Especiales Semana

PROFESION DE FE EN COLOMBIA

DAVID BUSHNELL
10 de noviembre de 1997

Aunque no sea sino por orgullo profesional, no pienso renegar de mis repetidas profesiones de fe en Colombia, tampoco niego que recientemente ha tambaleado algún tanto tal fe. No es por el famoso proceso 8.000, tan aburridor como los escándalos (algunos de ellos parecidos) en que se ve envuelto el señor Clinton. La narcofinanciación no es cosa buena, pero no es tan grave en sí misma sino por el efecto que tiene _y que tiene toda la cuestión del narcotráfico_ como acaparadora de recursos y de atención que habrían debido dedicarse a otros desafíos. A este respecto, a mí como norteamericano me da vergüenza la política de mi propio gobierno, presionando continuamente a Colombia a destrozarse más en la lucha contra el narcotráfico en la vana esperanza de que que así contribuya a la resolución de los problemas nuestros.El problema actual de primer rango para Colombia es por supuesto la guerrilla, que tiene relación con el del narcotráfico pero desde una perspectiva histórica es algo bien distinto. Es en todo caso más importante. Confieso que al escribir mi historia de Colombia no lo tomé suficientemente en serio, como tampoco lo tomaban los dirigentes colombianos, para quienes ha parecido excesivo el costo o de las concesiones o de las medidas de fuerza que se requirieran para alcanzar la paz. Y lo peor del caso es que la lucha guerrillera, a fuerza de matar gente y desperdiciar recursos, ha venido postergando la realización del país más justo que se dice anhelar. Todo esto no obstante, en Colombia sigue habiendo elementos positivos. No ha desaparecido la capacidad de aguante que desde el siglo pasado hacía posible la construcción de "una nación a pesar de sí misma". Igualmente notable es el dinamismo de su gente, por más que a veces se demuestre en actividades malsanas. Existe en fin una reserva de talentos y de inteligencia que es estadísticamente improbable que se malgaste indefinidamente. Mientras tanto, ojalá que los colombianos se preocupen menos de su imagen en el exterior, donde la inmensa mayoría de las personas ni siquiera saben dónde queda Colombia _y donde por cada persona que ha oído hablar de Ernesto Samper hay millares que saben de Juan Valdez_ y se dediquen de tiempo completo a la resolución de los grandes problemas internos.
David Bushnell se graduó en 1951 con PhD de la universidad de Harvard. Este profesor se ha llegado a destacar como el colombianólogo norteamericano más importante. Miembro extranjero de la Academia Colombiana de Historia, ha publicado varios libros, entre los cuales se destaca Colombia: Una nación a pesar de sí misma