Especiales Semana

VACACIONES

16 de julio de 1990

SANTA MARTA TIENE MAR
La canción aseguraba que "si no fuera por las olas, Santa Marta moriría". Falso o verdadero, a la luz de hoy lo cierto es que los samarios han sabido sacarle gran provecho al hermoso mar que llega hasta sus tierras.
Y hablar de Santa Marta es hablar del nuevo Distrito Turístico, Cultural e Histórico del país. Y, por tanto, es hablar al mismo tiempo de El Rodadero, el Parque Nacional Tayrona, Ciudad Perdida, la propia ciudad de Santa Marta y las decenas de poblaciones de pescadores que se levantan sobre esta zona del Caribe.
Quienes han seguido de cerca el fenómeno turístico del país en el último año aseguran que a Colombia, en su conjunto, debe pasarle lo que le ocurrió a Santa Marta. La capital del Magdalena sufrió hace varios años un complejo problema de violencia a causa de las guerras entre diversos sectores de la mafia. El turismo de la ciudad se redujo en un porcentaje muy alto. Los hoteleros y los demás representantes del sector se enfrentaron a una dura crisis. Sin embargo, hoy en día, mientras el país vive una lamentable situación por tales razones, Santa Marta puede considerarse una de las regiones más tranquilas de Colombia. La prueba es que en las últimas temporadas de vacaciones -fin de año y Semana Santa-, si bien bajó la visita de los extranjeros, los turistas nacionales se encargaron de mantener un buen nivel en la ocupación.
AL SUR, AL SUR, AL SUR
Y aunque Santa Marta ha sido tradicionalmente uno de los destinos más buscados del país, hay quienes aseguran que el verdadero desarrollo de la zona apenas comienza. Según expertos del sector turístico, la calidad de distrito puede significarle a la ciudad quintuplicar su presupuesto y gozar de una mayor autonomía.
La región se ha convertido en los últimos aÑos en un faro para la inversión privada. De manera que ahora, con los nuevos recursos provenientes del sector oficial, no es difícil imaginar que la principal actividad de la región, el turismo, recibirá un impulso defintivo.
Santa Marta tiene kilómetros de playa. Hacia el sur, comenzando por El Rodadero, se proyecta una inmensa zona que es, precisamente, la de mayor desarrollo hacia un futuro cercano. Ahí se encuentran actualmente condominios como Puerto Galeón y Los Alcatraces, y hoteles de la talla del Santa Mar o el Irotama -por cierto los únicos que funcionan en Colombia al estilo Club Mediterranée, con lujo de detalles-. Y se encuentran, también, grandes inversiones proyectadas, centros de convenciones, hoteles de cinco estrellas, condominios que operarán con el sistema "tiempo compartido", edificios de apartamentos y clubes marinos entre otros. Los planes actuales llegan, por el sur, hasta los límites con el municipio de Ciénaga, donde se levantará una villa turística en la zona de Piedra Hincada.
Existen, asímismo, en este trayecto, varios lotes de la Corporación Nacional de Turismo que posiblemente podrían darse al servicio en conjunto con inversionistas privados. La zona sur del distrito de Santa Marta es una promesa de mar en pleno para el turista. Hermosas playas, diversidad de deportes náuticos, sol y gastronomía caribeña son los principales encantos de los cuales podrá disfrutar el visitante, en una de las áreas de mayor desarrollo turístico en Colombia.
TURISMO DE AVENTURA
Hacia el norte, el plan es diferente. Ahí están, con toda su imponencia, el Parque Nacional Tayrona, playas de pescadores tan atractivas como Villa Concha, Taganga y Neguange y el misterioso mundo de Ciudad Perdida. En esta zona también se llevará a cabo la construcción de importantes complejos turísticos como el Country Club Tayrona, un club de playa ubicado en inmediaciones del Río Piedras. Sin embargo, las restricciones de esta zona de preservación natural indican que el área norte estará dedicada preferencialmente a otro tipo de turismo. El de aventura, el de investigación, y el antropológico. Elementos como Ciudad Perdida despiertan ya enorme interés internacional, pero la idea es que el turismo no afecte el compromiso de respetar el dominio indígena del territorio.
Y si se le ha querido dar tanto protagonismo a las proyecciones geográficas de la región, es obvio suponer que también el eje de accion lo tendrá. Es así como la propia ciudad de Santa Marta, con su imponente bahía y con su riqueza histórica, será -y es ya- objeto de planes concretos de mejoramiento, que comienzan con la ampliación de los servicios públicos y comprenden, incluso, un embellecimiento de calles y fachadas.
Algo similar está ocurriendo con El Rodadero. "Es el momento de corregir todos los errores que han surgido de la mala planeación de este balneario", asegura el constructor Carlos Proenza Lanao. Ya que el dragado permitió tener una playa más amplia es hora de construír la Avenida del Mar, que deberá unirse con la Avenida Tamacá, es hora de remodelar las calles y los andenes con adoquines de habilitar una zona para que se construyan cafés al aire libre y rotondas y de embellecer el corredor paralelo a la playa con jardineras, bancas y faroles. Y a partir de estas acciones, emprender un nuevo crecimienta planificado, del que ya forman parte nuevos hoteles de 5 estrellas, por ejeplo".
Las olas le dieron vida a Santa Marta y ahora los samarios están seguros de que su ciudad no morirá aunque no tenga tranvía.