Especiales Semana

SALUD Y BELLEZA

12 de septiembre de 1988

El maquillaje de moda
La tendencia actual del maquillaje está determinada por los tonos suaves. La agresividad ha quedado un poco atrás en este aspecto, y lo que llama la atención ahora es la sencillez del maquillaje, bien encaminada. Como siempre, a pesar de las pautas que marcan los expertos, se debe tener en cuenta que, en todo caso, el maquillaje debe analizarse a partir de cada persona: de sus características físicas, del color de su piel, del contexto facial, y aún a partir del oficio que se desempeña o de las diversas ocasiones que se presentan.
Así pues, de la misma manera como una ejecutiva debe maquillarse diferente a una modelo o a una estudiante universitaria, también el momento específico en el que se va a lucir tal o cual maquillaje, debe tenerse en cuenta: una junta de alto nivel exigirá más recato que un paseo dominical.
De cualquier manera. La tendencia actual es suave. Esta marcada por los colores ocres pálidos, y entre más pálidos más a la moda. No obstante, aunque en Europa esta tendencia es casi uniforme para todas las mujeres, en el trópico hay que imponer ciertas modificaciones. Por lo general la mujer latina es más bronceada, menos "blanca", y por lo tanto al aplicar los tonos pálidos hay que revisar que no se pierdan en el contexto facial.
Ojos: Los tonos más usados para los ojos son los ocres los rosados los amarillos, los dorados y los naranjas. Muy apropiados los tonos pastel, que resultan decididamente románticos.
Se buscan combinaciones que profundicen los ojos. Por ejemplo, resulta muy adecuado emplear combinaciones como amarillo -naranja, dorado-café y rosado-café, teniendo en cuenta que el tono más suave se debe aplicar en el área total del ojó, y el más fuerte, alrededor, se usa para profundizar.
Igualmente, este efecto se puede lograr mediante el "degrade" de un mismo tono. Es decir a partir del naranja, por ejemplo, se aplica un tono más suave en el interior y otro más fuerte del mismo naranja, en el exterior. Posiblemente se luzca más a la moda maquillando los ojos con un solo color.
Ahora bien, en el medio europeo actualmente no está muy de moda delinear los ojos. Sin embargo, dado que la mujer latina siempre se ha acogido a este recurso para resaltar sus hermosos rasgos nativos, se aconseja entonces delinear el ojo con el mismo color de la sombra, pero en un tono más fuerte. Para esto basta con humedecer un poco el pincel en las sombras escogidas.
Pestañas y cejas: Los pegotes de pestañina quedaron atrás. Ahora se emplea prácticamente un toquecito... casi como si sólo se pretendiera limpiar las pestañas, de manera que no resalten mucho y descompongan la armonía que se pretende a través de los tonos suaves y pálidos. Entonces, en este orden de ideas, el negro no resulta un color muy adecuado. El café, por el contrario, ofrece excelentes resultados en combinación con las sombras en tonos pastel, ocres, naranjas...
En cuanto hace referencia a las cejas, las cosas van por el mismo lado. Apenas se busca que se marquen un poco, y preferiblemente en tonos café. Esta acción puede complementarse peinando las cejas hacia arriba con un cepillo lo suficientemente pequeño.
Pómulos: Los tonos del rubor se están usando muy pálidos: prácticamente se emplean los tonos "piel". Lo más indicado es un rosado pálido, que tienda a confundirse con el naranja suave. Para las horas de la noche, cuando se debe enfatizar un poco el área de los pómulos, se puede emplear, además, un toque de corrector sobre el rubor.
El área donde se está aplicando el rubor ha disminuido considerablemente. Es una zona pequeña, en la parte superior del pómulo, como a unos cinco centímetros de la oreja. Se debe tener en cuenta que el área no se extienda mucho hacia abajo, como se hacía anteriormente.
En busca de una mayor naturalidad, y de lograr un tono definitivamente pálido, los expertos aconsejan colocar sobre el rubor un toquecito de polvo. Como se puede notar, los maquilladores andan en busca de una expresión más sencilla y a la vez más sincera de la mujer, al tiempo que están empeñados en buscar la protección de la piel, alejando el uso excesivo de cosméticos.
Labios: En los labios también se están usando los tonos suaves. Solamente para la noche se puede buscar la excusa de utilizar tonos más fuertes, sin que éstos resulten agresivos. Lo mejor puede ser un naranja fuerte. Sin embargo, los labios deben guardar una marcada simetría con las sombras empleadas en los ojos. De manera que si en los párpados se ha empleado el rosado, el labial debe ser algo así como un rosado nacarado. Si, por el contrario, los ojos van en tonos dorados, los labios lucen mejor con naranja, en tonos suaves.
Y en todos los casos, se recomienda combinar el labial con un toque de brillo amarillo, para realzar las facciones y dar un poco de brillantez en la noche. El efecto del amarillo sobre los otros colores es una visión chispeante, decididamente atractiva.
Para completar el maquillaje facial, resulta apropiado el empleo de correctores en el área de la nariz y en la zona del mentón, o ciertos trucos, como utilizar en estas partes el mismo polvo del área total de la cara, pero en un tono más fuerte.
Uñas: Para jugar adecuadamente con el maquillaje sutil que se ha empleado en la cara, los expertos han diseñado el french maniqure. Se trata de un efecto que tiende a olvidar los rojos fuertes, y va en busca de una cierta similitud con las uñas de los hombres. Tanto así, que incluso en la actualidad se prefieren las uñas cortas en la mujer, y no las llamadas de "diablo" que estuvieron tanto tiempo en boga.
Para esto lo más adecuado es el empleo de tonos transparentes en el área total. Sobre éstos se busca un énfasis con tonos rosados o con color miel, y en el borde se logra un contraste con una delgada línea blanca, al estilo de los hombres.--