Especiales Semana

Una Tunja diferente

La capital boyacense sigue viviendo de la gloria del pasado. Sin embargo, grandes proyectos pretenden darles alto vuelo a la ciudad y a sus alrededores.

19 de agosto de 2006

Boyacá tiene una capital de clima frío que contrasta con la calidez de los tunjanos. Es una ciudad cargada de historia religiosa, política y arquitectónica, que se refleja en sus casonas: un verdadero tesoro cultural para los visitantes. La Plaza de Bolívar, centro de congregación y de movimiento comercial, preserva un aire colonial que evoca las andanzas del Libertador, cuya estatua yace impávida hacia el costado oriental. Por su cercanía con Bogotá, y por ser ciudad de tránsito, Tunja tiene un gran potencial de desarrollo. Sin embargo, varios factores no la han dejado surgir.

La ciudad se estancó por falta de liderazgo y por desaprovechar la proximidad con la capital. "Nos quedamos viviendo de la gloria del pasado y se nos olvidó construir el presente", afirma Hernán Díaz Cárdenas, su alcalde. Sus problemas de agua también frenaron su desarrollo. Como las ciudades crecen alrededor de las vías y de los servicios públicos, este estigma generó que muchas empresas salieran a constituirse fuera del departamento.

Aún existe la percepción de que Tunja tiene esta problemática, pero en realidad el servicio de abastecimiento de agua potable y de su red de alcantarillado son óptimos gracias a los 22 pozos profundos que abastecen la ciudad y también a la represa de Teatinos. Actualmente, el 95 por ciento de las viviendas cuenta con alcantarillado, y el 98, con acueducto, según cifras del Dane de 2005.

Ante este panorama, los empresarios y la administración municipal quieren recuperar el liderazgo regional que perdió su capital. El Alcalde tiene varios proyectos en mente: la terminal de transporte; la planta de tratamiento de aguas residuales, proyecto importante que será piloto en los niveles nacional y suramericano; el frigorífico regional, con el que se pretende resolver el conflicto ambiental de la ciudad, y la plaza de mercado Complejo de Surpes, un centro de acopio de los productos en el sector agropecuario.

Otra dificultad para explorar su riqueza cultural es la incapacidad para alojar un número importante de visitas. De ahí que la Alcaldía quiera promover la inversión del sector hotelero en la ciudad. También ha emprendido nuevos eventos para promover el turismo, como la Semana Santa, el festival del frío, la rumba helada, el aguinaldo boyacense y la semana de la cultura y la reflexión. Con un inventario turístico que señala más de 186 sitios en la ciudad, se le quiere posicionar como un referente de turismo.

Sin embargo, el proyecto que cambiará la vida de los ciudadanos es el Centro Comercial Unicentro, que estará listo para finales del próximo año. Quedará en la avenida universitaria con calle 41 y tendrá un área construida de 28.000 metros cuadrados, compuestos por 107 locales comerciales en un solo piso, un hipermercado Carrefour, 568 parqueaderos exteriores en un solo nivel, plazoleta de comidas, terraza de cafés y grandes salas de cine. Este proyecto generará confianza y credibilidad en los inversionistas, al dinamizar el comercio y el transporte de la ciudad y de los municipios cercanos.

Con estos cambios, los tunjanos están preparándose para ser más competitivos con seminarios impartidos por la Cámara de Comercio de Tunja, para apoyar a los pequeños y medianos empresarios. El comercio no será el mismo y, ciertamente, sus vidas tampoco. Un impulso que aunque les traiga grandes retos, será la oportunidad para ponerse a tono con las demás capitales regionales del país.