Especiales Semana

VACACIONES Y DEPORTES

13 de julio de 1992

ENCUENTRO DE DOS MUNDOS
SOBRE LAS AGUAS DEL CARIBE NAVEGA ST. Marteen. Una isla tan sensual como exótica, tan encantadora como mágica y con una historia que va más allá de los limites de aventura.
De acuerdo con la leyenda, Colón, en uno de sus viajes, descubrió la isla en 1493. Pero parece ser que en ese momento ya existían varios grupos de descubridores que querían echarse al bolsillo de su país ese pequeño trozo de tierra. Por eso durante los 140 años siguientes, españoles, franceses y holandeses se disputaron los derechos sobre la isla o al menos el derecho a disfrutar de los recursos que producía este paraíso.
En 1620 los holandeses empezaron a a dragar varios pozos con el propósito de recoger la sal que su próspera industria de arenque requería. Luego, en 1633, los españoles entraron de nuevo en la isla y un año después construyeron un fuerte en Pointe Blanche para que su regreso hiciera eco en este paraíso.
Once años más tarde los holandeses contraatacaron. Pero un mes después emprendieron la retirada, pues los españoles defendieron a capa y espada su gran trozo de tierra.
Las luchas continuaron. Sin embargo fueron franceses y holandeses quienes se llevaron la mejor parte y entraron a negociar el dominio de St. Marteen. El 23 de marzo de 1648 los dos "contendores" firmaron un pacto de caballeros. Los franceses recibieron 23 millas cuadradas de terreno contra 16 millas cuadradas.
Sin embargo este final felíz tiene otra versión según los habitantes de la isla. Cuenta el testimonio popular que un día un francés y un holandés se encontraron en la isla. Hablaron largas horas y decideron que para no entrar en controversia empezarían a caminar en sentidos contrarios y en el punto en que se encontraran, por allí quedaba establecido el límite de propiedad. Empezaron a caminar, pero dicen que el holandés se quedo dormido y por eso perdió terreno. De allí que la parte francesa tenga mayor área que la holandesa.
A partir de este momento sobre la isla se levantan dos banderas, y las 14 restantes que gobemaron en algún momento de la historia a St. Martin quedaron en los libros como testimonio del gran interés que existia por poseer los derechos de tan maravilloso refugio.
Hoy por hoy aseguran que no son dos sino tres culturas las que predominan en la isla: la francesa, la holandesa y la caribeña. Porque esta isla se encuentra muy cerca de Puerto Rico y en cada una de sus playas se respira el encanto y la magia del Caribe.
Ahora bien, cada una de las partes de la isla tiene su capital. Philisburg es la capital de la parte holandesa y Marigot de la parte francesa. Cada una de ellas posee unos atractivos especiales, pero sin lugar a dudas las dos hacen de St. Marteen un destino turístico ideal.
En Philisburg el idioma oficial es el holandés. No obstante, por la gran afluencia turística que actualmente existen, dos nativos hablan inglés a la perfección. Además en muchos lugares se escucha el español porque una parte de los habitantes de la isla provienen de Santo Domingo.
Los hoteles son uno de los mayores atractivos de Philisburg. Grandes salones, playa privada, restaurantes, casinos, varias piscinas, discotecas, hacen parte integral de cada uno de los complejos hoteleros que aparecen al paso.
Cuando la noche "holandesa" aparece, las luces se encienden, el ritmo del calypso se toma todos los rincones y la fiesta comienza. Se oyen las apuestas en los casinos, ruedan cocteles por las mesas y la alegría se toma por completo las calles de la isla.
Pero allí también existe un refugio donde sólo se escuchan las olas y la brisa que golpea las palmeras. En las noches, las playas de Philisburg son misterio y embrujo.
Por otro lado, Marigot, la capital francesa, es una mezcla de tradición y romanticismo. Los restaurantes con balcón hacia la calle, los faroles, las cabañas, los veleros y los muelles componen el apasible cuadro de fondo de la parte francesa de St. Morteen. Allí también existen hermosos hoteles para recibir a miles de turistas al estilo francés. Uno de los más espectaculares es el Port de Plaisance. Un mundo mágico en el universo de complejos turísticos de la isla donde se mezcla lo sofisffcado con la comodidad, la tranquilidad con la diversión y el lujo.
Muy pocas veces se mantienen los límites entre la una y la otra, porque las dos hacen de St. Martín un paraiso junto al sol.

