Especiales Semana

Vacaciones de película

Con el estreno de la última parte de 'El señor de los anillos' se cierra una de las trilogías más importantes de la historia del cine. SEMANA presenta los detalles de esta impresionante producción y de los otros grandes estrenos de fin de año.

Felipe Restrepo
8 de diciembre de 2003

Sin proponérselo Peter Jackson se involucró en uno de los proyectos cinematográficos más ambiciosos y revolucionarios de los últimos tiempos. Cuando no era más que un desconocido director neozelandés que apenas había hecho algunas cintas mediocres recibió una llamada inesperada de los productores de New Line Cinema ofreciéndole que dirigiera una adaptación de El señor de los anillos, la obra maestra del escritor británico J.R.R. Tolkien. Desde su adolescencia Jackson había sido admirador de la saga y su sueño era adaptarla al cine. Por eso no dudó en aceptar. Siete años después de recibir esa llamada Jackson presentó al mundo una producción que será muy difícil de olvidar. En un principio los productores tenían en mente un proyecto bastante modesto y sólo querían hacer dos películas (de aproximadamente dos horas cada una) en la que se resumiera lo que sucedía en los tres tomos que había escrito Tolkien. Sin embargo lo que no previeron los productores fue la dimensión del mundo presentado en El señor de los anillos, una de las obras de fantasía más importantes del siglo XX. Poco a poco

Jackson y su equipo de producción se dieron cuenta de que se trataba de un universo deslumbrante y que si querían hacer una buena adaptación tenían que invertir más tiempo y dinero. Día a día la producción se hacía más grande y el presupuesto mayor: "Recuerdo, preguntándome a mí mismo, cuando las cosas se ponían especialmente difíciles, ¿preferiría hacer otra cosa? Y la respuesta siempre fue, no", declaró hace poco Jackson. Debido a la cantidad de material filmado los productores acordaron hacer tres capítulos independientes y que cada uno sería estrenado con un año de diferencia: La comunidad del anillo en 2001, Las dos torres en 2002 y El retorno del rey en 2003.

Jackson sorprendió con su decisión de filmar las tres películas al mismo tiempo, algo que nadie había hecho antes. Semejante proyecto demandaba una operación logística comparable a la de una campaña militar. Un ejército de artistas -incluyendo los expertos digitales, los diseñadores de armas medievales, los escultores, los vestuaristas y los maquilladores- así como el elenco y más de 26.000 extras se reunieron en Wellington, Nueva Zelanda. Filmar las tres partes simultáneamente tomó tres años de preproducción, 274 días de producción principal, tres años de posproducción y varios meses de promoción. Además después de que Jackson hizo la primera edición, les pidió a varios de los actores que volvieran a Nueva Zelanda a filmar nuevo material.

Pero los resultados han sido aún más impresionantes. En efecto, la trilogía se ha convertido en un fenómeno sin precedentes. Desde el estreno de la primera parte, los críticos, los fanáticos, los cinéfilos y los espectadores desprevenidos han estado de acuerdo sobre la calidad del trabajo. El éxito comercial también ha sido inesperado: las dos primeras partes han recaudado 1.800 millones de dólares. La crítica también se ha dejado seducir por la cinta. Las dos primeras partes han ganado varios reconocimientos, entre ellos seis premios Oscar. Sin duda esto la convierte en una de las sagas más exitosas del cine y sólo superada por la serie de La guerra de las galaxias y de El Padrino.

