Especiales Semana

Un año con "Tino"

Faustino Asprilla es el futbolista colombiano que más lejos ha llegado, y el primero que se convierte en una verdadera vedette internacional.

24 de enero de 1994

HAY AÑOS INOLVIDABLES. Y en materia de fútbol, 1993 lo será para los colombianos. No sólo por la espectacular clasificación al Mundial 94 con la goleada 5-O a Argentina, sino por los primeros éxitos de jugadores colombianos en clubes europeos. Al país también le fue bien en la Copa Libertadores y en la Copa América, y vivió la más emocionante final que se recuerde en la historia de los torneos nacionales. Por todo esto, el personaje del año en Colombia debe surgir de entre las estrellas de este deporte. Y aunque toda selección como esta implica necesariamente exclusiones e injusticias, el representante por excelencia de la pléyade nacional de futbolistas es, sin lugar a dudas, Faustino Asprilla.
Las exclusiones no son de poca monta. La primera es la de Carlos 'El Pibe' Valderrama, el gran general de campo en todos y cada uno de los partidos que llevaron a Colombia al Mundial, pero especialmente en aquella histórica batalla del domingo 5 de septiembre en el estadio de Núñez en Buenos Aires, cuando sus pases descuartizaron a la defensa argentina. Está también Francisco Maturana, genio creador del esquema futbolístico del revolcón del fútbol colombiano, que permitió la apertura de este deporte a los escenarios y mercados internacionales. Y se quedan igualmente por fuera muchos otros, como Adolfo 'El Tren' Valencia e Iván René Valenciano.
Pero es que Faustino Asprilla les gana. No es solamente uno de los principales coautores de la clasificación al Mundial, sino el que más lejos ha llegado. Si 'El Pibe' Valderrama fue elegido como el mejor jugador de América, Asprilla fue uno de los mejores de Europa y el sexto del mundo, en una clasificación en la cual 'El Pibe' ocupó el decimosexto lugar. Y como si esto no bastara, en la encuesta que realizó la revista británica World Soccer para escoger a los mejores equipos del año, resultaron en primero y segundo lugares respectivamente, el Parma y la Selección Colombia, que sólo comparten a una figura: Asprilla.
Faustino Asprilla, de 24 años, es el primer jugador en la historia del fútbol colombiano que realmente triunfa en Europa. Ni 'El Pibe' ni Albeiro Uzuriaga ni René Higuita ni Leonel Alvarez ni Valenciano lograron lo que él: convertirse en ídolo en el más exigente y prestigioso torneo profesional del planeta, el italiano. Asprilla es hoy uno de los 10 jugadores más costosos del mundo. Su pase se cotiza en la nada despreciable suma de 20 millones de dólares, con tendencia al alza.
A diferencia de muchos otros deportistas colombianos que en el pasado se han destacado internacionalmente, aparte de ser ídolo en las canchas Asprilla ha sido protagonista, a veces controvertido, fuera de ellas. Después del negro episodio del bus que Asprilla atacó a patadas en su natal Tuluá, la estrella del Parma se ha enfrentado a su técnico y a las directivas del equipo con polémicas declaraciones, ha sido objeto de rumores sobre amoríos con actrices porno como Petra Scharbach, y posó tal como llegó a este mundo para una revista italiana. Pero con excepción del triste y por fortuna superado incidente de Tuluá, los demás, por controvertidos que sean, ya no son sólo los de una estrella de fútbol mundial, sino los de una vedette.
Y es que no hay que olvidar que el fútbol es un deporte pero también un espectáculo, un generador constante de toda clase de polémicas, chismes y entretenimiento, en el que hasta las más prestigiosas y serias figuras han caído en manos de la prensa. En materia de amoríos, a Asprilla lo antecedieron Garrincha, Pelé y Maradona, para no citar sino a los más famosos. Y mucho más grave que su pasada copas en Tuluá han sido los casos de adicción a la cocaina de estrellas como Caniggia y el propio Maradona. No es fácil convertirse de la noche a la mañana, en una estrella del fútbol mundial, sobre todo si el salto incluye pasar de la pobreza y el anonimato al dinero y a la fama. El riesgo de perder el control en este meteórico ascenso es enorme, y, aunque por momentos Asprilla parece haber corrido ese riesgo, la tendencia de los últimos meses es hacia la estabilidad. Al fin y al cabo, lo que sigue demostrando cada domingo en los estadios italianos es que es uno de los grandes del momento.
Para los hinchas del Parma, el colombiano ha sido una especie de Mesías que rescató al equipo de los puestos bajos de la tabla, lo puso a pelear el scudetto con el Milán de Van Basten y el Sampdoria de Gullit y se inventó jugadas y goles claves para ganar la Recopa europea. Para la crítica italiana, Asprilla es sinónimo de fuerza goleadora, de diabólicos movimientos en el área, de velocidad excepcional y de explosión, esa cualidad que los amantes del fútbol atribuyen a quienes en una fracción de segundo arrancan con el balón y atraviesan la línea de defensores antes de que esto puedan parpadear.
Para llegar a donde él se encuentra no basta ser un excelente jugador. Se requiere un espíritu particular, una vocación de éxito a toda prueba, sin la cual es imposible superar obstáculos como el estar lejos de su gente y su cultura, afrontar el largo invierno del norte de Italia, y no ceder ante las crisis emocionales que la fama trae consigo, algo que sin los consejos de José Manuel de los Ríos, director de la escuela de fútbol Carlos Sarmiento Lora, donde Asprilla se formó, y sin los de su entrenador Nevio Scala, no hubiera podido hacer.
Hoy Asprilla es el líder del Parma, habla perfectamente el italiano y tiene su vida económica y la de su familia prácticamente resuelta. En el mes de septiembre los directivos del equipo italiano decidieron firmar con el jugador un contrato hasta 1998 por 675 mil dólares anuales, totalmente libres de impuestos. Lo que significa que el 'Tino' tiene ya asegurados ingresos por 3.000 millones de pesos para los próximos cinco años. Esto sin contar las bonificaciones y premios por goles y victorias, y los millonarios contratos publicitarios que ya tiene firmados con Bavaria en Colombia y con la productora de lácteos Parmalat, la empresa italiana de lácteos que patrocina a su equipo y que piensa ingresar al mercado estadounidense utilizando como figura publicitaria al delantero tulueño.
Para Asprilla, el año que viene será decisivo: en la segunda y definitiva mitad del torneo italiano y en el Mundial de Estados Unidos tendrá que demostrar que su genio es perdurable y que su actual brillo no es el de una estrella fugaz.