso tranquilo Recé mucho, me dolería no estar en Barcelona el 13".
Es, prácticamente, el día de su presentación en Soledad ante sus hinchas de los próximos seis años. Si antes el Barcelona no se lo cede al Cosmos de Nueva York, que parece ya estaría de acuerdo con el club catalán, y la Warner ya comienza a promover mundialmente la figura de Maradona, inclusive como protagonista de "Dieguito", unas tiras cómicas que serán dibujadas por el brasileño Mauricio de Souza, el creador de "Pelezinho".

"ZICO ES MAS RAPIDO PERO YO SOY MAS HABIL".
Antes de integrarse a su nuevo equipo, Maradona enfrenta en esta copa la comparación con dos brasileños: el "Rey" Pelé (los argentinos ya lo llaman el "Pelé blanco") y Zico, el nuevo "10" maravilla de la selección.
"No me gusta que me comparen con Pelé -me decía Diego-. Creo que Pelé fue impar, y no veo por qué tienen que compararnos. Si quieres mi opinión sincera, te la doy: nadie podrá ser como Pelé. Hasta hoy, cuando veo películas antiguas de sus juegos, de las que tengo muchas, me sorprendo con lo que hacía en el campo. Es el mejor".
¿Y Zico?
"Siguen, sin gustarme las comparaciones. Quiero ser apenas Maradona y con orgullo. Admiro mucho a Zico y creo que cada uno tiene una manera de jugar. La mayor virtud de Zico es la rapidez con que trabaja la pelota, su extraordinaria dinámica de juego y su increíble precisión en los tiros y lanzamientos. La virtud clave mía es la habilidad; creo que soy más hábil que él, que arriesgo más individualmente, aunque también me preocupa mucho el juego de conjunto. Sería 'bárbaro' si pudiéramos jugar juntos, en el mismo ataque. ¿Lo imaginas?"
El, sin duda, sí lo imaginaba. Porque los ojos le brillaban como si estuviera haciendo maravillas junto a Zico, a quien considera uno de los mejores del mundo, con los alemanes Rummenigge y Muller y su paisano Passarella.

¿MI MAYOR CUALIDAD? "EL PODER DE CREACION"
¿Cómo es, técnicamente el jugador más caro de la historia, este muchacho tímido que está a punto de convertir en realidad su sueño de ser campeón del mundo y hacer fortuna en el fútbol europeo?
Maradona es la reencarnación del fútbol cerebral, ofensivo y preciosista y, aunque no le gusten las comparaciones con Pelé y Zico, son casi obligatorias porque los tres han jugado o Juegan en el mismo espacio del campo, con el mismo "10" en la espalda y con parecido olfato de gol, lo que no es muy común a los mediocampistas. Maradona es zurdo, pero maneja la derecha casi con la misma habilidad y tino en los duros disparos. Como Pelé y Zico, Diego es especialista en cobrar golpes francos y penalties, y es un cañonero temible desde cualquier posición.
"Creo que mi mayor cualidad, sin embargo, es el poder de creación de jugadas y el sentido aguzado del juego en conjunto" -me revelaba-.
¿Y tu peor defecto?
"Los tengo en buen número -comentó con una maliciosa sonrisa-. Pero discúlpame que no te los cuente, porque eso sería darles armas a mis enemigos .
Tiene por lo menos un defecto en que coinciden los expertos: que rara vez marca a su par en el centro del campo. Maradona se limita a crear juego, avanzando por el centro o por la izquierda, buscando el pase en profundidad y la apertura del balón hacia las zonas vacías. Sabe Diego que arrastra con él hasta tres adversarios y por eso retiene la pelota hasta que consigue que se desmarque un compañero. Su increíble habilidad, su intuición maravillosa y talento, permiten que se le perdone ese desentenderse de las tareas defensivas y que en contadas ocasiones baje del centro del campo, porque es sabido que Maradona "rompe" con frecuencia las defensas rivales y cuando pisa el área penetra siempre hasta el fondo.
Con sus virtudes y sus defectos, con sólo 1.66 de estatura y 71 kilos de peso, ¿vale este jugador porteño ocho millones de dólares? El Barcelona apuesta que sí, a pesar de las muchas opiniones contrarias, como la de su propio astro Quini: "Eso es mucho dinero por jugar al fútbol".