MEXICO LINDO Y QUERIDO
CON UN PASADO Y UN PRESENTE INVAluables, México es uno de los países más atractivos del mundo para que miles de aventureros realicen el sueño de conquistar "nuevos" mundos y seguir, paso a paso, las huellas que por suerte dejaron los antepasados como patrimonio y riqueza de una de las herencias más profundas que existen en el territorio son los ecos de la cultura azteca. Cada una de las construcciones que se descubren bajo tierra son la prueba de la existencia de una cultura que marcó la historia y que para el mundo entero son el testimonio mudo para el presente.
Cuenta uno de los guías del Gran Templo que un día como cualquier otro unos electricistas bajaron a instalar cables de luz. Durante el trabajo encontraron unas figuras un poco extrañas. Las tomaron y fueron directo a buscar un especialista en arqueología que diera una pista sobre el hallazgo. El veredicto de los expertos fué que bajo las grandes construcciones de la Plaza Central se encontraba la "vida" de los antepasados.
Conscientes del patrimonio que aparecía frente a sus ojos decidieron cavar para, poco a poco, ir descubriendo nuevas riquezas. Hoy por hoy el contraste arquitectónico de Ciudad de México es sorprendente. Por una parte se encuentra la Plaza Central y la Casa de Gobierno. Por otro lado se hallan algunos edificios destruidos por los terremotos y deteriorados por el paso del tiempo. Y como gran sorpresa, en ese mismo espacio sobresalen algunos pisos de las pirámides y diferentes esculturas en piedra. Piezas que demuestran la permanencia de las primeras civilizaciones en el territorio mexicano. Un contraste que marca abiertamente el paso del tiempo. Un escenario mágico para revivir y vivir los encantos de la ciudad.
Pero el patrimonio cultural no termina allí. Además de este trozo de historia enclavado en pleno centro de la ciudad, hay 10 zonas arqueológicas, 56 museos y el centro histórico.
Lugares donde se encuentran perfectamente distribuidos cada uno de los trabajos más representativos de las diferentes culturas que permanecieron en el territorio y que hoy más que unas joyas son el testimonio palpable de una historia invaluable en el escenario mundial.
Los expertos aseguran que México es uno de los territorios mejor estudiados del mundo, porque el material de investigación es más que suficiente para contar hasta el más mínimo detalle de las vivencias y manifestaciones de sus antepasados.
Aunque México ofrece a los turistas un viaje de regreso al fascinante mundo de lo ancestral, también los lleva de regreso al futuro.
Grandes y lujosos hoteles, restaurantes, discotecas, construcciones contemporáneas, comercio e industrias son algunos de los anfitriones del pleno siglo XX para recibir a los viajeros que decidieron andar sus sueños de aventura en territorio mexicano.
En la zona rosa, por ejemplo, se encuenta el hotel Century, un gran complejo turístico a la espera de los aventureros.
En este punto se toma un respiro, se deja el equipaje para continuar la travesía en forma. Y, allí mismo, al terminar la jornada, un buen baño caliente y la mejor atención para recuperar las energías y estar con pies de plomo a la mañana siguiente para disfrutar de otros encantos que ofrece la ciudad.
A partir de este momento la conquista de nuevos horizontes es cuestión de los itinerarios de cada viajero. Si la idea es ir de compras existen dos alternativas diferentes: la zona rosa y el mercado artesanal. En la primera se encuentran gran cantidad de almacenes boutiques y supermercados de nombre intemacional. En el mercado artesanal, por su parte, existen centenares de puestos callejeros en los que se exhiben las artesanías, joyas y vestidos tipicos de la ciudad.
Pero si los caminos de aventura guían a los turistas hacia el descubrimiento de antiguas civilizaciones, entonces el bus de la aventura puede elegir varias rutas: el museo antropológico, el centro de la ciudad, la casa museo, las pirámides o el pueblito de San Angel, entre muchos otros.
Cuando llega la noche, los mariachis quedan encargados de la diversión. Por eso, más de 10 grupos esperan en la Plaza Garibaldi para empezar en forma la fiesta. Se afinan las guitarras y los violines. Los trompetistas toman el último respiro. Y el cantante peina sus bigotes para impresionar a la audencia.
De pronto a "EI Rey" y "La Araña" salen al ruedo, canciones que no faltan en la selección musical.
Día y noche México se viste de fiesta para recibir a millones de turistas atrapados por las voces de los antepasados y por las rancheras y corridos de la revolución que marcan una tradición tan sorprendente como mágica en el mundo de los destinos turísticos para las vacaciones de mitad de año.