Especiales Semana

SECTOR FINANCIERO

21 de octubre de 1991

CINCO CARAS Y UNA MONEDA
LOS PRIMEROS DIAS DEL AÑO TOMARON por sorpresa a los sectores productivo y financiero del país. El pasado 4 de enero el ministro de Hacienda Rudolf Hommes dio la orden de cerrar el crédito, para controlar y reducir la inflación al 22 por ciento. La medida de carácter temporal respondió a instrucciones para extremar la restricción monetaria. El Gobierno sabía a qué atenerse, pues el anuncio estuvo acompañado de una advertencia: la fórmula provocaria el encarecimiento de los créditos.

Pero para el Gobiemo, la medida era necesaria porque no podía soportarse por más tiempo el alto nivel del costo de vida, que entonces sobrepasaba el 32 por ciento.

Los 400 mil millones de pesos que estaban congelados en el Banco de La República hasta ese momento eran insuficientes, razón por la cual el Emisor intensificó la captación de pesos mediante la venta a los ahorradores de títulos públicos, con una rentabilidad promedio del 40 por ciento efectivo anual. Esta estrategia restó liquidez a los bancos y entidades financieras Y favoreció el desarrollo de un mercado extrabancario, en el cual las tasas de interés alcanzaron niveles del orden del 46 al 50 por ciento.

En el sector de intemmediación legal, en cambio, las tasas de interés de captación empezaron a bajar. Con el establecimiento del encaje marginal del 100 por ciento sobre los excedentes de depósitos al 31 de diciembre del 90, el sistema financiero se vio obligado a bajar dichas tasas, pues a los bancos sólo se les reconoció un 28 por ciento anual sobre el encaje marginal.

Es más, los niveles de las tasas de captación disminuyeron a menos del 28 por ciento bajo la filosofía de las entidades financieras de