Especiales Semana

VALLE DEL CAUCA

14 de mayo de 1984

NADA, JUGA, VE
La recreación es, desde 1979, una de las banderas del Valle del Cauca.
La recreación, la gran ignorada en el tercer mundo, difícilmente incluída en los diagnósticos de realidades, considerada por la ONU como la sexta necesidad del ser humano, es desde hace cuatro años uno de los aspectos mejor atendidos en el Valle del Cauca, donde se creó la Corporación para la Recreación Popular, que busca en primera instancia, brindar a las clases menos favorecidas de la ciudad, una diversión activa y pasiva para mejorar su nivel de vida.
La idea de la Corporación nació en la capital del Valle durante la administración de Rodrigo Escobar Navia en 1979, y fue impulsada por Harold Zangen. Ahora funcionan entidades similares en Neiva, Medellín y Tuluá y con el fin de extender este programa a todo el país, el pasado 15 de marzo se fundó la Corporación Nacional de Recreación.
Actualmente la ciudad de Cali, pionera en los programas de recreación en el país, cuenta con 10 parques, donde a precios populares se pueden practicar todos los deportes, además de juegos y otras atracciones para todas las edades, y 11 parques más pequeños dentro de los barrios, que permiten según Zangen: "Hacer buen uso del tiempo libre por medio de una sana recreación que se traduce en salud, sociabilidad, alegría y buen comportamiento".
Para hacer efectiva la idea de crear parques recreativos para servicio de toda la ciudad, fue necesario idear una política ya que en el país no existía una corporación similar que pudiese servir de parámetro. El modelo según su director Zangen "Es la recopilación de estudios y experiencias diferentes, pero no obedece a ninguno en especial, es algo propio basado en las necesidades de la comunidad y siempre contando con su participación activa". Se parte de la idea de que la recreación es un servicio público, no necesariamente gratuito, que debe integrar a la familia. Por lo tanto el programa contempla construcciones y programas recreativos para niños, jóvenes, adultos y ancianos.
Para estos últimos existe por ejemplo el "club de los hiper-tensos" que cada día reune en cada parque entre 40 y 60 personas mayores de 65 años, para trotar a las 7 de la mañana; a las 10 hay cursos de natación y por las tardes se programan paseos, música y juegos de mesa que han permitido una integración de los mayores en los parques. Para los niños se están implantando programas de preescolar abierto, guarderías y gimnasia escolar. Además se cuenta con la infraestructura para la práctica de todos los deportes.
Por otro lado,a la recreación se la considera como una actividad diaria y no sólo de los sábados y domingos. Por esto se pretende que a menos de 20 cuadras de cualquier vivienda popular exista un parque que sea totalmente aprovechado en las horas vespertinas. Aunque en la actualidad no se cuenta con el número necesario para cumplir este objetivo, se espera que en menos de 10 años exista un parque de diversiones en cada barrio.
La respuesta de la comunidad a todo el programa de recreación es lo que más orgullosos tiene a los integrantes de la Corporación, la cual se ha sostenido en un 30 por ciento con presupuesto del municipio de Cali representado en 40 millones; en un 50 por ciento de aportes de la empresa privada que equivale a 317 millones de pesos y un 20 por ciento del dinero que dejan los usuarios.
Además, el municipio ha cedido en comodato los terrenos que por planeación han sido dispuestos para parques y las empresas municipales de Cali suministran los servicios públicos básicos.
En todo el programa de la Corporación para la recreación, el principal problema ha sido la falta de recreacionistas profesionales por la ausencia de formación académica en esta materia. Para suplir esta falta y confiando en los futuros egresados de las facultades que en el país empiezan a ofrecer esta educación, se han escogido administradores que tradicionalmente han demostrado interés, mística y experiencia en actividades recreativas. Con ellos se han venido programando cursos y seminarios que posibiliten el perfeccionamiento en su desempeño laboral.
Hace ocho meses se inauguró en Cali el principal centro de recreación del país. Es el llamado Parque de la Caña, donado por los ingenios azucareros del Valle del Cauca, en el que 156 mil metros cuadrados sirven de escenario a la única piscina con olas de Colombia, a otras piscinas con toboganes de 120 metros de largo, con poleas de 14 metros de alto que sirven de "bejuco", a otra infantil dotada de juegos, a una semiolímpica, además de un lago artificial, una ciudad de hierro completa, 5 canchas de microfútbol, 12 de fútbol, 5 de baloncesto, 5 de tenis de campo y otras de béisbol, ciclocross, patinaje, y los kiosco-teatros, que son espacios cubiertos con capacidad para 500 personas donde se realizan fiestas, conferencias, conciertos, presentaciones de danzas, títeres y demás actividades que lo requieran.
La organización del Parque de la Caña es tan estricta que quienes gustan de bromas pesadas y demás extravagancias motivadas por el agua y el tono de paseo, se ven amonestados por algunos de los cinco guardias que "armados" de radios controlan toda la zona, todo esto según uno de ellos "Con el fin de evitar accidentes o mal ambiente que desprestigien el lugar".
Para disfrutar de todas las atracciones cada niño debe pagar 20 pesos, de entrada, los mayores pagan el doble. Después de estar adentro, con 70 pesos se disfruta durante todo el día de las piscinas y las canchas. Los juegos de la ciudad de hierro no tienen un costo superior de 20 pesos. Asisten diariamente un mínimo de mil quinientas personas y los días festivos llegan al parque entre 15 mil y 22 mil personas. En los ocho meses de funcionamiento lo han visitado más de un millón de personas.
Para evitar que el parque sea subutilizado, durante el día lo frecuentan escuelas y colegios donde los estudiantes realizan sus prácticas de educación-física. Durante la semana existen tarifas escolares de 50 pesos, que incluyen todos los servicios.
El ideal es que la comunidad asuma responsablemente estos parques, y los convierta en espacios colectivos con su propia personalidad. Algunos ya se han vuelto los sitios de reunión de vecinos, los kiosco-teatros sirven para realizar fiestas, bingos y últimamente se ha estado fomentando la investigación de juegos autóctonos vallecaucanos, con el fin de difundirlos entre 12 población y poder configurar poco a poco estos centros de diversión en sitios con identidad cultural.
La política de recreación que ha estructurado la Corporación para la Recreación de Cali, la efectividad de sus proyectos y del desarrollo de sus programas, se constituye en un ejemplo para el resto del país, que en algunos departamentos empiezan a aplicar.