Especiales Semana

TIEMPO COMPARTIDO

Las cadenas hoteleras, los complejos turísticos y el sector del comercio, están ingresando a la industria del 'Time Shering'

26 de agosto de 1996

Cuando en los años 50 los suizos aplicaron un sistema mediante el cual grupos de turistas usaban un destino de esquí por períodos nadie se imaginó que esta estrategia de comercialización, conocida hoy en día como tiempo compartido, se convirtiera en una de las más aplicadas en la industria turística a nivel mundial. Y es que desde cuando este sistema comenzó a implantarse en Europa, en los años 60, los resultados han sido más que satisfactorios. Sin embargo fue solo hasta 1974 cuando alcanzó su mayor auge en Estados Unidos gracias a la creación del Resort Internacional de Condominios -RCI-, que es en la actualidad una de las cadenas más importantes de intercambio internacional, junto con Interval International. El tiempo compartido es el sistema mediante el cual una persona natural o jurídica adquiere, a través de una escritura pública, derechos fiduciarios, acciones de sociedad anónima, sistema de club o títulos, el derecho a utilizar a perpetuidad o temporalmente una unidad inmobiliaria turística o recreacional por un período determinado de tiempo en cada año, normalmente una semana, con la posibilidad de realizar intercambios nacionales o internacionales. Gracias a esta novedosa fórmula muchos complejos turísticos en todo el mundo han venido ajustando su infraestructura o han diseñado proyectos exclusivos para aplicar esta alternativa de mercadeo turístico. Es así como, de acuerdo con estadísticas del informe de 1995 sobre la Industria de tiempo compartido en el mundo de Ragatz Associates, Estados Unidos tiene la mayor participación con 1.546 proyectos. En Suramérica, Argentina participa con 116 proyectos, seguido de Venezuela con 66, Brasil con 45, Uruguay con 22 y Colombia con 11.
Los requisitos
No cualquier proyecto turístico u hotelero puede aplicar la modalidad del Time Shering, pues según María Fernanda González, directora ejecutiva de Astiempo -Asociación Colombiana de Tiempo Compartido-: "Este es un negocio complejo que requiere una administración y una infraestructura especial". Para que un complejo vacacional pueda aplicar esta estrategia requiere, entre otras cosas, una excelente ubicación, una demanda aceptable, suficiente inventario, contar con mínimo de 20 hasta 50 unidades habitacionales y una óptima y diversa dotación en cada apartamento. Pero detrás de toda la infraestrucura física de los complejos existen agentes económicos indispensables como lo es el intercambio. En Colombia, como en el resto de países del globo, este está a cargo de las cadenas de intercambio internacional RCI que cuenta con más de 3.000 desarrollos turísticos e Interval International con más de 1.500 complejos en el mundo. Ellas regulan y manejan a nivel nacional e internacional el intercambio, fijan las normas de calidad, dotación y operación de los desarrollos afiliados y promueven los beneficios adicionales, como descuentos en compras, pasajes, renta de autos, espectáculos y cruceros, entre otros. Este intercambio representa un costo adicional cuyo valor varía de acuerdo con cada cadena y sus destinos. Así, mientras para los usuarios de los proyectos afiliados a RCI un intercambio nacional -que incluye a Ecuador y Venezuela- cuesta 122 dólares más IVA y uno internacional 232 dólares más IVA, para los asociados a Interval International el nacional vale 116 dólares y el international 155 dólares. Otros agentes que participan en este negocio son los promotores, que se encargan de construir, promover, vender y dar servicio permanente a los propietarios de tiempo compartido y servir de intermediarios entre la cadena de intercambio y el propietario. Y por último se encuentran los comercializadores, que son sociedades que sirven de agentes vendedores a desarrollos nacionales o extranjeros.
Las ventajas
Para nadie es un secreto que todos los sectores de la economía colombiana pasan por uno de sus peores momentos. Y la industria turística no podía ser la excepción pero, precisamente para amortiguar la caída, muchas empresas como la del turismo han comenzado a aplicar fórmulas que, como la del tiempo compartido, brindan excelentes resultados y ofrecen múltiples ventajas. Según Astiempo, el tiempo compartido, ayuda a contribuir a solucionar el problema de ocupación estacional baja de los complejos y mejorar la capacidad de consumo y compras de los turistas y garantiza a precios de hoy el alojamiento del futuro . Al adquirir el derecho de uso de un inmueble sus propietarios tienen la posibilidad de alquilar, ceder o vender su unidad inmobiliaria o intercambiarla por otra similar en cualquier complejo del mundo que esté afiliado a la cadena. Tantas son sus ventajas que el año pasado la industria de tiempo compartido en el mundo vendió cerca de 6.000 millones de dólares.
El caso de Colombia
