Especiales Semana

NOSE DEBEN CAMBIAR LAS REGLAS DEL JUEGO

SEMANA entrevistó al presidente de la Bolsa de Bogotá, Carlos Caballero Argáez, sobre cómo ve la situación del mercado bursátil y del país en general.

28 de octubre de 1996

Semana: ¿Cómo le ha ido a la Bolsa este año? Carlos Caballero Argáez: Mal. En términos de volúmenes totales (acciones más renta fija) el crecimiento ha sido menor que el del año pasado aunque positivo en términos reales. El movimiento de las acciones, reflejado en el Indice de la Bolsa (el IBV), ha sido un poco mejor. Es que el año pasado la caída fue violenta. Los precios tocaron fondo en noviembre de 1995 y desde entonces ha habido una ligera reacción. Sin embargo hoy tenemos los mismos precios de 1993. Semana:¿Cómo explica ese resultado? C.C.A.: Hay varias razones. Primero, la estricta política monetaria, el necesario ajuste, llevó las tasas de interés hacia arriba. Segundo, se suma la crisis política. Esos dos fenómenos combinados han afectado negativamente a la Bolsa. Esa es la explicación coyuntural. El mercado enfrenta también unos problemas estructurales, como son la falta de oferta de acciones, la concentración de la propiedad accionaria y el poco interés de las empresas de abrirse al mercado público de acciones. Muchos tienen susto de abrirse porque temen la infiltración de dineros del narcotráfico. Otras empresas medianas no están dispuestas a hacer un disclosure. Estamos en un momento de decisiones sobre el mercado de capitales y de valores. Hay que estimular el ahorro privado, que ha caído demasiado. Tenemos que entender que la generación del ahorro interno es un problema de seguridad nacional. El actual modelo de desarrollo financiero le da un mayor peso al sector financiero como el canal para convertir el ahorro en inversión. Necesitamos convertir al mercado de capitales en el intermediario. Semana: ¿Cómo son las perspectivas para el próximo año? C.C.A.: Coyunturalmente mal porque el crecimiento de la economía no será bueno. Continuará el problema del déficit. Estamos ante una explosión fiscal que va en contravía del mercado de capitales. Una de las condiciones para el buen comportamiento de la Bolsa es el equilibrio fiscal, incluso la obtención de un superávit. No parece haber una verdadera voluntad política de parte de todo el gobierno, aunque hemos respaldado el ajuste que ha propuesto el Ministro de Hacienda. El ritmo de crecimiento proyectado para el año entrante _de 3,5 a 4 por ciento- es muy mediocre. Colombia no se puede dar el lujo de crecer así. La inflación es un motivo de incertidumbre. Colombia se está quedando atrás en esa lucha y nos hemos convertido en la oveja negra de la región. Semana: ¿Qué incidencia tendrían sobre la Bolsa unas eventuales sanciones económicas por parte de Estados Unidos? C.C.A.:Una influencia negativa en general. Es simple: cuando la economía va mal, le va mal a la Bolsa. Me preocupa mucho qué va pasar a nivel internacional. Uno de los grandes éxitos colombianos ha sido mantener separado el tema económico del político. Es importante que siga así ya que es fundamental para la confianza internacional. Otra preocupación es la inversión de portafolio. Los fondos de inversión extranjera hacen un 40 por ciento de las transacciones. Existe el peligro de que se asusten y decidan invertir menos en el país. Hay que entender que la entrada de Cemex y del Banco Bilbao-Vizcaya a Colombia es parte de una estrategia global. Si las condiciones empeoran, actores multinacionales del mismo tipo podrían optar en invertir en otras partes en vez de Colombia. Semana: ¿La crisis política tiene alguna salida? C.C.A.: Yo siempre he dicho que la salida del Presidente es una condición necesaria pero no suficiente para arreglar los problemas. Hay que adelantar un proceso de restauración de la confianza nacional e internacional. Buscar soluciones a largo plazo. Están en juego muchas cosas muy importantes para el futuro del país: la ley de seguridad, las privatizaciones, la apertura de las comunicaciones, la reducción fiscal y la atracción de inversionistas extranjeros. Me pregunto honestamente si es posible que este proceso necesario pueda ser liderado eficazmente por el Presidente, y la respuesta, infortunadamente, es no. Semana: ¿Se ha perdido mucha confianza en Colombia en los sectores financieros internacionales? C.C.A.: Es increíble cómo se ha mantenido la imagen en los sectores financieros. Desearía que esa visión positiva se mantuviera, pero no es evidente que sea así. Un ejemplo de nuestra buena imagen fue la entrada del Bilbao-Vizcaya. Esa misma semana se produjo el ataque del Ejército Popular Revolucionario _EPR_ en México y se cayó la inversión en ese país. Los inversionistas extranjeros descuentan el tema de la violencia. Evidentemente, cuando deciden invertir en Colombia aspiran a una rentabilidad más alta que justifique el riesgo tomado. Pero si se siguen sobreponiendo cosas, como los ataques guerrilleros, se van afectar la imagen. Lo más importante es la permanencia de las reglas de juego. Que no cambien. Lo de Telecom cayó pésimo en el exterior. Los cambios tributarios, como los bonos de guerra, tienen un impacto muy negativo. La propuesta reforma a la Constitución crea problemas por la incertidumbre que encarna. Causa particular preocupación el intento de acabar con la autonomía de la Junta del Banco de la República. Con todos estos hechos, los analistas en el exterior se están comenzando a preocupar. Semana: ¿Cómo ve al sector financiero? C.C.A.: El sector financiero salió bien de la crisis de los 80. Se mejoró mucho la supervisión y los banqueros hoy son más serios. El próximo año será regular. La cartera mala va a seguir subiendo y los intereses continuarán altos. Todo sería mejor si se resolviera la crisis política.