Especiales Semana

Un intercambio de saberes

Un grupo de artesanos capacitados por Artesanías de Colombia pasó sus conocimientos a 60 aprendices de los Centros de Desarrollo Empresarial, Cedezos. Juntos crearon productos con diseños y materiales inspirados en Medellín.

20 de abril de 2013

Uno de los mayores riesgos que corren las tradiciones culturales es que el conocimiento no se transmita, lo que puede llevar a que muchas técnicas y materiales caigan en desuso con el paso del tiempo. Así lo considera la Secretaría de Desarrollo Económico de Medellín, y por eso creó el programa Formador de Formadores, que ganó recursos en una convocatoria abierta por el gobierno de Navarra, España. 
De ese modo la Alcaldía, en alianza con la caja de compensación Comfenalco, ejecutó esta estrategia.

Veinticinco artesanos maestros, reconocidos por sus altos niveles de diseño, producción y conocimientos, fueron capacitados para compartir sus saberes desinteresadamente durante cuatro meses con 60 artesanos de base, con quienes mejoraron la concepción de los diseños, determinaron el uso de materiales y técnicas adecuadas y le dieron mejores acabados a los procesos que ya desarrollaban. Cada grupo estuvo conformado por un artesano maestro y, entre uno y cinco aprendices de técnicas como joyería, bisutería y marroquinería.

Según Maria Teresa Jiménez, coordinadora del programa Acompañamiento a Artesanos de la Secretaría de Desarrollo Económico, “este proyecto quiso dignificar la labor de los artesanos porque son el patrimonio vivo de la ciudad y los encargados de transmitir en sus productos nuestra cultura”. La idea es que los artesanos se cualifiquen tanto que puedan acceder al mercado local y a las grandes superficies con artesanías que han pasado antes por un proceso de investigación  y  acompañamiento para lograr un producto capaz de reflejar la identidad de la ciudad. 

Margarita Domínguez, la maestra

Trabaja la madera y el ensartado en chaquiras desde 2006. Aprendió la técnica por sí misma para hacerle frente al desempleo, a pesar de que es tecnóloga industrial. Comenzó haciendo lámparas en madera, pero las dejó porque no rotaban mucho en el mercado y necesitaba algo más rentable. Con una amiga ensayó a incorporar chaquiras y resinas a los cubiertos en acero y resultó un éxito, tanto que ha ganado en tres ocasiones el concurso Capital Semilla que otorga la Alcaldía de Medellín. 

En la capacitación con Artesanías de Colombia desarrolló productos de artesanía urbana contemporánea inspirados en el cerro tutorial La Asomadera. Al final del proceso de investigación había desarrollado portavasos, fruteros y bandejas que ahora son su fuerte. La llena de orgullo haber contribuido al programa como maestra porque a pesar de no saber de pedagogía, sus aprendices lograron excelentes resultados e incluso, todavía trabaja con ellos ideas y productos nuevos basados en la mezcla de materiales.

Luz Marina Martínez, la aprendiz

Su técnica es la vitrofusión, es decir, el arte de fundir el vidrio para confeccionar piezas. Siempre había tenido inquietud por ese material, pero su hija la motivó a experimentar y a buscar asesoría en el Cedezo de Belén. Así comenzó su proyecto creativo que se distingue por los colores y por usar vidrio reciclado para crear  a partir del concepto de orquídeas, pájaros y flores. 

Sobre el proceso de aprendizaje destaca la oportunidad de abrir la mente y pensar cosas nuevas: “Antes todo lo hacía plano, pero aprendí a darle forma y a ponerle un sello atractivo que identificara mis productos, por eso el referente de orquídeas, pájaros y flores, pues me traen a la cabeza la imagen de la ciudad”. Así mismo destaca la importancia de pensar e investigar el diseño, de ir avanzando en la idea y de ir registrando en una bitácora los pasos para llegar al producto final.  Hoy, ella hace las artesanías y su hija se encarga de las etiquetas.

Maestra y aprendiz coinciden en que Formador de Formadores fue una experiencia significativa porque ambas aprendieron y sus productos mejoraron gracias a que intercambiaron sus saberes. Además, “fue una oportunidad para valorar las ideas y las historias de vida de los otros”, dice Margarita. Luz Marina está de acuerdo y resalta la oportunidad de superar las barreras entre los participantes y pensar entre todos el valor de la artesanía.