Especiales Semana

Propiedad horizontal y diseño

14 de junio de 1993


Espacio público: gran prioridad
CREAR UN PARQUE METROPOLITANO en los cerros orientales de Bogotá a partir de la cota 2.700 de altura es una de las propuestas del Taller Profesional del Espacio Público. Otra consiste en destinar el borde occidental del río Bogotá a la construcción de un parque con 300 metros de ancho siguiendo su cauce en la Sabana. Con el rápido crecimiento de la ciudad, nada mejor que estos cordones verdes como límites geográficos y pulmones para una población en crecimiento.
La primera propuesta hasta ahora se plantea. En cuanto a la segunda, ya se trabajaron los diseños, fueron aprobados y la única demora es la cesión de tierras por parte de los urbanizadores de las zonas aledañas. De acuerdo con las dimensiones de cada proyecto urbanístico ellos deben donar entre el 17 y el 25 por ciento de su terreno como espacio público.
Los anteriores son solo dos ejemplos de lo que ha venido haciendo el mencionado taller que inició labores hace casi un año y medio, y es, finalmente, un equipo asesor de la dirección de Planeación Distrital en la capital. Funciona con la logística de esta entidad y tiene considerable autonomía a la hora de proponer planes de ordenamiento e ideas arquitectónicas novedosas para la ciudad.
Claro que no actúa en solitario. Sigue los lineamientos del director de Planeación y también, los del conocido Acuerdo 6 o Estatuto para el Ordenamiento Físico de Bogotá (1990) que da al espacio público prevalencia sobre el privado.

Ciudad integral
Hasta hace escasos tres años (hay que decirlo) lo público era el residuo de las áreas construídas. Ahora es el primer nivel de zonificación y solo se puede edificar al interior de los predios definidos como privados. De aquí la importancia de un taller de esta naturaleza.
Los 12 profesionales de la Sociedad Colombiana de Arquitectos que trabajan en él desean imprimir a cada proyecto, así como al conjunto de propuestas, una visión urbana integral, donde el espacio público no sea únicamente el lugar transitable de la urbe, es decir Ias vías vehículares y los lugares peatonales. Ellos, dos generaciones del mencionado gremio unidas en el servicio a la capital -los directores tienen un promedio de 43 años y los demás un promedio de 24-, han tomado muy en serio la definición que el Acuerdo 6 ofrece para este tipo de espacios: "EI conjunto de inmuebles públicos y los elementos arquitectónicos y naturales de los inmuebles privados destinados por su naturaleza, su uso y su afectación a la satisfacción de necesidades que trascienden los límites de los interes privados de los habitantes".
De esa forma, quedan incluídas las áreas para recreación pública pasiva y activa, las franjas de retiro de las edificaciones sobre las vías, las fuentes de agua, las zonas verdes y los cerros. Además, los espacios necesarios para Ia instalación y el mantenimiento de los servicios básicos y los lugares de uso del amoblamiento urbano; los que deben conservarse para mantener las obras de interés histórico, cultural y religioso, y también, los que son vitales en el entorno de la ciudad.
Como se aprecia, el campo de acción del taller es amplio. Por eso, antes de proponer un plan concreto de manejo, los miembros del equipo han querido definir los alcances de su labor: actualmente preparan una Cartilla del Espacio Público y cuando la terminen (aproximadamente en mes y medio), se podrán apreciar en toda su dimensión las dos propuestas mencionadas al inicio de esta nota y muchas otras.
Serán en total 140 fichas que la Alcaldía Mayor de Bogotá editará en conjunto para repartirlas entre todos los estamentos interesados: las universidades, un gran número de entidades públicas, desde el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), hasta la Corporación Barrio La Candelaria, las juntas de acción comunal, las juntas administradoras locales, los urbanizadores, los arquitectos en general, las asociaciones de vecinos y hasta los particulares.
En realidad, todos los habitantes del Distrito Capital podrán disfrutar de ella, pues lo que se pretende es "mostrarle a los ciudadanos qué integra el espacio público que les pertenece -lo dice Rafael Sáenz, uno de los arquitectos del taller-, darles un diagnóstico sobre su estado actual y, además, ofrecer unas políticas o criterios para su manejo ".
Amplia incidencia es lo que tendrá este proyecto y el plan de intervención para el espacio público bogotano que vendrá después, si es correcta y ampliamente difundido su trabajo. Planeación lo sabe y quizá por eso sus últimos tres jefes -Gustavo Perry, Luis Kopec y Andrés Escobar- le han dado decidido apoyo al taller.