El tiempo compartido llegó a Colombia a mediados de los 80 con dos proyectos respaldados por RCI: Pontepiedra en Coveñas y el Country Club Tayrona Resort en el parque Tayrona. Sin embargo fue a partir de 1991 cuando el tiempo compartido empezó a tomar fuerza en el país. Hoy son más de 10 los proyectos turísticos y hoteleros, distribuidos en diferentes sitios de Colombia. De estos proyectos cinco, como Zuana Beach Resort, Hotel Santa Clara, Bóvedas de Santa Clara, Cartagena Time Share y Forte Travelodge Mendihuaca Caribbean Resort, que suman en total 600 unidades habitacionales, cuentan con el respaldo de Interval International. El Zuana Beach Resort, de Constructora Bolívar S.A., se encuentra ubicado a 10 minutos de Santa Marta , en la zona de Bello Horizonte. Este resort, cuenta con 166 suites para dos, cuatro, seis u ocho personas. Allí cualquier persona puede comprar una suite para utilizarla una vez cada año por toda la vida a través de acciones. De acuerdo con Francisco Gómez, gerente de mercadeo , estas oscilan entre 4.870.000 y 18.190.000 pesos, dependiendo de la capacidad y la temporada. Por su parte el Mendihuaca Caribbean Resort, ubicado a 35 kilómetros de Santa Marta, a un lado del parque Tayrona, cuenta con 29 villas distribuidas en cuatro módulos con capacidad hasta para ocho personas, equipadas con aire acondicionado central, televisor, cocineta totalmente dotada y antena parabólica. Este proyecto, que tiene listas las zonas sociales, de recreación y servicios, estará habilitado en pocos meses para intercambios con más de 1.200 resort en el mundo. A través de una escritura pública de propiedad, que es un documento heredable y negociable, usted puede comprar una semana en una villa para toda la vida por un valor que oscila entre seis y 16 millones de pesos. Pero mientras unos están por abrir sus puertas otros, como el Cartagena Time Share de promotora El Faro, aún se encuentran en etapa de construcción. Este complejo estará ubicado en Punta Canoa en Cartagena, dentro del Grand Hyatt Cartagena Golf & Beach Resort. Los 114 apartamentos para cuatro, seis y ocho personas con los que contará este complejo turístico podrán ser adquiridos a través de escritura o sistema de club. Según su director comercial, Hans Becerra, una semana al año temporal o permanentemente puede costar en promedio 12 millones de pesos. Los beneficios adicionadel Cartagena Time Share, son: campo de golf de 18 hoyos par 72, club hípico, 2.100 metros de playa, canchas de tenis, sede náutica, lago, centro cultural y religioso, centro de estética y spa y un centro de veraneo empresarial. En La Heroica se encuentran dos proyectos más, uno en operación y otro en remodelación y construcción. Se trata del Hotel Santa Clara y Bóvedas de Santa Clara. El primero, un hotel que destinó desde sus inicios 41 unidades inmobiliarias para tiempo compartido, distribuidas tanto en la zona republicana como en la colonial, dotadas con todo el confort, los equipos y los accesorios necesarios para hacer más placentera las vacaciones de sus socios. Una semana al año cuesta entre ocho y 24 millones de pesos. Pero uno de los proyectos pionero del tiempo compartido en Colombia y que cuenta con el respaldo de la cadena más grande de intercambio internacional como lo es RCI, es sin lugar a dudas el Country Club Tayrona Resort. Hoy este condominio turístico, ubicado muy cerca del parque natural Tayrona en Santa Marta, cuenta con 100 cabañas tipo chalet con capacidad para seis y ocho personas, con dos habitaciones, salón, comedor, estar, baño, terraza, jardines y vestier. De acuerdo con la temporada y la capacidad de las unidades inmobiliarias, una semana puede costar entre 6.490.000 y 10.990.000 pesos y el derecho se adquiere a través de acciones. Entre los diversos proyectos colombianos afiliados a RCI se encuentra el Calima Resort, ubicado a sólo 80 kilómetros de Cali en el lago Calima. Este macroproyecto, tendrá además de las villas y cabañas decoradas, amobladas y equipadas para tiempo compartido, un hotel cinco estrellas, centro de convenciones, restaurante, club infantil, ecuestre, de pesca, de playa y de golfito y un moderno spa. Entre 7.300.000 y 20 millones de pesos oscilan los derechos de uso de una semana al año para toda la vida de cada una de las villas de acuerdo con las especificaciones de las mismas. Proyectos como el Costa Azul Beach Resort en Santa Marta, con 40 unidades inmobiliarias, como La Mansión de San Andrés con 80 y South End Villas, en San Andrés, que tendrá cerca de 80 unidades, todos afiliados a RCI y en proceso de construcción, ingresarán a la industria del tiempo compartido.
Del turismo a la feria
Ha sido tal la expectativa que ha generado en Colombia la figura del tiempo compartido que por primera vez se utilizará esta modalidad en un ámbito ferial. Se trata de la comercialización de los 100 estands de ExpoMundo, un nuevo e inteligente recinto ferial de 16.000 metros cuadrados que se construirá en Bogotá en la avenida 68 con calle 80. Allí quienes decidan comprar el derecho de uso de un stand, o de todo el recinto, podrán participar durante 15 años en ferias especializadas, de confección, calzado, joyería, relojería, belleza, cosméticos, alimentos y bebidas y de seguridad, entre otras. De acuerdo con su gerente Diego Robledo, una semana ferial que representa cinco días de exhibición y tres de montaje, en un stand de 16 metros cuadrados cuesta siete millones de pesos, y, por 15 días de feria, 13 millones de pesos. Pero si la transacción no es de uno o varios stand, sino de la totalidad del recinto ferial, la cifrá aumenta a 700 millones de pesos por una semana y a 1.300 millones de pesos, por 15 días, durante 15 años. Definitivamente el futuro del tiempo compartido en Colombia pinta muy bien, pues además de ser una alternativa efectiva de comercialización tanto en la industria turística como en el comercio, es una figura que por un lado ayuda a reactivar la economía del país y por el otro reduce los costos y mantiene los precios a sus usuarios.