Especiales Semana

Sí se puede

Un grupo de jóvenes de las comunas de Cali genera nuevos espacios de trabajo y educación en zonas críticas de la capital.

22 de octubre de 2001

Siloe, 3 de la tarde. Un grupo de jóvenes camina sin camiseta por una de las empinadas calles de esta zona de la comuna 20 de Cali, en donde es bien conocida la problemática de violencia y falta de oportunidades entre sus habitantes. Sin embargo el ambiente no es de hostilidad. Los jóvenes se acercan y saludan a Edison y a Jhon James, dos líderes del barrio que hace cinco años se unieron para crear la Corporación para el Desarrollo Integral de los Jóvenes de Siloé (Corp Siloé).

Junto a ellos reciben a los funcionarios de la Alcaldía, que semanalmente visitan la comuna para escucharlos y adelantar un programa de educación y capacitación que busca mejorar la calidad de vida de más de 150 jóvenes actualmente vinculados a la corporación. “No queremos que se repita lo que pasó en ocasiones anteriores, en las que a pesar de las buenas intenciones los programas de resocialización fracasaron”, dice Eduardo Varela, secretario de Fomento Económico y Competitividad del municipio. Esta vez la Alcaldía ha dejado en sus manos el desarrollo de proyectos de capacitación empresarial. “Aquí no se trata de regalar empleo sino de abrir espacios de trabajo, que es muy distinto”, añade.

La administración, de la mano con asociaciones como Corp Siloé y las universidades Libre, Santiago de Cali, del Valle y Autónoma, ha puesto en marcha la creación de las llamadas Empresas Asociativas de Trabajo (EAT) y de nuevas cooperativas de economía solidaria, que serán manejadas por los mismos jóvenes. Ocho mil de ellos de todas las edades serán vinculados en la primera etapa y 500 ya lo han iniciado, entre quienes están los miembros de Corp Siloé.

“A diferencia de lo que se venía haciendo con programas anteriores, como Parces, por primera vez sentimos que confían en nosotros y nos dan la oportunidad de demostrar nuestras capacidades”, dice Jhon James. El primer paso se dio con la obtención de la personería jurídica para esta organización de jóvenes, que ya está en capacidad de contratar tanto con la Alcaldía de Cali como con la empresa privada.

Por lo demás, los jóvenes agrupados en Corp Siloé siguen con sus clases los sábados y reciben un auxilio de transporte para movilizarse. Poco a poco tratan de cambiar entre sus compañeros de barrio la mentalidad de que el Estado debe darlo todo. “Yo era de los que andaba con cuchillo, metido en drogas y delincuencia, pero ahora estoy recibiendo tratamiento sicológico y además de estar terminando mi bachillerato trabajo embelleciendo los separadores y las zonas verdes de Cali”, dice Oscar, uno de los jóvenes que participó en las labores de adecuación y mantenimiento de la ciudad con miras a la Copa América en julio pasado.

“Aquí no se trata de arriesgar. Hay empresas que tienen miedo de arriesgar y darnos una mano. Se trata es de confiar, de que quienes pueden apoyarnos lo hagan creyendo en el proceso en que estamos”, dice Edison. Y viéndolo desde su punto de vista, el esfuerzo de Corp Siloé es el de miles de jóvenes que luchan por abrir espacios de trabajo y resocialización en las zonas críticas de la capital vallecaucana. También un valioso esfuerzo del alcalde de Cali por sembrar la paz y combatir la violencia, ofreciendo oportunidades a quienes más las necesitan.