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SEGURO QUE SI

No se daba mucho por el sector asegurador colombiano en 1993, pero las utilidades llegaron a niveles insospechados.

23 de mayo de 1994

DESDE 1989 LA INDUSTRIA aseguradora venía presentando una disminución de sus utilidades netas en términos reales. Además, los altos índices de siniestralidad y los elevados costos de los reaseguros no hacían prever cosas mejores para este sector. No obstante, las compañías de seguros ganaron en su conjunto 79.721 millones de pesos el año pasado, con un incremento nominal del 93 por ciento frente a 1992.
La industria aseguradora creció, en primas, un 54.7 por ciento durante el año pasado, mientras en 1992 lo hizo al 38.7 por ciento. Eso se debió especialmente al demoledor avance de la apertura y los fuertes aumentos en las tarifas que se dieron debido al endurecimiento del mercado mundial de reaseguros, explicado por empresas fuertemente afectadas por un inusitado crecimiento de la siniestralidad en todo el orbe. En el último año hubo una leve mejoría, pero las grandes compañías tuvieron que prescindir de ciertos mercados, aumentar los precios de sus coberturas y restringir ciertos servicios en terrorismo, huracanes, terremotos y otros riesgos especiales.
Las primas emitidas en Colombia alcanzaron los 901.000 millones de pesos (1.123 millones de dólares), correspondientes a 35 dólares per cápita. Esa cifra "continúa siendo muy baja frente a las registradas en países de similar desarrollo económico, donde alcanzan promedios de 80 dólares por persona", dice Nicanor Restrepo Santamaría, presidente de Suramericana de Seguros -la mayor aseguradora del país- y presidente de la Junta Directiva de Fasecolda.
Los siniestros pagados durante el año pasado sumaron 446.489 millones de pesos (556 millones de dolares) con un incremento del 41.6 por ciento en relación con 1992. Las compañìas de seguros de vida vieron incrementada su siniestralidad, mientras que disminuyó en las compañías de seguros generales y las reaseguradoras. Por ramos hubo más siniestros en corriente débil (110.9 por ciento), sustracción (110.5 por ciento), aviación (109.5 por ciento) y el seguro de exequias (107.6 por ciento).
Hubo un preocupante aumento en el robo de vehículos y mercancías en las principales ciudades y carreteras del país, lo que sin duda golpeó severamente los resultados. A pesar de eso, el nivel de las utilidades sobrepasó los estimativos al superar el 127 por ciento de incremento en las compañías de seguros de vida y en 83.9 por ciento en las de seguros generales. Ellas provienen de un mejor desempeño en la utilidad técnica, aunque sigue arrojando pérdidas de otros ingresos operacionales y del producto de las inversiones. En éste último punto hubo un crecimiento del 56.7 por ciento con respecto a 1992. Llegaron a 153.889 millones de pesos y sirvieron para inclinar el balance a la hora de mirar la pérdida técnica que se presentó el el período.
Pese al reajuste de precios que hicieron las aseguradoras para hacer rentable su operación, hubo una notable demanda en las líneas personales de seguros de daños (automóviles, hogar, etcétera). Por ramos de seguros, las primas emitidas de los denominados ramos de daños crecieron en mayor proporción (el 60.6 por ciento) que las de personas, las cuales lo hicieron en 43 por ciento.
Un detalle que llama la atención dentro del desempeño asegurador, es que las entidades aseguradoras públicas (La Previsora S.A. y la Unidad de Seguros de la Caja de Crédito Agrario Industrial y Minero) crecieron en términos reales 11.2 por ciento, mientras que las entidades privadas decrecieron el 10.3 por ciento, cuando se tiene en cuenta la evolución de coberturas que tienen que ver con el seguro obligatorio para accidentes de tránsito.
El grupo asegurador más grande del país, el Suramericana, obtuvo utilidades netas por 52.730 millones de pesos el año pasado. Esas ganancias fueron generadas en conjunto por la Compañía Suramericana de Seguros, Suramericana de Seguros de Vida, Suramericana de Capitalización, Suramericana de Construcciones, Administradora de Inversiones, y Suramericana de Inversiones Inmobiliarias y Avalúos. En esa cifra se incluyen ajustes por inflación por 16.913 millones de pesos y 9.151 millones de pesos de dividendos recibidos como aumento de los valores nominales de algunas de las acciones del portafolio.
En la actividad de capitalización el total de cuotas recaudadas ascendió a 205.626 millones de pesos, con un incremento nominal del 28.6 por ciento con respecto a 1992. Al mirar los números de la inflación la cosa es normal, pero si se tienen en cuenta las cuotas recaudadas por nuevos títulos, el incremento nominal fue superior al 58.1 por ciento, pues pasaron de 12.975 millones de pesos en 1992 a 20.518 millones en 1993.
En reaseguros, el crecimiento de las primas aceptadas en el interior del país alcanzó los 156.959 millones de pesos para las reaseguradoras profesionales, con aumento del 41.2 por ciento, mientras que apenas llegó a los 17.032 millones de pesos para el movimiento de reaseguro interior entre las empresas aseguradoras directas, con disminución del 32.1 por ciento.
La dura competencia que se ha desatado entre las aseguradoras, especialmente después de la liberación de tarifas, ha disminuido los márgenes técnicos de la operación desde 1990 en una espiral ascendente. Sin embargo, advierte Fasecolda, el ajuste de las tasas en 1993 permitió reversar la tendencia y reducir el ritmo de crecimiento de la pérdida técnica en relación con años anteriores. En 1990 el negocio asegurador presentaba pérdidas técnicas cercanas a los 29 mil millones de pesos, en 1991 pasaron a cerca de 48.000 millones de pesos, en 1992 se ubicaron en 74.218 millones de pesos y el año pasado llegaron a 74.405 millones dc pesos.
Pero las cosas habrían podido ser mucho mejores. "Se reflejan las presiones competitivas que han tenido impacto negativo sobre el nível de tarifas en ramos de retención de las aseguradoras, la situación crónica de criminalidad, asì como las bajas tasas de interés que prevalecieron durante el ejercicio. El resultado anotado es tanto más preocupante en cuanto se produce en un año en el que las compañìas registraron importantes ingresos por cambios en las normas contables relativas a las comisiones de intermediaciòn y a la provisión para proteger las primas pendientes de pago", sostiene Gonzalo Sanín Posada, presidente dc Seguros Fènix e integrante de la Junta Directiva de Fasecolda.
Los problemas que enfrenta la industria aseguradora a nivel mundial se han reflejado en el mercado colombiano. Las condiciones de renovación de los contratos y los tratados de reaseguros se están volviendo bien difíciles, y las limitaciones en ciertos seguros son muy claras. No obstante, la dinámica de los últimos cinco años no tenderá a frenarse mucho en 1994.