Especiales Semana

TURISMO Y VACACIONES

17 de diciembre de 1990

AL SUR, AL SUR, AL SUR
El encanto del paisaje andino es el presagio de un recorrido desconocido más allá del cerro de Pacandé como dice la canción, al sur del continente. El avión se alza entre las nubes, sobrevuela picos, curvas y recovecos de la cordillera de los Andes, valles de ríos que merodean entre las montañas.
Cinco horas y media de viaje desde Bogotá hasta llegar a aquella ciudad que en febrero de 1541 el conquistador Pedro de Valdivia llamó "Santiago de la Nueva Extremadura", hoy Santiago de Chile, capital del país del Sur.
Valdivia jamás imaginó que Santiago, ciudad planeada para ser fortín militar, se convertiría cuatro siglos más tarde en una fortaleza turística apetecida por viajeros de todo el mundo.
Como la mayoría de las ciudades del continente, Santiago oscila entre las hazañas arquitectónicas del pasado y las grandes construcciones modernas.
Cuenta con una de las más interesantes páginas históricas representada en el Palacio Presidencial, el Palacio del Congreso, la Academia y el Arsenal Militar, los museos de Arte Precolombino y el Colonial de la iglesia de San Francisco.

Pero además, esta metrópoli de clima templado tipo mediterráneo, posee uno de los mejores hipódromos de Suramérica y una zona residencial que se caracteriza por una arquitectura contemporánea, patrimonio de la ciudad.
Con las imágenes de edificaciones, catedrales y monasterios grabadas en la memoria, el recorrido deja a un lado la ciudad para conquistar paso a paso las imponentes montañas. A una hora del centro de Santiago, entre 2.313 y 2.816 metros de altura, se encuentra Farelones, un hermoso pueblo turístico y deportivo considerado como el paraíso de la nieve en el hemisferio sur. Un verdadero templo del esquí.
Bajando de las montañas, a casi dos horas de vuelo desde Santiago, en Puerto Montt, el volcán Osorno marca la pauta de un paisaje casi mágico en la región de Petrohue, bordeada por el lago Llanquihue.
Tierra de encantos naturales como el lago de Todos los Santos o lago Esmeralda, llamado así por el color de sus aguas. Al final de la travesía por el lago se encuentra Peulla, población chilena que transporta al turista al mundo de la arcilla y la estera con sus cerámicas y artesanías, producto típico del país austral.

Y así como el artesano explora la masilla entre sus dedos, la embarcación cruza las aguas del lago Frías para llegar a Puerto Alegre, después al lago Nahuel Huapi para dirigirse a Puerto Pañuelo, ya en Argentina.

TRAS LAS HUELLAS DEL TANGO
Dejando atrás los hermosos atardeceres chilenos, el autobús se acerca a Bariloche, población gaucha con construcciones de piedra y madera semejante a una aldea bávara. En las afueras de Bariloche, recorriendo el Circuito Chico, aparece en el panorama un lugar de playas y aguas transparentes que no gratuitamente se ha ganado el nombre de Playa Bonita.
Pero las atracciones no se detienen allí. Puntos como el Centro Atómico, el cerro Campanario y el Punto Panorámico desde el cual se observa el lago Nahuel Huapi, se han convertido en sitios con gran afluencia de turistas. Pero quizás el lugar que más atrae a grandes y chicos, un viaje a los juegos y sueños de la infancia, es el bosque de Arrayanes situado en la península de Qetrohué, fuente de inspiración de Walt Disney para escribir la historia de Bambi.
Y del origen de la fantasía de Disney, la excursión toma un rumbo diferente y se dispone a seguir los pasos de Gardel en Buenos Aires, la ciudad más grande del hemisferio Sur. Una metrópoli vestida de bohemia, recuerdos y tangos.

El recorrido se inicia en la Casa Rosada, la casa del gobierno, continúa por la Catedral, el Teatro Colón, la Plaza del Congreso y finalmente, llega al cementerio de Chacarita con la tumba de Carlos Gardel.
Y es que medir paso a paso la ciudad permite verla en todo su esplendor. La calle Santa Fe con su comercio elegante, la fascinación de la calle Florida y la famosa Avenida 9 de Julio, la más ancha del mundo.
Caminos que llevan a restaurantes después de los espectáculos nocturnos. Porque de noche, la vida en la capital argentina está marcada por la actividad cultural. Obras de teatro y especiales de tango dan la pauta en las guías de fin de semana.
De los escenarios y telones en Buenos Aires, el recorrido alza el vuelo hasta aterrizar en Iguazú, punto de frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay.
Las cataratas del lado argentino muestran un panorama tropical en la caída "Garganta del diablo", una de las maravillas naturales del continente.

BRASIL: REALISMO MAGICO
El espíritu exótico del Brasil se siente desde el momento en que se pisa el lado oriental de las cataratas del Iguazú. Un espectáculo que conjuga la magia y la belleza, dos constantes del paisaje brasileño.
La travesía por Iguazú es el presagio de la alegría y el ambiente que espera a los turistas en Rio de Janeiro, la ciudad de las playas, la samba y las mujeres más sensuales del continente.
En Rio el recorrido turístico, comienza con un paseo por los bosques de Tijuca al sur de la ciudad, para escalar el cerro Corcovado a 730 metros de altura, y alcanzar en la cima, el Cristo Redentor, símbolo de la fe carioca. El paisaje es imponente: una vista completa de Rio, la bahía de Guanabara, las playas de Botafago y Copacabana, y el puente Río Niteroi, de 13 kilómetros de longitud.
De las playas impecables de Copacabana, un funicular lleva hasta el cerro Pan de Azúcar, también conocido como "El guardián del puerto de Guanabara", con una panorámica total de la ciudad.

En la noche, Rio de Janeiro toma el rostro de la ciudad de la fiesta por esencia. La gente, las calles y los espectáculos reflejan un ánimo mágico mezcla de belleza, misterio y algarabía. Una postal impregnada de la alegría brasileña.
El colorido que se vive en Rio de Janeiro contrasta con la soledad que se siente en Brasilia, la capital del gigantesco país. Una ciudad nueva inaugurada en 1960, de arquitectura moderna de construcciones circulares.
Brasilia es sin duda la imagen de la ciudad del futuro. Prueba de ello son la Catedral de formas curvilíneas y entrada subterránea, y la Concha con una acústica que cubre toda la urbe.
De las huellas arquitectónicas de Brasilia, la excursión regresa a la calidez de Rio de Janeiro. Un viaje por almacenes y tiendas para despedir el recorrido por el hemisferio sur.
Suramérica, región de risas, coloridos y encantos fascinación de un continente envuelto en el torbellino del tiempo.