Continuidad en el manejo
De ningún modo se pretende que la cartilla sea un texto terminado, para archivar como se han archivado tantos diagnósticos y proyectos en la ciudad. La idea es que con el tiempo se amplíe, se renueve y se corrija cuando sea necesario. Se añadan futuros ejemplos de intervenciones para el aprendizaje de los arquitectos y otros diseños porque también está bien claro que la ciudad debe pensarse y construirse día a día.
La constancia en el interés por el tema del espacio público está asegurada, hasta cierto punto, por el diálogo entre arquitectos con amplia experiencia y recién egresados. El director del taller es Sergio Trujillo, un manizaleño de 42 años egresado de la Universidad Nacional, profesor universitario director por muchos años de la revista Hito, que fue historia dentro del gremio, y ganador de varias bienales. Como coordinador de proyectos trabaja Germán Martínez, arquitecto del Cooper Union de Nueva York con una especialización en diseño puro de la Universidad de Cornell. Los más jóvenes integrantes del equipo son, en un 80 por ciento, egresados de la Nacional y también hay de las universidades de Los Andes, la Javeriana y la América.
Tal vez son las distintas procedencias lo que ha permitido que afloren propuestas tan originales en el país como considerar al medio ambiente parte del espacio público e incluírlo en la cartilla, dedicar todo un capítulo de la misma al mobiliario urbano ilustrándolo con dibujos como los que aparecen en estas páginas para juegos infantiles, y proponer la construcción de parques parqueaderos para detener un poco los efectos que la pavimentación de amplias zonas en la ciudad tiene sobre el sistema de aguas y el clima.

Alta creatividad
Una de las iniciativas más refrescantes y creativas es la de construír en las antiguas canteras de las laderas de los cerros, que hoy constituyen impresionantes ejemplos de erosión, escenarios para espectáculos al estilo media torta, con una fuente central y taludes o terrazas para que la vegetación vuelva a estar presente.
La próxima tarea del taller consistirá en difundir la cartilla. De hecho, planteamientos como los que allí se hacen para el transporte, solo pueden ser aplicados tras un buen cambio de mentalidad a nivel de los encargados estatales de la infraestructura y también de los contratistas: no más troncales, puentes elevados, metros o proyectos de rehabilitación de vías férreas que no estén respaldados por estudios de impacto ambiental y espacio público.
La red vial de la ciudad debe funcionar como un sistema con jerarquías y estaciones de transferencia. Lo dice este manual, y señala también la necesidad de elaborar completos estudios de oferta y demanda para establecer las prioridades de desplazamiento, conformar una red vial ordenad de alimentación al sistema principal, y educar e informar la ciudadanía sobre el manejo de la nueva infraestructura.
Es tan completo el documento en preparación que incluso contempla los elementos arquitectónicos de los bienes inmuebles privados que hacen parte de lo público. Por ejemplo, las fachadas de las edificaciones. Y además, reúne las normas referentes a la importancia que tienen, como espacios comunes, lugares privados como los clubes campestres, que deben conservar obligatoriamente su carácter de áreas verdes para el Distrito Capital.
Hace poco el taller estuvo colaborando en el diseño de la normativa sobre vallas y avisos para la ciudad, importante avance en la lucha contra la polución visual. Adicionalmente ha diseñado proyectos semilla para solucionar algunos problemas que requerían una pronta intervención. Por ejemplo, el de mejoramiento del espacio público de la calle 82 entre carreras 11 y 15, en plena Zona Rosa, donde ya se adelantan un completo programa de arborización, la construcción de bahías y un manejo mas racional de los antejardines.
Algunas de las propuestas de esta entidad, al parecer, han quedado, "entre el tintero": la creación de un parque lineal en la Avenida de las Américas que sería manejado por las embajadas, y la de un corredor peatonal sobre la Avenida Chile, entre carreras 5a. y 7a., por ejemplo. Pero los dibujos que sustentan estas y muchas otras ideas están en el taller esperando la voluntad política de los interesados en obras no solo funcionales, sino también enriquecedoras del paisaje urbano.
El Taller Profesional del Espacio Público es, en esencia, un gran banco de ideas que aspira a coordinar el trabajo de todas las entidades que tienen que ver con el espacio público en la ciudad para que, por fin, los esfuerzos creativos de la arquitectura colombiana lleguen a concretarse del modo en que se pensaron y de manera integrada. Cerros, recursos hídricos, parques, vías, monumentos. . . deben funcionar y verse como espacios de una sola urbe. Para eso existe esta entidad: para convertir a Bogotá en un lugar vivible, tanto ahora como en el futuro.