Especiales Semana

Piedad Córdoba

La pasionaria

15 de diciembre de 2003

Piedad Córdoba es uno de esos personajes de la vida pública que despierta pasiones intensas: se le ama o se le odia con el mismo fervor. La senadora antioqueña, de 48 años, no admite puntos medios. Así es ella y así son las acciones que lleva a cabo. Este año su verticalidad ideológica fue la que la convirtió en protagonista. A mediados de este año, cuando la eligieron directora del Partido Liberal, muy pocas personas se imaginaron el revuelo que iba a causar esta mujer, separada y madre de cuatro hijos, que comenzó su carrera política como secretaria privada de William Jaramillo en la alcaldía de Medellín. Piedad sacudió al partido e intentó que retomara sus raíces ideológicas, las mismas que permitieron su afiliación a la Internacional Socialista y cuyos temas hacen parte de la agenda de la senadora en el Congreso, en esencia la defensa de los derechos de los sectores más débiles, como las minorías sexuales o étnicas, o los grupos más vulnerables, como las mujeres pobres. En este realineamiento ideológico Piedad lanzó al partido a la oposición de algunas de las propuestas sobre seguridad del presidente Alvaro Uribe, propugnó por la abstención al referendo y, después de retirar al candidato liberal, invitó a las bases en Bogotá a votar por Lucho Garzón, con cuyo programa sentía mayor afinidad. Esta defensa férrea de sus ideas sobre el liberalismo, considerada oportunismo por sus detractores, la acercó a los liberales rasos y la posicionó como una de las protagonistas fijas en el escenario político en los próximos años.