Los mundos secretos

El éxito de las películas de El señor de los anillos tiene varias explicaciones. Sin duda la principal es que su guión está basado en una de las grandes obras literarias del siglo pasado. Su autor, J.R.R. Tolkien, profesor de literatura inglesa de la Universidad de Oxford, pasó la mayoría de su vida imaginando la historia y esto le da una gran solidez a la trama. En el fondo El señor de los anillos repite la formula sencilla de la lucha entre el bien y el mal. Pero esta historia está adornada por un mundo mágico y remoto donde habitan seres fantásticos. Gran parte del mundo imaginado por Tolkien está basado en las mitologías celta, griega, romana y nórdica lo que hace que su mundo sea verosímil y fascinante. Esto no sucede con otras trilogías que se han hecho en el cine. Por ejemplo, el fracaso de Matrix se debe en parte a que su historia no tiene una estructura sólida. La historia de Tolkien es una aventura clásica que hace que la gente se sienta identificada de inmediato. De hecho, muchos críticos han coincidido en que la trilogía es una epopeya moderna comparable a las de la antigüedad.

Además de esto muchos han visto en la obra de Tolkien elementos simbólicos y significados ocultos. Miles de lectores creen que Tolkien estaba hablando sobre los peligros de la guerra y el comportamiento militar. De hecho el escritor había participado en la Primera Guerra Mundial y escribió El señor de los anillos durante la Segunda Guerra mientras su hijo combatía en el norte de Francia. El actor Ian Mckellen (Gandalf) comentó: "No puedo ser la única persona de mi generación que nació en 1939 y que piensa que acá hay cierta parábola del mundo político y militar. No creo que hoy existan personas como el Señor Oscuro, pero en 1939, había uno sentado en la mitad de Europa. Una araña que quería controlar Europa, y el mundo se unió en una gran coalición para vencerlo".

Otros recuerdan que Tolkien era un adorador del mundo de la Edad Media y que su obra es una crítica a la industrialización. Incluso existe la teoría de que El señor de los anillos es un manifiesto ecologista (no hay que olvidar que el ejército del malvado Saruman es construido a través de la tala de árboles y la destrucción de los bosques). Pero, aparte de estas interpretaciones extrañas hay un mensaje positivo: que la valentía y la honestidad pueden derrotar a los peores enemigos y que incluso la persona más pequeña puede cambiar el mundo.

Todos estos elementos del libro están en las películas. Sin duda Jackson fue muy cuidadoso en respetar todos los elementos de la estética de Tolkien y hasta ahora nadie se ha quejado de su adaptación. Sin duda esto es un gran mérito, pues los fanáticos de la obra son muy escrupulosos y nunca hubieran perdonado que el director traicionara la idea original. La meticulosidad de Jackson llegó hasta el punto de pedirle a un reconocido artista, Alan Lee, que pintara cada uno de los paisajes y luego los reprodujo en tamaño real. Además buscó por varios meses actores que fueran idénticos a los personajes del libro y para que las escenas de las batallas se vieran más reales obligó a varios dobles a tomar clases de esgrima. Incluso llegó a pedirles a varios de los actores que aprendieran a hablar élfico, un extraño idioma descrito en el libro.

La última gran aventura

Para quienes no han visto ninguna de las dos películas hay que aclarar que la acción no sucede en el pasado ni en el futuro, se trata de un universo de ficción. Este mundo está poblado en su mayoría por hombres, pero también viven miles de criaturas diferentes. Algunas son muy poderosas, como los magos o los elfos, otras son amigables como los hobbits. También hay seres de las fuerzas del mal como los orcos y los uruk-hai. Todos habitan un lugar llamado la Tierra Media, un lugar que ha existido por siglos pero la acción de El señor de los anillos sólo sucede durante algunos años.

