Especiales Semana

Sin educación no hay desarrollo

La formación académica es obligatoria para cualquier país que quiera progresar. Colombia, sin embargo, sigue relegada en esta materia.

2 de septiembre de 2006

Si sólo 24 de cada 100 estudiantes colombianos pueden acceder a la educación superior, mientras en Canadá la relación es de 80 de cada 100, la pregunta es, ¿por qué esta baja estadística cuando se vive en una sociedad del conocimiento, y el éxito se logra con base en la información?

Una respuesta con muchas aristas y quizá imposible despejar en un par de páginas. El común denominador entre los expertos entrevistados es que el país no puede ser indiferente ante el hecho de que el conocimiento es clave para el desarrollo en la economía global, y al final, la creación y redistribución de la riqueza implica la redistribución del conocimiento.

En su informe sobre gestión, del pasado agosto, el Ministerio de Educación señala que entre 2003 y 2005 se generaron más de 300.000 nuevos cupos, lo cual representa el 86 por ciento de la meta propuesta: La revolución educativa 2002-2006.

Y destaca, en particular, el dinamismo de la matrícula en programas de maestría y doctorado, la cual aumentó cerca del 83 por ciento, al pasar de 7.000 a 13.000 estudiantes; además, del aumento de la tasa de retención de estudiantes en el sistema (la tasa de deserción para el primer semestre del presente año es de 12,9 por ciento).

De acuerdo con el catedrático Eduardo Arias, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Instituciones Universitarias y Universidades Privadas (Aciup) la deserción es uno de los mayores problemas: "El desarrollo depende de la preparación de docentes y estudiantes. Todavía tenemos limitaciones en la educación superior, como son los pocos docentes con doctorado, la mínima investigación científica en la academia y el ínfimo aporte que se hace del PIB a la ciencia y a la tecnología".

Para José Luis Villaveces, director de investigación de la Universidad de los Andes, la respuesta a ¿por qué es importante la educación superior para el país? es elemental: "Para poder hacer lo que se quiere, es necesario saber hacerlo".

Las universidades han logrado avances importantes. Pero no se puede perder de vista que aún no se alcanzan los niveles de educación superior chilena o argentina, e incluso Venezuela tiene mayores avances en cuanto a doctorados se refiere.



Retos por cumplir

Además, los consultados coinciden en que la educación superior también requiere que se articulen los programas académicos para modernizarlos, flexibilizar la normatividad para que los profesionales técnicos y tecnológicos se especialicen, y ampliar la cobertura en educación técnica y tecnológica para que sea atractiva al mercado laboral.

En cuanto a la generación del conocimiento, Antanas Mockus, ex rector de la Universidad Nacional y catedrático, dice: "Es importante premiar la pertinencia y el ideal es que el conocimiento sea relevante en el país, sea útil y, además, tomar en consideración el grado de desarrollo". Para Mockus también es clave tener en cuenta el grado de división del trabajo en Colombia y empezar el mejoramiento de la calidad del trabajo desde el preescolar para que "el esfuerzo en la punta de la pirámide no se vaya al traste".

Los expertos concuerdan con que la pertinencia de la educación superior con el mercado laboral en muchos casos está desarticulada de las necesidades del sector productivo.

Villaveces considera que hubo un atraso de casi dos décadas en el campo de los doctorados en relación con otros países latinoamericanos y esto se refleja en el mercado laboral, que aún se resiste a recibir gente altamente calificada.

Mockus es optimista y señala que el avance de la calidad académica se nota con las publicaciones sobre el tema, el crecimiento de posgrados y doctorados, con jurados internacionales. Insiste en que uno de los retos es ampliar la matrícula de la universidad pública a través de mecanismos novedosos en cuanto a crédito educativo y en proponer una tasa impositiva diferencial para que los egresados que escogieron créditos los paguen si tienen puesto, de lo contrario, que tengan la opción de no pagar mientras consiguen trabajo.

Es necesario que la educación superior se convierta en un aula sin fronteras. Pero esto sólo se logrará con la creación de oportunidades que disminuyan las brechas globales y locales. y