Especiales Semana

SALUD Y BELLEZA

19 de septiembre de 1994

HORAS DE AUTORRELAJACION
Los fines de semana son ideales para devolverle al cuerpo la relajación que se merece. Una buena alternativa puede ser el automasaje.
El agitado ritmo de vida en las ciudades, las tensiones diarios y las diversas cargas emocionales que rodean a hombres y mujeres por igual, ha obligado a crear nuevas formas de relajación, unas más sofisticadas que otras, pero todas tendientes a aliviar esos factores que evitan que los días transcurran tranquilamente. Uno de esos métodos es el automasaje, que puede realizarse en casa, antes de enfrentarse a la rutina diaria, o los fines de semana cuando hay más tiempo para dedicarse al culto de la salud y el buen estado físico.
Aunque el automasaje puede realizarse a cualquier hora del día y en cualquier lugar, lo ideal es hacerlo después del baño o inmediatamente antes o después de un evento social que implique algún grado de tensión o estrés. También es bueno iniciar el procedimiento luego de la sesión de gimnasia o de ejercicios.
La premisa más importante del automasaje es que evite la contracción de los grupos musculares que se van a masajear y para ello nada mejor que realizar previamente una buena relajación.
Antes de iniciar los ejercicios también es recomendable hacer uso de cremas especializadas que puedan ser absorbidas por la piel mientras se realiza el masaje, el cual no debe sobrepasar los 20 minutos de duración. Inicialmente este lapso de tiempo puede parecer excesivamente breve pero la constancia y la disciplina mostrarán a la larga la eficacia de esta técnica.

MOVIMIENTOS DIFERENTES
Existen seis movimientos básicos y distintos para realizar un completo automasaje. Ellos son: la fricción superficial, que consiste en pasar las manos en forma suave sobre las regiones que se van a masajear, repetida y lentamente, para luego aumentar la intensidad y realizar lo que se conoce como fricción profunda, o sea movimientos al unísono con las palmas de las manos. Cuando a esta fricción se le imprime fuerza y se realiza en forma de collar, recibe el nombre de "estrujado". El amasamiento es otra técnica que se ejecuta con las dos manos; se cogen las zonas musculares entre los dedos y se exprimen como si se tratara de una esponja, realizando movimientos rítmicos de vaivén hacia arriba y hacia abajo. Con este método se relaja la musculatura y se ayuda a eliminar las sustancias nocivas contenidas en el tejido muscular después del ejercicio físico. El rodamiento es otra técnica; se efectúa formando un pliegue con la piel y haciendo rodar la superficie apretándola en forma enérgica. El pellizcado es la quinta forma de realizar un masaje y se hace apretando la piel y los músculos entre el nudillo flexionado y el pulgar, efectuando un movimiento de vaivén sobre la zona elegida. El cacheteo se realiza con las manos algo huecas y se debe aplicar con elasticidad y ritmo sobre la zona masajeada.


EJERCICIOS BASICOS
Una vez conocidas las técnicas básicos del masaje, se pueden iniciar rutinas sencillas en los sitios más al alcance de las manos. Para los ojos, por ejemplo, es bueno posar la yema del dedo índice por encima del párpado superior en ambas direcciones, acto seguido y para mejorar las bolsas del parpado inferior, se pasa el dedo índice efectuando un semicírculo hacia arriba desde el ángulo interno al externo. Las 'patas de gallo' se mejoran manteniendo sujeta la piel con los dedos de una mano y masajeando con la otra el párpado inferior desde el ángulo externo hasta la parte superior de la nariz. Estos ejercicios deben repetirse de cuatro a seis veces en cada sesión.
Para realizar el automasaje en el cuello se deben colocar los codos sobre una mesa o superficie dura. La cabeza se apoya sobre una mano, mientras que con los dedos de la otra se efectúa masaje en la parte posterior y lateral del cuello. Otro ejercicio relajante es presionar y "amasar" con las dos manos, utilizando las yemas de los dedos, los músculos de la nuca y de la espalda en el nacimiento del cuello. Este automasaje proporciona descanso y relajación mejorando el dolor de cabeza y la tensión de los músculos cervicales.
En el tronco se realizan masajes sobre todo a nivel de los músculos pectorales. Con la mano contraria al músculo masajeado y con movimientos de fricción circular, desde la parte central del pecho (esternón) hacia arriba y afuera hasta llegar al hueco axilar. Levantando el brazo se puede coger en forma de pinza todo el pectoral mayor, realizando con los dedos movimientos de amasamiento a lo largo del borde inferior del músculo.
En la espalda el asunto se complica un poco ya que presenta mayores dificultades para hacer el automasaje. Sin embargo, se pueden realizar en la parte baja cercana a los glúteos, que es la zona más accesible. Para ejecutarlo se deben colocar ambas manos en la espalda con los pulgares hacia adelante y las puntas de los dedos hacia abajo, haciendo movimientos descendentes y ascendentes y presionando con las puntas de los dedos los músculos cercanos a la columna vertebral. También con los puños semicerrados se pueden golpear los músculos cercanos al cóccix. Esta practica ayuda a relajar la columna lumbar. El masaje de la región glútea se puede realizar a manos llenas, con fricciones y rodamientos de la piel y de los músculos.
Finalmente, es aconsejable permanecer inmóvil y totalmente relajado durante diez minutos como mínimo después de la sesión completa. Esto favorecerá la acción terapéutica de esta técnica.
Estos ejercicios son basicos para relajar las partes que se ven mas afectadas con la rutina diaria y lo mejor de todo es que se pueden llevar a la oficina sin ninguna complicación.-