Especiales Semana

VACACIONES Y DEPORTES

13 de julio de 1992

EL NUEVO CONCEPTO TURISTICO
SIN LUGAR A DUDAS VIAJAR ES UN PLACER Y mucho más cuando se trata de unas buenas vacaciones o de negocios. Los turistas o ejecutivos que buscan hospedarse en un lugar atractivo y cómodo en el que el servicio sea de gran clase en hoteles de playa o de ciudad. Por eso los hoteles Hyatt en México y en todo el mundo crearon el concepto de "Regency Club", que pretende crear un hotel dentro del hotel ya que cuenta con habitaciones VIP para aquellas personas que desean un nivel de servicio muy elevado y privacidad.
Las habitaciones del Regency Club son más amplias que las normales y están ubicadas en pisos privados a los que Solo puede entrarse con llaves especiales para el ascensor.
Además, cuenta con detalles de elegancia que siempre han caracterizado a los hoteles Hyatt tales como flores frescas, periódico, batas de baño, espejos para maquillaje, secador de pelo y televisión, entre otros.
Parte del concepto del Regency Club es un lounge privado donde podrán disfrutar desayunos de cortesía por las mañanas, y canapés y cocteles en las tardes. A ello se suma el servicio de un conserje que hará reservaciones a restaurantes o espectáculos que el huésped desee.
Pero el Regency Club no lo es todo en los hoteles Hyatt de México y el mundo. La verdad es que sumergidos en una filosofía de superación continua, los directivos de la cadena han realizado una serie de remodelaciones y ampliaciones en cinco de los seis hoteles en México.

VUELTA AL MUND EN 99 DIAS
TODO COMIENZA CON LAS MENTES soñadoras que desean recorrer el mundo de un solo tirón, como si quisieran recorrer el mundo en 80 días. Entonces las visitas por las agencias de viajes lo trasladan al próximo enero de 1993. Al comenzar del año empieza una travesía inolvidable alrededor del mundo en crucero.
El crucero Rotterdam de la línea Holland America Line, zarpa desde Nueva York para recorrer una sorprendente cadena de 25 puertos que comienzan en Ft. Lauderdale, la Meca turística de la costa de oro de Florida.
Tres días después el Rotterdam de la línea Holland America Line se dirige a Cartagena y cruza el Canal de Panamá.
La nave se dirige a Acapulco y Los Angeles para tomar un impulso y lanzarse de lleno durante cinco días en alta mar rumbo a Honolulú. Un viaje en el que se podrán disfrutar las comodidades del Rotterdam.

EL PACIFICO EL ORIENTE Y EUROPA
La música, el colorido y la algarabía caracterizan la llegada a Honolulú. Un mundo en el que reina la alegria en cada lugar desde el momento en que el crucero arriba a este puerto sinónimo de seducción, los turistas quedan embrújados por su ambiente.
Las mujeres con sus largas cabelleras contonean la cintura al ritmo de la música nativa. Sus senos permanecen cubiertos por collares interminables de flores naturales. Sin duda, para muchos este es el paraíso perdido.
El Rotterdam eleva anclas y continúa un viaje de cinco días atravesando el Ecuador para llegar a Apia, isla considerada como un tesoro rústico en el que terminó sus días Robert Louis Stevenson.
Después el crucero se dirige hacia el puerto de Nuku'Alofa, Tonga, donde la familia real nativa, gobernante por más de un milenio, dejó un importante legado del antiguo estilo polinesio.
Rumbo a Nueva Zelanda el SS Rotterdam llega a Auckland, cruza hacia Australia y llega a Sidney y Fremantle Perth, para dirigirse a Bali, el puerto de entrada a los encantos del oriente.
De allí la nave recorre los puertos de Manila (Filipinas), Hong Kong, Singapur (Singapur), Colombo (Sri Lanka) y Bombay (India), hasta llegar a Safaga en Egipto. Allí el Rotterdam atraviesa el Canal del Suez, llega a Port Said en Egipto y se dirige a Haifa en Israel.
Los siguientes destinos son Piraeus en Atenas; la capital griega, Napolés (Italia), Villefranche, Mónaco y Niza, para llegar a la península ibérica en Barcelona (España), pasar a Lisboa (Portugal) y lanzarse sobre el Atlántico a las islas Azores, el último lugar de la cadena de puertos para visitar.
El Rotterdam toma el rumbo hacia Nueva York y después hacia Ft Lauderdale en Florida, dos lugares en los que los felices huéspedes durante 99 días podrán despedirse de la nave que los llevó alrededordel mundo. Una aventura inolvidable para 1993.