Especiales Semana

Un mundo de negocios

La Feria Internacional de Bogotá Exposición Industrial, FIB, el evento que vio nacer a Corferias, se ha convertido en un importante dinamizador de la economía nacional.

24 de septiembre de 2004

La idea de posicionar a Bogotá como una de las capitales de negocios más importante de Latinoamérica y contribuir al desarrollo de la industria nacional hizo que el 29 de octubre de 1954 naciera la muestra comercial que años más tarde habría de convertirse en uno de los eventos feriales más importantes y especializados del continente: la Feria Exposición Internacional. Hablar de su nacimiento es remitirse al punto de origen de la Corporación de Ferias y Exposiciones, Corferias.

En efecto, este año es especial para la entidad: además de celebrar sus bodas de oro, su evento estandarte, la FIB, llega a su XXV versión posicionado como el certamen comercial más trascendente del país. Teniendo en cuenta que se trata del único espacio a escala nacional que por años ha ofrecido a los empresarios todo tipo la oportunidad de establecer contactos, cerrar negocios, conocer lo último en tecnología y mostrar sus productos al público masivo; en otras palabras, se trata del escenario propicio para el crecimiento de la industria colombiana y de la región. Pero lo más rescatable es que en sus últimas versiones, la Feria ha evolucionado para bien.

Ante la inconformidad de muchos industriales, por la asistencia nutrida de público particular y de empresarios de productos de consumo masivo, las directivas de Corferias se dieron cuenta de que para cumplir eficazmente con el objetivo principal que se habían trazado era necesario especializar el evento, por eso las dos últimas versiones se enfocaron exclusivamente en el sector industrial.

Según Eliana Serrano Becerra, jefe del proyecto, "desde hace cuatro años se pasó de hacer un evento masivo a uno especializado, dirigido a un sector específico: empresarios, profesionales y misiones comerciales, nacionales e internacionales, interesados en realizar contactos de alto nivel, adquirir tecnología y actualizarse".

El éxito que tuvo el nuevo enfoque les dio la razón a las directivas de Corferias. Así lo ratifica su director general, Hernando Restrepo, al afirmar que la FIB encontró en la especialización el mejor camino para fortalecerse y "le ha dado al sector industrial enormes satisfacciones porque tanto expositores como compradores encuentran de verdad lo que necesitan. De allí que el 98 por ciento de los expositores y el 95 por ciento de los compradores de la versión pasada están listos para participar este año".

Existen razones de peso que hacen de la FIB, como se le conoce, un evento realmente atractivo tanto para los expositores como para los empresarios: la presencia de maquinaria de punta y de última tecnología lo hacen el lugar perfecto para la actualización industrial, así como el hecho de que se invite directamente y sin ningún costo a la alta gerencia de las empresas, con alto poder de decisión, es garantía para una mayor facilidad de negociación. Además, la gran mayoría de los compradores llega por invitación de los expositores o de la misma Feria.

"Una empresa muy bien organizada, con una poderosa fuerza de ventas, difícilmente puede llegar a tantos clientes potenciales en tan poco tiempo como en los cinco días que dura la feria. Si sólo el uno por ciento de los 50.000 visitantes que vinieron a la versión anterior se acercaran a un determinado 'stand', serían 500 contactos comerciales efectivos para ese expositor. Obviamente son muchos más", dice Serrano Becerra.

Pero sin lugar a dudas uno de los principales atractivos de la Feria está en que los empresarios se ven beneficiados con la zona franca transitoria, una figura aduanera que, amparada en la resolución 6237 de la Dian y el decreto 1167 del Ministerio de Comercio Exterior de 1996, autoriza que la mercancía traída del exterior ingrese al país libre de impuestos. Esto permite que los expositores traigan sus productos con mayor libertad y más bajos costos, y que puedan nacionalizarlos para la venta al cerrar negocios. En el caso de que se acuerde algún negocio, Corferias ofrece sus instalaciones como bodegas durante un tiempo no mayor a seis meses para que se cierre la negociación, con un valor muy reducido.

Estas características hacen de la FIB uno de los principales dinamizadores de la industria colombiana, tal como lo ratifica la complacencia de los participantes de la versión anterior (ver recuadro). Los industriales coinciden en que el evento contribuye de manera enorme a su desarrollo porque, como afirma Helberth Ramírez, gerente comercial de la empresa de maquinaria para metalmecánica y muebles modulares Makser, "un evento de esa magnitud deja una muy buena imagen porque permite que se estrechen los lazos con los clientes y que se establezcan contactos con compradores potenciales. Además es importante porque se amplía el campo de acción".

También cabe resaltar los beneficios que la Feria otorga a los empresarios de la pequeña y mediana empresa. Ellos tienen la oportunidad de conocer de primera mano lo último en tecnología traída del exterior, lo que de otra forma no sería posible ya que muchos de ellos no pueden trasladarse a otros países, así pueden comprar lo que necesitan ahorrándose los gastos de traslado.

Es el caso de la distribuidora e importadora de máquinas herramientas para metalmecánica Imat. Según su administrador, Jorge Enrique Espinosa, "este espacio es muy bueno para nosotros como pequeña empresa porque podemos suplir la falta de inversión en publicidad y hacer una gran base de datos. Esta versión llega además en un momento en que la economía del país está en alza, lo que seguramente permitirá que vendamos todo lo que no hemos podido vender en los primeros meses del año".

El gran arco de 25 metros de altura que caracteriza la entrada del recinto ferial ha visto pasar por muchos años gran variedad de eventos, pero sobre todo los ha visto crecer. La Feria Internacional de Bogotá no ha sido la excepción y para la presente versión espera igualar y superar las estadísticas, para ser fiel al eslogan de los 50 años de la entidad: Motor de desarrollo.