El primer capítulo, La comunidad del anillo, cuenta cómo un grupo de héroes de diferentes razas se unen para luchar contra las fuerzas del mal. Esta comunidad está conformada por el humano Aragorn (Viggo Mortensen), el mago Gandalf (Ian Mckellen) el elfo Legolas (Orlando Bloom) el enano Gimli (John Rhys-Davies) y los hobbits Frodo (Elijah Wood), Sam (Sean Astin), Pippin (Billy Boyd) y Merry (Dominic Monaghan). Juntos inician una travesía para destruir el Anillo de Poder, un objeto mágico capaz de destruir el mundo. Por otro lado las fuerzas del mal comandadas por Sauron y el mago Saruman (Christopher Lee) organizan un ejército para apoderarse del anillo y así dominar a las demás razas. En el segundo capítulo, Las dos torres, el grupo se separa: Sam y Frodo se dirigen hacia el monte del Destino -el único lugar donde se puede destruir el anillo, mientras que los demás se dirigen hacia el reino de Rohan para ayudar a los humanos a enfrentar un enorme ejército de orcos. Este capítulo termina con la batalla del Abismo de Helm, una secuencia de 20 minutos que tardó cinco meses en ser filmada. Justamente, la última parte de la trilogía se inicia después. El retorno del rey, que será estrenada en Colombia el 25 de diciembre, narra lo que succede después de la batalla. Sin duda se trata de la más espectacular de las tres películas. Como dice el mismo Jackson: "Esta es la batalla real y hará ver las otras que se han filmado como pequeñas escaramuzas".

El final de la travesía

El título, El retorno del rey, hace referencia al personaje de Aragorn. En esta tercera parte él acepta su destino de rey de los hombres y se convierte en el gran héroe y protagonista. En efecto, él es el único humano que tiene el poder de guiar a un ejército para luchar contra las fuerzas del mal. Una de las secuencias más emocionantes de El retorno del rey es cuando Aragorn viaja hacia la ciénaga de los muertos para encontrarse con los espíritus de sus antepasados. Allí recibe la espada de los reyes y la armadura del árbol blanco. De cierta forma, la película se centra en la transformación del personaje de Aragorn en héroe.

Por otro lado, la travesía del hobbit Frodo continúa hacia el Monte del Destino. En ese enorme volcán el Señor Oscuro Sauron forjó por primera vez el Anillo de Poder y por lo tanto es el único lugar del mundo en donde puede ser destruido. Durante este largo viaje

Frodo es acompañado por una extraña criatura: el Gollum. Este ser fue diseñado enteramente por computador, sin embargo su grado de perfección es tal que la Academia pensó en nominarlo al Oscar como mejor actor secundario.

Al mismo tiempo, las fuerzas del mal avanzan hacia la guerra contra los humanos. El clímax de la película llega cuando los dos ejércitos se encuentran en el valle de Plennor para la batalla final. Para realizar esta enorme secuencia, Jackson confió los efectos visuales a Weta Workshop. El equipo de técnicos especialistas en efectos especiales se dividió en seis departamentos: criaturas, efectos visuales, maquillaje y prótesis, armaduras, miniaturas y maquetas. "Es como diseñar una batalla de verdad la noche anterior", comentó Jackson. No obstante, a pesar de este derroche de tecnología, los actores son parte central de la película. Es más, Jackson insiste en que se trata de una película de actores y no de escenarios: "Cuando le haces un primer plano a Ian McKellen, no quieres ver otra cosa. Y cuando te diriges a Elijah y ves que sus ojos contienen tanta información, quieres hacer la película solamente con primeros planos".

La versión final de la película duraba seis horas. Pero los productores decidieron que la versión que será exhibida en teatros sólo durará tres horas y media. Sin embargo los ejecutivos de New Line no dudan del éxito que tendrá esta tercera parte. Muchos pronostican desde ya, sin haber visto una sola escena, que ganará varios premios Oscar y romperá récords de taquilla.Pero toda esta felicidad se ve opacada ante el hecho de que este es el último capítulo de la trilogía. Los fanáticos de todo el mundo esperan con emoción el estreno de El retorno del rey, pero también saben que ya no habrá nuevas entregas. Algunos le han pedido a Peter Jackson que adapte la otra gran obra de Tolkien (El Silmarillion) pero éste asegura que adaptar a Tolkien fue una experiencia única e irrepetible. Por ahora los amantes del cine de aventuras tienen pocas opciones: por un lado esperar a que alguien tenga la visión para hacer una película con el mismo grado de perfección. Por el otro, esperar a que se apaguen las luces del teatro y empiecen las primeras escenas de El retorno del rey para disfrutar la emoción de esta última gran aventura.