Especiales Semana

TURISMO

18 de abril de 1988


A PLENO SOL
Todos los lugares del mundo son dignos de visitar aunque lógicamente, hay sitios más apetecidos que otros. Algunos lo son, de hecho, porque ahí se ha desarrollado en forma más eficaz la industria hotelera y, en fin, la infraestructura turística necesaria. Otros, porque su geografía se ha beneficiado excepcionalmente con los dones de la naturaleza. Otros más, debido a que poseen un encanto sobresaliente en cualquiera de las áreas del interés humano... historia, economía, arcuitectura comercio...
El Caribe ha sido contemplado siempre con ojos de ambición. Primero fueron los conquistadores, porque en esos trozos de tierra bañados de sol y de agua salada radicaba su poderío. En ellos encontraron una razón para seguir viviendo, después de que lo habían dejado todo en manos de la aventura. Allí también, a través de ellos, se fundaron las esperanzas de muchas potencias europeas, que se sintieron aún más poderosas por sus colonias en Ultramar.
Luego vinieron los comerciantes, y el Caribe fue para ellos (y sigue siendo para los comerciantes de hoy) un importante eje de acción, bien para cambiar el oro por espejos, para establecer una zona de comercio libre, o para esconder los tesoros que la piratería les había ofrecido.
Lo mejor es que la historia, desde todos los ángulos en que logró manifestarse sobre la zona, siempre dejó plasmadas junto a la arena las evidencias de su paso. Las guerras dejaron fuertes y castillos, los piratas dejaron cuevas y tesoros, los comerciantes dejaron puertos. Y unos y otros plasmaron en la región el espíritu latino, los bailes y los juegos, el deseo de hacer un paréntesis en la lucha, en el largo viaje o en el comercio.
El Caribe, quizás con menos cultivos y con menos industrias que el interior de América, tiene en cambio el mayor desarrollo turístico de los países que lo circundan. Muchos hombres de empresa han fijado sus ojos en él para realizar todo tipo de proyectos para el descanso, todos con la característica invariable de estar a pleno sol. De modo que en sus tierras existen hoteles y moradas pasajeras para todos los gustos y para el alcance de todos los bolsillos.

EL CARIBE COLOMBIANO
Y si a nível de todo el continente, el Caribe resulta especialmente codiciado por los viajeros, lo mismo ocurre en Colombia, con los turistas que desean entregarse de lleno a los brazos del sol. Colombia, por fortuna, presenta diversas facetas para el turismo. Desde las frías montañas donde los primitivos pobladores enterraron sus tesoros de barro y metal, hasta las playas del Atlántico, precisamente en pleno Caribe. Hay, en efecto, oportunidades turísticas para todos. Pero es difícil encontrar un solo colombiano que no haya ideado sueños fantásticos airededor del Caribe, para sus épocas de descanso.
Y de esta zona caribeña, que en Colombia se extiende a lo largo de 1.650 kilómetros de litoral, se destacan Cartagena, Barranquilla y Santa Marta, y más allá, en medio del Atlántico, las hermosas playas del Archipiélago de San Andrés y Providencia. No por esto, claro está, hay que olvidar otras playas, quizás de más reciente empuje turístico, en regiones como el Golfo de Morrosquillo, la Península de la Guajira, o los mismos balnearios de Coveñas y Tolú, por citar apenas algunos.
Cartagena de Indias, reconocida como Patrimonio de la Humanidad, logró convertirse en una especie de niña mimada de los colombianos. Construida sobre un curioso mapa lleno de islas, de entrantes y salientes sobre el mar, la Ciudad Heroica- como se le conoce por razones históricas- ofrece atractivos planes de turismo a todos los niveles. Su zona colonial, el corralito de piedra donde se fraguó en buena parte el futuro de la República, conserva con especial cuidado la arquitectura de la época, con sus calles empedradas, los palacios, las iglesias y los castillos que le han dado la vuelta al mundo en postales, afiches y videos que fascinan al extranjero. En la zona moderna, en el sector de Bocagrande, El Laguito y Castillogrande, se han instalado modernos hoteles y se han dispuesto sus playas de tal manera, que junto con las melodías tropicales que brotan de cada esquina y el paso de los coches chambacuneros en medio de la noche, han convertido a la Ciudad Amurallada en el primer distrito turístico de Colombia.
Santa Marta, a su vez, ha guardado buena parte de la historia colombiana. Pero el paso del tiempo también se ha ocupado de dotar a la capital del Magdalena con una importante infraestructura hotelera. No obstante, un gran porcentaje de los turistas que llegan hasta allí van en busca de las numerosas playas que existen a su alrededor, los pueblitos de pescadores y los asentamientos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Barranquilla, la arenosa del Atlántico, recibe a pocos metros del sector urbano las aguas de río Magdalena que van buscando el océano Atlántico. La alegría de sus habitantes se destaca ampliamente entre la población colombiana, y la mayor muestra de su euforia queda plasmada cada año en el carnaval que se realiza por los días de febrero. Además de sus encantos turísticos, Barranquilla ha logrado posicionarse como la ciudad con mayor desarrollo industrial en la Costa Atlántica.
Y más allá de estos territorios continentales, aproximadamente a una hora de vuelo desde el litoral, se encuentra el Archipiélago de San Andrés y Providencia. La belleza de sus playas y el encanto de los isleños lo han convertido en un lugar muy solicitado por los turistas nacionales y extranjeros. La geografía de las islas es totalmente diferente a la del continente, y esta razón eleva su atractivo. El mar de San Andrés, tapizado con 7 colores diferentes, el fondo submarino que alcanza a traslucirse por momentos, los corales que protegen la playa, la disposición de las palmeras junto al mar, sus islotes cercanos y la arquitectura tradicional del Caribe, son apenas algunas de las bellas razones que llevan a miles de viajeros en cada temporada turística al Archipiélago. Además, como puerto libre que es, San Andrés recibe constantemente la visita de comerciantes del interior que encuentran productos de todos los lugares del mundo reunidos en las tiendas de la Isla.