UNA MAQUINA DE HACER DINERO
Con esas perspectivas tan aúreas, no faltan los que piensan que Dieguito Maradona jugará este mundial con excesiva "precaución", huyendo de balones divididos y de otros peligros que puedan retirarlo, aunque sea temporalmente, de los estadios.
La verdad es que la selección argentina y el Barcelona ya pensaron también en los riesgos del astro. Como antes el Boca, que la primera cosa que hizo fue un seguro a su favor de cinco millones de dólares.
Maradona, además, ya no se asusta ante las cifras exorbitantes. Su contrato con el Boca le valió 525.000 dólares antes de vestir la camisa, el 15% del valor de su traspaso, y un salario mensual de 60.000 dólares. Luego había otros "estímulos": 10.000 dólares por partido amistoso y 1.750 por cada punto que ayudara a ganar, y todo libre de impuesto de renta.
Todo eso lo controla la "Maradona Producciones", empresa que gerencia su amigo Cyterszpiler, como también los contratos publicitarios con la Coca-Cola, que enfrenta su imagen a la de Pelé, divulgada por la rival Pepsi-Cola, y otras empresas.
Su contrato con el Barcelona le ha dado 5.900.000 dólares al Argentino Juniors, una indemnización de 2.300.000 a Boca y 5.500.000 a él, sin contar los premios, iguales para todo el plantel y un extraordinario de 150.000 dólares por cada título de campeón que el club consiga con su ayuda. A eso sumará jugosos contratos de publicidad de los que según su tipo, cobrará 60%, 90% o la totalidad.

"SIN LA 10 SERIA OTRO"
"No me importa ser el 'crack ' de la copa, quiero apenas ser el mejor 10 y campeón".
Lo afirma este jugador maduro que va borrando aquella mala imagen de "prima donna" histérica diseñada al negarse a concentrarse, al responder rabioso y fuera de tono a la prensa sensacionalista que insinuó que su novia Claudia ya no era virgen o al propinarle un puñetazo a un muchacho que lo esperaba a la salida de un estadio, y es que sobre esta copa de España siempre le oímos hablar entusiasmado, sabiendo que puede ser "su Copa", y hasta dándonos sus pronósticos.
Mis favoritos son Argentina, Brasil y Alemania. Pero España podrá ser la sorpresa, porque juega en casa y con un equipo bien armado que es capaz de luchar con éxito por el título.
Considera, es lógico, que ellos "pasarán por encima de todos, porque ninguna selección, ni siquiera Brasil, tiene tantas variaciones como la nuestra".
Un momento de gran emoción para Maradona fue cuando comenzaron a repartirse las camisas nacionales. De acuerdo con la inscripción por orden alfabético en la FIFA, la 10 correspondió a Patricio Hernández, medio de Boca, que se la lanzó diciéndole:
"Diego, la diez es tuya".
Maradona le agradeció emocionado ese gesto, y confiesa:
"Es que yo, sin la diez... sería otro".

"NO SOY DIOS, APENAS MARADONA..."
Para Diego Armando Maradona ya han pasado los malos tiempos, aquellos en que vivía en una casa humilde y se alimentaba mal, por lo que frecuentaba la casa de su amigo Jorge Cyterszpiler, hoy su empresario y socio, donde encontraba siempre estímulo, apoyo moral y buena comida, más rica en vitaminas, sales minerales y carbohidratos.
Jorge, su protector, había sido víctima de la poliomielitis, y quería realizar sus truncados sueños futbolísticos a través de Diego.
"Muchas veces pienso qué habría sido de mi vida sin el fútbol -nos confesaba Maradona, recordando agradecido lo que por él había hecho Jorge-. Puedo decir que soy un hombre de suerte... Ahora quiero y necesito estudiar, prepararme para administrar mis negocios cuando me retire de jugar".
Nacido en una familia pobre y sin recursos ni para comer y estudiar, ¿cómo se siente hoy el millonario Maradona frente a la miseria, el sufrimiento y el hambre que padece el mundo?
"El dinero que gano es para ayudarle a mi familia -me explicaba el genial jugador-, para devolverles lo que, aún siendo pobres, hicieron por mí con mucho sacrificio, cuando yo no era nadie ni tenía nada. En cuanto a los problemas del mundo, naturalmente que los conozco. Sé que existen muchas personas que no disponen de lo suficiente más que para sobrevivir. Pero, si ni los presidentes, ni los gobernantes, consiguen solucionarlo, ¿qué podría hacer yo? No soy Dios, apenas Diego Maradona. Y, de verdad, si pudiera haría alguna cosa para que todos tuvieran tanto como yo".