Especiales Semana

Orgullo verde

Por sus paisajes, sus parques y su gran oferta de turismo ecológico,el Quindío es el pulmón del Eje Cafetero.

18 de marzo de 2002

El Quindío es paisaje, es la región verde por excelencia. En sus cafetos, guamos, rosas y guaduales, está uno de los más espléndidos paisajes que existen en Colombia. Es un santuario de flora natural donde se les rinde homenaje al café y la guadua. El Quindío es un sueño que sus habitantes no alcanzan a descifrar y es uno de los destinos turísticos con mayores atractivos del interior colombiano.

Un poco de historia

La historia del Quindío está enmarcada por la producción del café, base de su economía. Pero debido a las varias crisis en los precios de este monocultivo los quindianos comenzaron a buscar otras alternativas para sacar adelante su economía. Fue así como a comienzos de la década del 90 nació el turismo rural. Aprovechando la excelente infraestructura de servicios y carreteras que se había construido en los tiempos de bonanza, algunos dueños de haciendas cafeteras decidieron dar el primer paso y poner en alquiler sus propiedades.

Con este antecedente, en 1998, los gobernadores de los tres departamentos dieron vida al Consejo Nacional de Turismo del Eje Cafetero. Actualmente la gerencia de Turismo del Quindío creada en 2000, promueve e impulsa todas las actividades turísticas del departamento, y apoya las iniciativas de nuevos atractivos para la región. Participan en este proceso más de 10 operadores de turismo rural, con cerca de 400 fincas que prestan un capacitado servicio a los visitantes que se acercan a pasar vacaciones en el Quindío.

Los parques tematicos

El Parque Nacional del Café ubicado en Montenegro, representa la fuerza de la raza quindiana y el potencial agrícola de la actividad caficultora. Es el parque temático más visitado en la región y fue creado con el objetivo de rescatar y preservar el patrimonio histórico y cultural del sector cafetero. Se ha convertido en el primer sitio de interés turístico del departamento. Sus visitantes lo catalogan como uno de los parques mejor diseñados en Latinoamérica. El Parque Nacional del Café ofrece al visitante diversas salas de exposiciones, el jardín de las fábulas, un imponente mirador, teleférico, recorrido en tren, camino del arriero, selva colombiana de orquídeas, jardín de fábulas, mirador, show de las orquídeas y cuatro kilómetros de recorrido por el sendero que permite identificar paisajes diversos de la zona cafetera.

De otro lado, está el Panaca o Parque Nacional de la Cultura Agropecuaria, un lugar para disfrutar en familia. Más de 200 animales reunidos en un solo lugar conforman uno de los parques vivientes más atractivos de América Latina. Allí, niños y adultos aprenden a reconocer todo lo relacionado con el sector agropecuario. Ubicado a sólo una hora de Armenia, la visita a Panaca deja una experiencia de aprendizaje sobre la vida del campo. Sin menoscabar el medio ambiente, muestra al visitante alternativas tan interesantes como la agricultura verde y el uso de las cadenas alimenticias como técnica de aprovechamiento productivo. Igualmente, el turista recrea las épocas en las que el uso de animales era pilar fundamental del aparato productivo en el campo colombiano. El gran atractivo de este parque radica en que a través de una actividad productiva como el turismo se aprende la importancia del factor ambiente y la conservación de los recursos naturales. En lugares tan visitados como Panaca, las personas se van concientizando del grave peligro que corre el ecosistema con la devastación y destrucción de grandes áreas ecológicas.

Aunque no es un parque temático, el Museo Quimbaya guarda el misterio de las guacas de los indígenas establecidos anteriormente en la región como una suerte de monumento a sus obras artesanales y ancestrales que dejaron sus tribus y caciques. Es un lugar de paso obligado para los turistas. Este museo se encuentra ubicado en el norte de la ciudad, en el área cultural del Banco de la República y fue inaugurado en 1986. Cuenta con sala de oro y cerámica donde se muestra una exposición representativa del trabajo orfebre y alfarero correspondiente a la zona arqueológica del Eje Cafetero. Guarda también un importante centro de documentación donde se está recogiendo la memoria impresa y la bibliografía patrimonial del Quindío, el Portón de los libros, donde se pueden adquirir postales, libros y catálogos editados por el Banco de la República, así como una sala de lectura infantil dedicada a promover la cultura entre los niños y una sala múltiple donde se realizan talleres, exposiciones, conferencias y conciertos.

Ya finalizado el recorrido se llega al Valle de Cocora en Salento, la llamada puerta al Parque Nacional de los Nevados. Salento es conocido como el municipio con el mayor número de obras arquitectónicas de la colonización antioqueña y por ser casa de la reconocida palma de cera —árbol nacional de Colombia—, cuyo nombre científico es Ceroxylon quindiuense. Desde el mirador del Alto de la Cruz se puede observar el imponente paisaje de la zona. El tránsito por el Valle de Cocora permite disfrutar de la topografía andina en la que prevalecen bosques de esbeltas palmas de cera a 2.700 metros sobre el nivel del mar. Salento conserva reservas naturales entre las que se destacan Acaime, Frontino y la cuenca Alta del río Quindío con Estrella de agua como estación de referencia.

El club de calidad

La amplia demanda que el conjunto de parques y otros atractivos turísticos traen a la región ha llevado a las autoridades del Quindío a implementar un control de calidad en el servicio de turismo rural que beneficie tanto al producto como al visitante. Para este objetivo los departamentos de Caldas y Quindío, a través de los empresarios del sector, participan en la creación de un Club de Calidad para los alojamientos del Eje Cafetero.

Los alojamientos rurales del Quindío han sido pioneros en este tipo de turismo en Colombia. Apoyados por las instituciones públicas del departamento, los empresarios de las fincas y hoteles cafeteros, se están esforzando por mejorar la calidad de los servicios y adaptarse a las exigencias del visitante. De los 400 hospedajes existentes hay 52 que están participando en el programa de gestión de la calidad total que, basado en el espíritu de la mejora continua, incluye una auditoría externa que garantizará unos estándares de calidad en el mercado. Aquellos alojamientos que superen esta evaluación formarán el Club de Calidad Haciendas del Café.