Especiales Semana

sector financiero

21 de octubre de 1991

ECOS DESDE EL KREMLIN
LA CRISIS ECONOMICA EN LA UNION SOVIETIca no es un problema que nació con el régimen de Gorbachov. Pero aunque los ecos de la situación se escuchaban tiempo atrás, no se puede negar que se han visto multiplicados por la falta de estrategias para generar la transición hacia un modelo de mercado.

Las estadísticas muestran que con respecto al año 90, las cosechas han caído en un 13 por ciento. Hoy se cosechan 40 millones de toneladas menos de granos que en el 90; el comercio exterior bajó en un siete por ciento y el déficit presupuestario pasó del 2.5 al 8.5 por ciento del producto interno bruto en un año.

Además, una de las principales preocupaciones es la baja producción de petróleo, la cual descendió un 10 por ciento durante el primer semestre de 1991, Sus exportaciones se redujeron de 4.1 millones de barriles diarios en el 89, a 2.2 millones en el 91.

Cifras que reflejan una situación alarmante y confirman que el fallido golpe de Estado tenía bases económicas, así lo haya propiciado el KGS.

Hoy, después de una fuerte lucha contra los enemigos del cambio, se reanuda la búsqueda de estabilidad en el campo soviético.

Pero no sólo es cuestión de propósito y buena voluntad. El factor económico se convierte en el elemento de mayor prioridad para lograr dicho cambio.

Por eso Gorbachov solicitó la creación de un fondo por 12.400 mil millones de dólares como soporte para sacar adelante las reformas económicas. La respuesta de los países de Occidente no fue la esperada.

Unos pocos créditos, discursos alentadores y conmovedores y lo más sorpresivo la división de criterios de los gobiernos que estudiaban el caso.

Francia, Alemania e Italia defendieron la propuesta. Por su parte Estados Unidos y Japón se opusieron con el argumento de que no